Cuota alimentaria: un padre aportará a los gastos de la mascota, en Bariloche

El acuerdo de la cuota alimentaria incluye los gastos de alimentación de la mascota de la familia, por formar una parte imprescindible en el entorno del niño.

Hoy desde el Ministerio Público de Bariloche definieron un acuerdo de cuota alimentaria, el cual incluye los gastos de alimentación de la mascota de la familia, por contribuir a «mantener un ambiente armonioso, estable y amoroso» para el niño.

Además de mediar la cantidad de días que el niño pasará con cada padre, los fines de semana alternados, los horarios de tolerancia y la compensación de horarios en caso de que uno de ellos se demore; acordaron que el padre compre directamente una bolsa de alimento para el perro y arroz preparado cada dos meses. Todo ello para contribuir con los costos de manutención de la mascota de la familia.

Incluir a los gastos de la mascota, según indicaron, refleja el compromiso de ambas partes con el bienestar integral del niño y su entorno familiar. El cuidado del perro, al igual que el del niño, es una responsabilidad compartida que contribuye a mantener «un ambiente armonioso, estable y amoroso para él».

Según explicaron desde el Ministerio, este acuerdo es esencial para evitar la prolongación de conflictos y promover un entorno de colaboración y responsabilidad compartida. «Al resolver estos temas fuera del ámbito judicial, se logra una solución más rápida y adaptada a las necesidades de todas las partes involucradas, especialmente del niño».

Qué establece la cuota alimentaria


El régimen de cuidados personales compartidos con modalidad alternada y alimentos, está contemplado en el Código Civil y Comercial Nacional, que previo a la reforma se conocía con el término tenencia. En el artículo 650 establece las modalidades del cuidado personal compartido.

«Este puede ser alternado o indistinto. En el cuidado alternado, el hijo pasa períodos de tiempo con cada uno de los progenitores, según la organización y posibilidades de la familia. En el indistinto, el hijo reside de manera principal en el domicilio de uno de los progenitores, pero ambos comparten las decisiones y se distribuyen de modo equitativo las labores atinentes a su cuidado».

Recuerdan que ante la presencia de una situación similar se puede acceder a una instancia de mediación para evitar que este tipo de conflictos prospere y evitar el avance a un proceso judicial. La judicialización de este tipo de problemática implica además un costo afectivo, sentimental, familiar  y no hace más que profundizar, en algunos casos el problema. Llegar a un acuerdo voluntario implica priorizar el diálogo, la escucha y evitar imposiciones. 


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