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Paula estudia Psicología en la Universidad Nacional del Comahue y de las tres materias que cursa una de ellas se dicta en forma virtual.

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Pese al ajuste, las universidades intentan no resentir la actividad académica

«Es poco dinámica. En una clase virtual es más difícil hacer preguntas, incluso ya nos acostumbramos a hacer menos consultas. En la presencialidad preguntas todo lo que necesitás. Es como cualquier conversación», explicó la estudiante, al tiempo que agregó: «Ni hablar de la conexión: no todos tenemos buen wifi, y para tener la cámara prendida necesitas mejor conexión todavía. Muchas veces terminás teniendo una clase como si fuera una llamada, sin videollamada, por falta de conexión».

Con la pandemia, la virtualidad llegó para quedarse. Aún hoy hay profesores que siguen dictando clases on line y hasta graban clases que luego suben a You Tube. Desde las universidades aseguran que es una forma de garantizar el acceso de estudiantes que, de otro modo, se verían limitados por los costos del transporte, entre otros factores.

La Universidad Nacional del Comahue (Unco) tiene 17 unidades académicas en las que se dictan 80 carreras. «No tenemos carreras a distancia. Lo que sucede es que cada una de las unidades académicas ha generado distintas estrategias. Todas tienen un aula híbrida: el docente puede estar dando clases en el aula y algunos estudiantes pueden tomar esa clase en forma virtual«, explicó Teresa Braicovich, secretaria académica de la Unco.

Los profesores, aclaró, evitan esta modalidad virtual en los primeros años de cada carrera.

¿Cuál es la razón del aula híbrida? Braicovich resaltó que algunas facultades son muy numerosas y reciben gran cantidad de estudiantes de otras localidades. Uno de los objetivos de las clases virtuales «es que el impacto del transporte no pegue tan fuerte«.

A comienzos de febrero, el pasaje del transporte interurbano que conecta las ciudades del Alto Valle aumentó un 22,7%. Un boleto de Neuquén a Cipolletti cuesta 400 pesos; de Regina a Roca, 1401 pesos; de Roca a Cipolletti, 2.171 pesos y de Roca a Cipolletti, 1064 pesos.

«No queremos aulas vacías. Con las aulas híbridas, quizás un estudiante que vive en Roca puede escuchar la clase desde su casa. Pero no es educación a distancia«, advirtió.

«¿No hay clases grabadas?», consultó RÍO NEGRO. «En general, cuando hay virtualidad capaz haya algún teórico grabado. Es un buen insumo para que después los estudiantes la vuelvan a escuchar. De todas formas, lo que se busca es una virtualidad sincrónica, es decir que coincidan docentes y estudiantes en un mismo horario. No hay presencialidad física, pero está el docente dando clase y todos los alumnos en el mismo momento», respondió.

La sede andina de la Universidad de Río Negro definió que el curso de ingreso en febrero sea on line. Es una prueba piloto que podría ser tomada por otras sedes en la provincia.

Sucede que entre el 20 y 30% de los estudiantes ingresantes a la sede andina provienen de otras localidades. «La idea es que tengan tiempo para ver si la vocación va por ese lado, o no. A muchos chicos de otras localidades se les dificultaba conseguir alojamiento. Además, tenemos muchos estudiantes que aumentaron su carga laboral o les cambió la situación de cuidado de familia y esta propuesta les ha resultado beneficiosa«, especificó Mariano Costa, secretario de Docencia y Vida Estudiantil de la sede andina de la UNRN.

Desde la UNRN se determinó además que, al menos, una materia de cada carrera sea virtual en el primer año de cursada. «De esta manera, les damos tiempo a los chicos con un cuatrimestre«, agregó Costa.

De todos modos, aseguró que el abordaje es más «híbrido en todas las carreras. Una combinación de clases presenciales y el material que se sube al campus virtual». Se conoce como clase invertida: «Consiste en que antes de llegar a clase, los estudiantes vean algún video o película. En la clase se abordarán las consultas sobre el material visto. De esta forma, se garantiza más interacción en clase».

Planteó que, por lo general, el profesor sube a internet videos cortos de un contenido teórico puntual. «En vez de presentar un power point en la clase, hace videos cortos de 10, 15 minutos y los sube para que los vean los estudiantes en un traslado de colectivo, quizás», puntualizó.

Aseguró que la modalidad virtual «no es una política institucional. En algunos casos, al docente le resulta beneficioso el dictado virtual porque le da mayor flexibilidad a los estudiantes. Y por los costos de los traslados a las aulas. En algunas materias que tienen mucha carga de producción en computadora, la virtualidad es beneficiosa porque cada uno en su casa tiene su equipo informático y trabaja con el profesor. Es conveniente trabajar así pero son casos muy puntuales«.