Con el aumento del delito, los seguros y las alarmas cotizan en alza en Neuquén y Río Negro
La crisis obligó a muchos vecinos a bajar el valor de la póliza en la región de Río Negro y Neuquén donde los hechos delictivos se incrementaron entre un 15 y 20 por ciento. La alarmas también es otro fenómeno que va en aumento.
En tiempos de crisis, la población busca seguridad. Preservar lo poco o mucho que tiene. Desde hace años, los seguros se convirtieron en una alternativa para una sociedad castigada por una inflación galopante y la percepción de que hay un incremento sostenido de los delitos contra la propiedad.
Raúl Vanacloy es Jefe de Siniestros y Fernando Merino del área de Suscripción del Grupo Sancor Seguros y los dos coinciden en que los hechos delictivos se incrementaron entre un 15 y un 20 por ciento especialmente en viviendas y comercios.
Esa cifra está vinculada a la época veraniega donde mucha gente deja su casa y corre riesgos, pero también por una situación de inseguridad en aumento.
«Todavía no hay mucha cultura del seguro pero es cierto que aumentaron las denuncias de robo y hurto de casa de familia y comercio entre un 15 y un 20 por ciento”, expresó Vanacloy en relación a ciudades como Roca, Neuquén, Cutral Co y Cipolletti.
Los representantes de la firma que tiene sucursales en Río Negro y Neuquén, aseguran que no sólo se incrementó el delito sino que muchas personas -por la crisis- decidieron bajar costos. Un ejemplo son los barrio privados que contratan menos servicios de seguridad y ahí la gente busca asegurar sus viviendas y en particular sus bienes.
Merino también hizo hincapié en que la situación económica también hace mella en aquellos que ya tienen un seguro. “La gente se arriesga y reduce al mínimo su póliza”, sostuvo.
Asegurar lo impensado
Los dos representante de Sancor Seguros coincidieron en señalar que hay situaciones insólitas porque el delito ha variado y hoy todo tiene un valor en el marcado negro. “Mucha gente nos pide asegurar los nichos de agua o de gas porque se los roban pero como están en la vía pública no se puede. También hemos recibido consultas por cables de energía en las chacras que se los roban y hasta nos preguntaron por una póliza de un transformador y hasta picaportes de puertas”, dijo Vanacloy quien aclaró que también el valor que se paga por un robo o un siniestro también se ha ido actualizando de acuerdo a la inflación.
Para los referentes de la firma hoy también se presenta otro tipo de delitos que es el de grupo comando que ya están organizados y cuentan con otra logística por lo que también es importante contar con un seguro para esos eventos aunque destacaron que son casos puntuales donde se manejan otras sumas de dinero y de activos.
La póliza, una tranquilidad
“La gente creo que en estos tiempos de crisis se refugia más en las pólizas de seguros, justamente por el tema de la reposición de las cosas”, sostuvo Juan Jaramillo, productor de la compañía San Cristóbal en Bariloche y Villa La Angostura.
“Siguen pidiendo lo mismo, según el perfil del cliente y el auto que tiene. La realidad es que no se ha modificado. Hay mucho pedido de cobertura de todo riesgo”, señala.
“Lo que hacen es tener una buena cobertura para la reposición del bien”, explicó. Es una opción para “cuando tengan un siniestro y no tiene el dinero para reponer o hacerle frente a la reposición de piezas”.
Indicó que por la inflación los autos aumentan todos los meses de valor “y el costo del seguro está atado a esa variable. Hay muchas variables dentro del costo del seguro, esta es una pequeña parte e incide directamente”.
“Hoy estamos haciendo coberturas con refacturación mensual”, indicó. “Porque por un lado se va ajustando la suma mensualmente del valor del auto, lo cual también era un problema porque antes de la devaluación y del ajuste inflacionario como fue en septiembre, y en la corrida de octubre y noviembre, lo que pasó es que las pólizas quedaban fijas con una cláusula de ajuste que hacían al momento del siniestro elevar las sumas asegurada y quedaban obsoletas”, comentó.
«Entonces, una forma de resguardar a todos los asegurados es que se vaya refacturando mensual. De esa manera se va ajustando la suma asegurada del auto al valor real en calle”, aseveró y agregó que «esto impacta, obviamente, en la cuota y esa fue un poco la solución. De esta manera, están todos bien asegurados y frente a un siniestro no pierden dinero porque el vehículo está al valor actual del mercado”, puntualizó.
Dijo que «es muy poca la gente que está pidiendo bajar la cobertura”. “Cuando les explicamos esta situación, la mantienen porque obviamente lo que nosotros decimos es que si tenés una póliza que valga la pena hay que hacerla valer», destacó.
«Si no se puede pagar buscamos otras alternativas, pero no hemos perdido cartera ni gente que se ha dado de baja buscando un mejor costo”, manifestó.
Dato
- 15% y 20%
- aumentaron las denuncias por robos en viviendas y comercios en distintas ciudades de Río Negro y Neuquén. En la época de verano se incrementan las cifras porque la gente deja sus vivienda para vacacionar.
