Río Negro pone en marcha un plan de viviendas con características particulares: qué van a hacer ante la falta de casas
El IPPV firmó el primer convenio para un barrio de Viedma y, además, planifica otra política frente al déficit de viviendas.
Río Negro lanzó un programa propio de viviendas, basado en la construcción de un monoambiente, y cediendo la continuidad a los adjudicatorios.
Ayer, el gobierno provincial anunció y firmó el primer convenio en el acto de apertura de ofertas para retomar la construcción del edificio del Ipross, en Viedma.
El IPPV arrastra un frustrado proceso de construcción de 1230 unidades, anunciadas y firmadas en enero del 2021 con la Nación y, posteriormente, el gobierno de Javier Milei ratificó que esos planes no tendrán financiamiento nacional.
En ese contexto, la Provincia planteó la continuidad del plan Suelo Urbano (construcción de redes de servicios) y la instrumentación de una propuesta habitacional en la crisis, cuya puesta en marcha ocurrió ayer con la rubrica de un convenio por 20 unidades con la Cooperativa Santa Clara de Viedma. Este barrio estaba incluido entre los planes nacionales no ejecutados.
Las unidades diseñadas por el instituto son módulos de 36 metros cuadrados, con el baño y la cocina/comedor.
Recursos y costos
- 6.600
- Millones es la proyección de los ingresos al IPPV por FONAVI para el 2024, según los cálculos provinciales.
- 65
- Millones es el valor de la unidad de 60 m2 que construía el instituto. El módulo, de 36 m2, tendrá un costo de la mitad.
“Será un monoambiente inicial y se entregarán los planos completos para que las familias continúen con las habitaciones”, explicó el titular del IPPV, Mariano Lavín.
Estas instancias podrán ejecutarse por “esfuerzo propio” de los adjudicatorios pero, además, el interventor abre la futura posibilidad de otra respuesta proyectada: el otorgamiento de créditos en materiales de construcción.
El vicegobernador Pesatti destacó que la Provincia «avance, aún en estas condiciones adversas”, en «una política habitacional ya que la necesidad está”.
Esta figura de un prototipo habitacional para su prosecución por parte de la familia ya se utilizó en la crisis del 2001.
Lavin contó que el IPPV proyectó unos 6.600 millones de pesos de ingresos del FONAVI para el 2024, que “se viene cumpliendo”, mientras aclaró que “una vivienda de 60 m2, como se construían, tiene un costo de 65 millones, es decir, la Provincia podría construir un centenar en el año. Por eso, se optó para trabajar con un modulo y, además, debemos continuar con las construcciones en ejecución”.
La previsión se estableció inicialmente en 50 unidades, con una primera ejecución de 20.
En el acto del Ipross, el vicegobernador Pedro Pesatti encuadró el programa en que “los recursos que históricamente les llegaron a la provincia para financiar la construcción de viviendas no están” y el gobierno de Río Negro, “aún las condiciones adversas”, “decide seguir avanzando porque las necesidades están”. Reconoció que la ceremonia “tal vez, no tiene la relevancia de otras en lo cuantitativo, pero lo vamos a recordar por lo cualitativo, pues marca el nacimiento de una nueva política”
Antes, el ministro de Obras Públicas, Alejandro Echarren remarcó el mensaje de Nación de que “no habrá más financiamiento para obra pública” entonces “el IPPV se ha reestructurado” y prevé un “un nuevo módulo, que será de 36 metros cuadrados”. Lo valoró en la respuesta a la cooperativa Santa Clara que “lleva esperando nueve años con lotes comprados, cedidos al IPPV y la infraestructura realizada” frente al riesgo de “usurpaciones” y la particularidad del “freno que todos los caminos para su ejecución se cerraron”.
El banco de materiales de construcción
La instrumentación de créditos en materiales de construcción conforma otra acción prevista por el IPPV frente al existente déficit habitacional, según adelantó el interventor del instituto, Mariano Lavin.
Consignó ese propósito aunque remarcó que el objetivo central actualmente está en las tareas de finalización de las obras en marcha. Aún así, destacó la idea crediticia para acercar una posibilidad más.
En la década del 90, Río Negro tuvo un organismo donde se otorgaban esos créditos, denominado Casa Rionegrina y, luego, Viviendas Rionegrina. Su creación replicó a partir del banco de Materiales del Perú.
Preveía préstamos “para la provisión de infraestructura básica comunitaria” y llegó a ofrecer unos 200 materiales de construcciones. Después, el costo financiero y operativo redujo sus posibilidades y, finalmente, en el 2013, lo absorbió el IPPV.
Río Negro lanzó un programa propio de viviendas, basado en la construcción de un monoambiente, y cediendo la continuidad a los adjudicatorios.
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