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La UNRN destina casi $90 millones anuales al pago de alquileres en Bariloche

Tiene casi terminado el edificio propio, que le generaría un importante ahorro y mayor comodidad para el dictado de clases. Pero la parálisis de la obra pública dispuesta por el gobierno nacional impide continuar la obra.

Mientras espera que se destraben las partidas del presupuesto nacional para terminar la obra del campus en Bariloche, a la que solo le faltan detalles, la Universidad Nacional de Río Negro gasta varios millones de pesos cada mes en el alquiler de edificios para el dictado de clases, laboratorios y oficinas administrativas.

El vicedecano de la UNRN en la Zona Andina, Diego Aguiar, reconoció que frente a la estrechez de recursos que padecen desde el cambio de gobierno, la carga por el arrendamiento de inmuebles les resulta cada vez más pesada.

Admitió que ese gasto podría reducirse sin demasiado esfuerzo, ya que al pabellón de aulas y laboratorios que está en obra desde hace más de cinco años en el campus está terminado en un 98%, pero todavía no lo pueden estrenar porque le faltan los “nexos” para conectar los servicios.

Recurrir a los espacios prestados o alquilados es moneda corriente para la UNRN desde su creación, pero en ninguna sede de la provincia tiene tantas locaciones de ese tipo como en Bariloche, donde la inversión en ese rubro se agudizó en el último año con el aumento sideral de los alquileres, que padece también toda la población.

Aguiar dijo que hay renegociaciones “permanentes” para adecuar los contratos, y que los precios suben según los valores del mercado, pero no les queda otra alternativa.

En la actualidad la universidad, gasta en Bariloche 7.496.000 pesos en el alquiler de seis edificios. El más caro es el de Mitre 630, donde funcionan desde hace varios años el vicerrectorado, la administración de la sede Andina y también hay varias aulas. Por esa dependencia de varios pisos paga 4.500.000 pesos mensuales.

El edificio tiene un avance del 98% y albergará una docena de aulas. (foto Alfredo Leiva)

La universidad alquila también un espacio para aulas y laboratorios en Tacuarí 150 (a un costo de 1.300.000 pesos), otro en calle Chubut 105 (por 266.000 pesos al mes), en Palacios y Anasagasti (donde funciona una sala acondicionada para la carrera de Teatro) a 350.000 pesos, un inmueble céntrico en Villegas 145 a 860.000 pesos y otro en Villegas 360 a 220.000 pesos.

Además, depende para el dictado de clases de cuatro escuelas cedidas por la provincia de Río Negro, que no cobra arrendamiento. El convenio entre las partes se renueva desde 2009 y esas aulas se usan horario nocturno. La UNRN realiza un aporte menor para cubrir los gastos, según dijo Aguiar.

La Zona Andina también debe destinar parte de su magro presupuesto al alquiler de otros dos edificios en El Bolsón, uno para aulas y otro para tareas de investigación, con lo cual el gasto regional en la materia supera los 100 millones de pesos anuales.

UNRN: Límites que afectan la actividad académica


Aguiar dijo que la incertidumbre en cuanto al flujo de recursos para funcionamiento es la misma que enfrentan todas las universidades, ya que solicitaron un aumento del 300% respecto de las partidas de 2023 y el gobierno solo les concedió un 70%. La consecuencia fue un obligado recorte de gastos, por ejemplo en limpieza, seguridad y servicios básicos. Hasta ahora no tocaron los alquileres, que son indispensables para sostener el dictado de clases.

El vicerrector dijo que el gasto en funcionamiento de la universidad supera los 120 millones de pesos mensuales y solo recibe 45 millones de pesos. Señaló que históricamente administraron un fondo producto del ahorro, conformado con “políticas de austeridad”, y lo usaban para pequeñas obras de infraestructura. Pero ahora se les va en “gastos corrientes”, ante la insuficiencia de los fondos que envía la Nación. Con un límite que está cada vez más cerca.

El campus, la solución esperada que no llega


Hoy la UNRN tiene en Bariloche solo un modesto edificio de su propiedad en la calle Anasagasti al 1.400, donde funcionan ocho aulas y laboratorios de Ingeniería ambiental. Pero lo que esperan todos es que se termine cuanto antes la primera etapa del campus, ubicado en un amplio predio sobre el ingreso Este de la ciudad. Se trata de un complejo de 3.622 metros cuadrados, destinado a albergar 12 aulas, más laboratorios para física y las cuatro carreras de ingeniería.

“Está frenado, aunque le falta apenas el 2%”, confirmó Aguiar. La misma “irracionalidad” fue señalada por su antecesor Roberto Kozulj, en una nota reciente.

El exvicerrector dijo que terminar esa obra sería “de altísimo provecho para el estudiantado”, además de un ahorro importante para la universidad. Resaltó que a la comodidad de desenvolver la tarea académica en un inmueble propio se suman “la reducción de costos de movilidad” tanto para alumnos como para docentes, que ya no tendrán que peregrinar de sede en sede.

Cuestionó la decisión de paralizar la obra pública en forma indiscriminada, incluso en proyectos a punto de ser terminados, lo cual implica -dijo Kozulj- mantener un “costo económico hundido” y al mismo tiempo “demoler el esfuerzo social que ha implicado” la concreción de la obra.

La obra del edificio en el campus comenzó a fines de 2018, estuvo a cargo de una UTE rosarina y quedó frenada durante la pandemia. Pero ya el año pasado, durante una visita del entonces ministro de Educación Jaime Perczyk, ya se dijo que le faltaba apenas un 7% y que los nexos para los servicios debían ser licitados aparte.

Aguiar señaló que a esta altura el edificio debería estar inaugurado, que ya tienen hasta los muebles y que faltan “los nexos” en el interior del predio, que dependen del presupuesto nacional. Dijo que en la parte exterior, por ejemplo, la conexión con el troncal de cloacas es responsabilidad de la provincia, se mantiene en ejecución y ya está asi terminado.

El forzoso estiramiento de plazos y la incertidumbre sobre lo que vendrá los obligó a renovar los alquileres y los acuerdos por los colegios.

El campus de la UNRN en esta ciudad abarca un predio de 25 hectáreas y el proyecto integral comprende también otros pabellones. Uno de ellos también se ejecutó en parte, tiene ya en la obra básica de hormigón y está completado en un 23%, pero quedó paralizado hace varios años. Existen planes para reiniciarlo, pero ahora están más archivados que nunca.

Cuando esté terminado, el complejo universitario incluirá más aulas, un teatro, instalaciones deportivas y laboratorios.


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