Los fraudes en la mira
Jaramillo relató que ocurrió algo muy puntual con respecto a lo que fue cobertura de autos desde febrero del 2023 hasta fin de año. “Hubo mucho fraude con autorobo de cubiertas que ahí todas las compañías pusieron un freno y empezaron a limitar la reposición de las cubiertas”, relató. Dijo que sucedió durante el extenso conflicto gremial que hubo en la industria de los neumáticos “donde no fabricaban más cubiertas, entonces, no quedó stock en Argentina”.
“Tuvimos casos que había gente que siniestraba cinco cubiertas del mismo vehículo, entonces ahí se empezó a aplicar una política antifraude que esto lo bajó la Superintendencia de Seguros”, contó. “
El resguardo de las viviendas
Con respecto a la cobertura de las casas o comercios dijo que no tuvieron “ningún tipo de variación en nada”. “Tenemos eximidos varios puntos de medidas de seguridad, no se empezó a exigir ni alarmas ni rejas. Absolutamente nada, por el tema de que en la zona han aparecido construcciones nuevas”, precisó.
“Se fue ‘aggiornando’ todo porque una casa que tiene termopaneles grandes con vistas al lago, a la montaña, etc., no le vamos a exigir y nunca se exigió el tema de rejas, persianas que sí está para las grandes ciudades”, dijo.
Y aseguró que en la zona mucha gente está asegurando sus viviendas. Más que nada por el tema robo”, comentó.
«Nosotros preponderamos más la cobertura de incendio, que es lo principal”, planteó.
“Lo que le decimos a la gente es que uno cuando llega a la casa y ve todo revuelto y que le faltan cosas es un bajón, pero acomodan todo y pueden dormir esa noche. En cambio, cuando hay un incendio no tienen dónde dormir”, describió. “Tratamos de que prevalezca más la cobertura de incendios, más allá de que el robo va atado a la cobertura principal que es incendio”, explicó.
A pesar de la crisis, no se observa un movimiento de mercado para abajo ni cancelaciones. “Vamos ajustando las carteras por la inflación”, indicó. “Porque justamente la reposición de cualquier bien, por ejemplo, un televisor, no es el mismo valor que hace un año o cuatro meses atrás a lo que es hoy. Vamos ajustando más allá de que las pólizas tienen y ponemos unas cláusulas de ajuste para que en caso de siniestro sea como una cláusula gatillo donde se activa y se lleva al máximo de la suma asegurada, más la cláusula de ajuste que eso hace elevar aún más ese monto”, dijo.
Un negocio que creció al ritmo de los robos
Cuando Juan Guerrero resolvió en 1996 dedicarse a la instalación y venta de alarmas, recordó que casi no había robos en Bariloche. Por eso, vendía sobre todo teléfonos y fax. La alarma no tenía casi demanda. “Era otro Bariloche”, rememoró.
Tiempo después, relató, hubo una época “con mucha violencia en la ciudad, donde muchos empresarios fueron atacados”. Pero el momento bisagra para la actividad comenzó con la crisis del 2001. “Después, del 2001, perfiló el negocio de las alarmas”, indica Guerrero.
Dato
- 800.000 pesos
- es lo que cuesta instalar un sistema de alarmas en la zona de San Carlos de Bariloche.
De todos modos, los vaivenes de la economía impactan todo el tiempo en el rubro. Dijo que hoy venden alarmas todo el año.
Pero no es algo para sorprenderse ni que esté relacionado con un incremento desproporcional de los robos o hurtos en la ciudad. “Siempre hubo robos en los últimos años; no es que sea ahora”, aclara.
De todos modos, el rubro que trabaja es una especie de termómetro de lo que ocurre en las calles. Y Guerrero observó que hay denuncias de robos y hurtos que no se hacen en la Policía ni sale en en los diarios. «Hay gente que me viene a ver y que me dice que le entraron a robar”, mencionó.
Y comentó que hay robos a empresas que “no salen en ningún lado, hay mucha reserva”.
Pero afirmó que desde que salimos la pandemia, la demanda comenzó a reactivarse.
Destacó que “el 99 por ciento viene a contratar el servicio a posteriori de un robo”. “Es muy raro que alguien por prevención pida instalar un sistema”, remarcó.
Hay un factor que influye mucho. Es casi determinante: el costo. “Lo que sucede ahora tiene una característica similar a lo que pasó en el 2001”, indica en relación a la fuerte devaluación del peso frente al dólar.
Hasta antes de las devaluaciones últimas, que hubo en el país en agosto y diciembre pasado, el costo rondaba los 300.000 pesos. Hoy, el precio subió a unos 800.000 pesos, afirma.
Dijo que casi todos los componentes son importados. Rememoró que en la crisis del 2001 era imposible instalar equipos importados. Hoy, la situación se repite. “Tenemos que buscar equipos argentinos alternativos”, comentó por la disparada del dólar que hubo en los meses últimos.
«El costo no es muy tentador para la clase trabajadora, aunque algunos hacen el esfuerzo cuando ya sufrieron tres o cuatro robos”, afirmó.
Contó que en el último tiempo sumaron a las viviendas y locales comerciales, el sector hotelero en Bariloche. “Tener un sereno es más costoso que instalar un sistema de alarma en un hotel”, observó. Dijo que hay un incremento en la demanda en complejos hoteleros.
Comentó que ahora hay muy poca demanda por el servicio de alarma con monitoreo las 24 horas. “Ahora, todo se autogestiona con un celular. Es mucho más fácil”, destacó.
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