Gustavo Rossi: El argentino que empezó con un stand prestado y hoy triunfa en EEUU
El propietario del grupo Duralitte, con sede en Argentina, Brasil y Estados Unidos, contó cómo desembarcó en cuna del shale mundial y el escenario que avizora en el corto plazo. Una historia en la que las conexiones se multiplican y hoy son el respaldo para otras pymes.
Describir a las personas con una sola palabra no es nada fácil, pero eso no sucede con Gustavo Rossi, el titular del grupo de empresas Duralitte, ya que claramente el término conectar es el resumen perfecto de su trabajo y también de su pasión. En un mano a mano con ENERGÍA ON, Rossi cuenta cómo formó una firma multinacional que tuvo su punto de inflexión a partir de un pequeño espacio en un stand prestado en una feria donde colocó la bandera de su primera empresa.
Comencemos por el principio. A Gustavo Rossi fue su padre quien le inculcó el valor de trabajar, ya que con apenas 14 años en lugar de pasar sus vacaciones con sus amigos de San Justo, en el partido de La Matanza, lo hacía en la fábrica que su padre fundó y en la que inició su carrera.
En 2004, con 32 años, Rossi decidió decir adiós a la empresa familiar -una firma de fabricación de piezas de carburo de tungsteno- para abrir las alas a su propio proyecto: la nave insignia de su grupo, Duralitte, cuya planta industrial inicial aún sigue funcionando en Olivos.
“Nos dedicamos a fabricar piezas para la industria del petróleo, fabricamos todo lo que son conexiones, para drilling, para tubing, para varillas de bombeo”, explica Rossi y deja bien en claro que “mi trabajo es conectar con una válvula, con una derivación, con una válvula de cierre o de retención. Todo está conectado y mi pasión es conectar A con B”.
En 2011 comenzó el proceso de internacionalización de la compañía, que se cuajaría un año más tarde con la apertura de la sede Brasil de Duralitte. Pero los ojos de Rossi ya estaban puestos desde antes en Houston, en los Estados Unidos.
“Yo venía viendo el mercado americano, porque toda la energía del mundo pasa por Estados Unidos pero Houston es como el centro de los negocios”, relata Rossi como preámbulo para narrar cómo fue su desembarco en la colosal feria Offshore Techonology Conference (OTC), la misma feria en la que se realizó esta entrevista.
“La primera edición de la OTC en la que participé fue en 2012. Nosotros éramos una empresa de 25 ó 30 personas nada más, y un amigo me prestó un espacio en su stand y me dejó poner mi bandera ahí. Para mí era un sueño, un producto argentino estaba en la OTC”, rememora y añade entre risas “olvidate que vendí cero, pero hice muchos contactos”.
Un año más tarde fundó Duxaoil en Texas, pero pasaron varios años sin que tuviera casi actividad comercial hasta el 2016 cuando comenzó a recibir algunos pedidos de materiales estadounidenses para clientes en Argentina y Brasil.
Fue así que en 2019 abrió la primera planta de Duxaoil en Estados Unidos, en un modesto predio de 700 metros cuadrados, y un año más tarde, pandemia de por medio pero con un contrato con un cliente de peso de Estados Unidos, la firma abrió en 2022 su segunda planta industrial de Estados Unidos, esta vez 3.250 metros cuadrados.
Hoy el grupo Duralitte cuenta además con Duratech, el brazo tecnológico de la firma también con sede en Houston, una dársena en el puerto libre de Uruguay y la firma DLT que se encarga de la logística. Y en menos de dos meses inaugurarán una segunda planta en Argentina que se sumará a las que posee en Olivos y al depósito de Ezeiza.
Entre sus clientes, la firma enumera a las principales operadoras del sector como son YPF, PAE, Pluspetrol, Total, Pampa Energía, ER, Petrobras, PetroRio y muchas más firmas de servicios especiales.
Bajo el slogan de “En constante evolución”, hoy el grupo empresario tiene 120 empleados directos y se da el lujo no solo de destacar que gran parte de la maquinaria que tienen en sus plantas de Houston es de origen argentino, sino que en su pasión por conectar, Rossi también plantó cinco banderas en el frente de su gran planta estadounidense. “Hay una bandera de Texas, una de Estados Unidos, la de Argentina, la de Brasil y la de Duralitte”, cuenta y agrega con un guiño que ese quinto mástil tiene un doble objetivo: “para el día que conquiste otro mercado”.
A los 53 años, Rossi considera que ya llegó a dónde quería, aunque reconoce que sigue buscando nuevos mercados, como el italiano y el de Omán, un mercado que lo atrae singularmente y por el que cada año viaja a otra feria, la de Abu Dhabi.
Mientras Rossi destaca que el foco de sus trabajos está hoy puesto en Vaca Muerta y Midland (Texas), también enfatiza que desde hace un par de años comenzó a profundizar otro tipo de conexiones, las de pequeñas empresas con otras más grandes, algo similar a lo que él vivió en esa feria en la que le prestaron un lugarcito en un stand.
“A mí me gusta devolver lo que me dieron y replicar el modelo. Estamos en una cadena de valor, y a mí alguien me ayudó a llegar y yo tengo que ayudar al resto a llegar”, resume el respaldo que le da a otras firmas, muchas que llegan a través de programas Pymes como es el caso de la neuquina Equipel y a las que, en un gesto como el de sus inicios, les deja un espacio en su stand.
En el balance de una empresa que alcanzó el éxito en 20 años, Rossi asegura que “se vienen buenos tiempos, pero hay que estar preparados”.
Y reflexiona que “si en 2004 me hubieras dicho que en 2024 iba a estar en mi 13° edición de la OTC, con un stand propio en la calle principal, te hubiera dicho que ni en la mejor de las películas me lo hubiera imaginado. Lo que sí tenía en claro es que había que diferenciarse y ser constante, porque uno no puede imaginarse claramente el futuro, pero sí puede trabajar, día a día, para que ese futuro llegue”.
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