Piden extraditar a un ex jefe policial
Jorge Alberto Sosa fue detenido en España por orden del juzgado federal de Neuquén.
NEUQUÉN (ACE).- El juzgado federal de Neuquén solicitará a España la extradición del segundo jefe de la delegación Neuquén de la policía federal, Jorge Alberto Sosa, por su actuación en 1976 cuando la delegación funcionó como centro clandestino.
Sosa fue capturado en España el 7 de julio pasado por la policía internacional. El juzgado neuquino solicitó su detención para responder por los crímenes de lesa humanidad durante su actuación en la delegación Neuquén de la policía Federal en 1976.
Según explicó la secretaria judicial a cargo del juzgado, Silvina Domínguez, el imputado debe responder por los padecimientos de 19 víctimas, 14 de ellos que están a la espera de que se lleve a cabo el segundo juicio de «La Escuelita» y otros cinco casos que están en instrucción. La captura internacional de Sosa fue solicitada el 5 de junio. El 7 de julio Interpol le informó al juzgado que el federal retirado de 73 años había sido detenido en España, donde reside desde hace varios años.
Es la primera extradición internacional que se solicita en la causa, y el hecho de que existan convenios internacionales entre Argentina y España facilitaría el trámite. Desde su captura, el juzgado tiene 40 días para finiquitar el exhorto diplomático para que sea traído e indagado en Neuquén.
«Está en vías de extradición», dijo Domínguez. El ex subcomisario de la Federal es oriundo de Buenos Aires y estuvo en Neuquén durante los años 1975 y 1976; era el segundo al mando del comisario en jefe Jorge Ramón «perro» González (fallecido), a quien varias víctimas identificaron como una de las voces de los torturadores tanto en la delegación de la Federal, como en el centro clandestino «La Escuelita» e inclusive en las torturas que fueron aplicadas el 14 y 15 de junio de 1976 en la comisaría de Cutral Co cuando permanecieron detenidas unas 15 personas.
A Sosa se lo acusó de integrar una asociación ilícita, de participar de las torturas cometidas contra 17 víctimas y de 18 privaciones ilegales de la libertad, agravadas algunas por más de un mes de detención, y otras agravadas por la violencia ejercida durante esas detenciones fuera de la ley.
La delegación de la policía Federal funcionó como centro clandestino en 1976 cuando se detuvo allí a varias víctimas de Neuquén y Río Negro, les fueron vendados los ojos y sometidos a interrogatorios con picana eléctrica y golpes en sesiones brutales, como en las que perdiera la audición Orlando Balbo.
Las víctimas eran llevadas vendadas a una oficina ubicada en un bajo piso (algunos lo mencionaron como el sótano de la Federal) y torturadas durante la noche, tras lo cual eran devueltas a la U9 o las comisarías rionegrinas donde permanecían ilegalmente detenidos. En las sesiones de torturas también participaban civil de inteligencia, como el detenido Raúl Guglielminetti.
Se presume también que varias de las víctimas universitarias que fueron detenidas en junio de 1976 y que permanecen desaparecidas, podrían haber padecido tormentos allí antes de ser derivados a otros centros clandestinos como «La Escuelita» de Neuquén o la de Bahía Blanca.
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