“Los lugares que habitamos forman el tejido de nuestras vidas, nuestra memoria y nuestra identidad. Necesitamos estar arraigados a un lugar pero, ¿Qué pasa cuando se elimina cualquier señal de que tu lugar estuvo habitado?”
La historia de Delfina Filloy no es nada más que una historia, es la realidad hecha ficción, las memorias de un no lugar, de una identidad territorial ausente, de una incógnita y una añoranza