Visitan a los chicos en sus casas para evitar la deserción escolar: la historia de la ONG El Arca y su lucha por los derechos de los niños
Trabajan en Moreno, Provincia de Buenos Aires. Las tareas de esa asociación civil impactan en la vida de 5.000 chicos. Ponen especial atención en la educación
El Arca tiene 23 años de historia. Esta asociación civil empezó a funcionar en la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina, a partir de la creación de un hogar para contener y acompañar a chicos en situación de calle. El proyecto, que tuvo como una de sus tres fundadoras a Betina Perona, su actual presidenta, fue mutando.
Al tiempo se mudaron con la propuesta al partido de Moreno, en la Provincia de Buenos Aires, y finalmente focalizaron su atención en las familias del barrio bonaerense de Los Hornos, en Cuartel V. “Nuestro objetivo pasó a ser evitar que más chicos llegaran a estar en la calle, por eso decidimos brindarles una ayuda integral”, cuenta Betina.
La tarea es diaria y de hormiga y uno de los puntos centrales tiene que ver con garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Colaboran en la alfabetización y buscan prevenir la deserción escolar. En total, la ONG impacta sobre la vida de 5.000 chicos de la zona.
Su trabajo incluye ir casa por casa a buscar a los niños que no están yendo al colegio. “Contamos con un equipo multidisciplinario formado por psicólogos, sociólogos, docentes, licenciados en educación y una abogada, que soy yo”, detalla la presidenta de la ONG.
Y explica: “Hay casos de violencia, otros de dificultades para llegar al colegio (por el estado de las calles o el costo del transporte), también nos encontramos con situaciones en las que los chicos deben quedarse cuidando a sus hermanos menores en casa. Intentamos identificar sus dificultades y colaborar para resolverlas y que el niño logre volver a clase”.
No siempre es posible pero a eso se dedican. Uno de sus pilares tiene que ver con la educación y en ese camino monitorean la escolaridad de 750 chicos que van a la primaria y secundaria. También ofrecen un aula alfabetizadora, teniendo en cuenta que algunos niños que se encuentran en los últimos años de la primaria aún tienen serias dificultades de lectoescritura.
María Melgarejo, referente del centro comunitario Pachamama, que funciona dentro del barrio Los Hornos, en Moreno, explica que, en el último tiempo, trabajaron junto a El Arca en tareas de alfabetización. “Tenemos estudiantes que están terminando la primaria y no saben leer ni escribir. Muchos de ellos se vieron afectados por la pandemia”, destaca.
Eso le ocurrió a Jésica (12) y, por esta situación, fue contactada para participar del apoyo escolar. “Le costaba mucho leer y, por suerte, avanzó un montón. Veo un cambio grande. Mari y Brenda, sus maestras en el apoyo, le tuvieron bastante paciencia”, reconoce Miriam Ferreyra, su mamá, que vive en Cuartel V. En tanto, señala que esa propuesta “la ayudó a salir adelante y llegar con otras herramientas al secundario”.
El Arca también tiene un apoyo escolar virtual, por el que pasaron voluntarios de todo el país y del que hoy forman parte pasantes universitarios. “Ellos están disponibles una vez por semana para responder dudas y hacer un seguimiento de cada niño”, comenta Betina y dice que, en la mayoría de los casos, ese contacto es telefónico.
A su vez, cuentan con puntos de encuentro, que son espacios en las puertas de las escuelas en los que referentes de la ONG destinan su tiempo a asesorar a los chicos y a sus familias en términos de derechos. “La idea es que nos puedan consultar o pedir ayuda. También entregamos a préstamo libros y juguetes para que se lleven a sus casas”, aporta.
Los sábados a la tarde, cada 15 días, suman una juegoteca y un aula móvil itinerante. También tienen una escuela de fútbol.
La propuesta incluye un área de participación ciudadana. Colaboran en el armado de los consejos de aula en diferentes escuelas, para solucionar los conflictos que puedan darse dentro del colegio, y además desarrollan consejos territoriales en los que los chicos trasladan las necesidades del barrio para que luego lleguen a los funcionarios locales. “Se tratan temas como la falta de iluminación en una calle o el pedido de una plaza para el barrio”, aporta.
“Cuartel V es una zona muy amplia en la que vive gente en situación de mucha vulnerabilidad. Moreno, a la vez, es uno de los lugares más pobres de la Provincia de Buenos Aires”, precisa Betina, quien confirma que son muchísimas las necesidades insatisfechas y que el rol de las organizaciones que trabajan en territorio resulta fundamental.
Se financian a partir del apadrinamiento, es decir, de personas que brindan un aporte mensual solidario. “Hoy tenemos 1.100 padrinos que se hacen cargo de un nene o nena del barrio. Nosotros les mandamos periódicamente información sobre la situación escolar de su apadrinado y también pueden visitarlo”, señala Betina que dice que sería de gran utilidad sumar más y más colaboradores.
Para transformarse en padrino de El Arca, hay que ingresar a www.elarca.org.ar.
Esta nota fue originalmente publicada como parte del proyecto Lupa do Bem y es reproducida en RED/ACCIÓN como parte de una alianza para difundir contenidos con impacto social.
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