Tras sufrir uno de los incendios más mortíferos de los últimos años, el cambio climático empeorará las condiciones en Chile
Un estudio realizado por World Weather Attribution advirtió sobre los riesgos asociados al calentamiento global y el cambio en el uso del suelo, factores que favorecen la propagación del fuego.
El 2 de febrero una serie de incendios forestales se propagaron rápidamente por los bosques montañosos cercanos a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, en Chile. Las llamas se desplazaron hacia las afueras de las ciudades, quemaron más de 29 mil hectáreas, destruyeron 7 mil viviendas, causaron la muerte de al menos de 132 personas y aún hay decenas de desaparecidos. Se trata del incendio forestal más mortífero del mundo desde el de Australia en 2009. En este contexto, un estudio de World Weather Attribution (WWA) alerta que la situación podría empeorar debido al cambio climático.
El cambio en el uso del suelo en la costa central del país está aumentando la vulnerabilidad a incendios. El calor, la sequedad y el viento son condiciones meteorológicas que agravan el panorama y que, si el calentamiento global alcanza los 2°C, es probable que se intensifiquen.
«Chile no es ajeno a los incendios forestales, pero los recientes incendios fueron un evento inusualmente extremo. Avivados por fuertes vientos, los incendios saltaron de las zonas rurales a las urbanas más rápido de lo que muchas personas pudieron evacuar con seguridad. Es fundamental que se introduzcan o refuercen en todo Chile buenos sistemas de alerta temprana, planes de evacuación y sistemas de protección contra incendios para evitar catástrofes similares», dijo Mauricio Santos Vega, asesor técnico del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja de Colombia.
¿Cuáles son las causas de los incendios?
Según la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF), más del 99 % de los incendios forestales se deben a negligencias humanas. No obstante, las condiciones climáticas tienden a agravarlos. Los investigadores de WWA afirman que campañas de seguridad y sensibilización podrían ser de ayuda, especialmente durante el verano.
Los especialistas también señalan que los grandes monocultivos de pinos y eucaliptos que se han plantado en las últimas décadas están aumentando enormemente el riesgo tanto de ignición como de propagación de los incendios en muchas regiones de Chile.
Carrasco Escaff, reflexionó: «Los bomberos son absolutamente relevantes en el manejo de estas catástrofes, pero no todo puede recaer en ellos. También hay desafíos para distintos estamentos de la sociedad, para el Estado, para las comunidades, para la ciencia en entender mejor cómo y dónde ocurren incendios y de qué manera se pueden predecir».
El particular clima chileno
La costa central de Chile es uno de los pocos lugares del mundo en los que el cambio climático está provocando un ligero descenso medio anual de las temperaturas del aire. El efecto se da por los vientos del sur más fuertes, que empujan aguas profundas y frías hacia las orillas. Estas aguas frías que sustituyen a las cálidas superficiales y provocan la disminución de grados a lo largo de la costa, a diferencia del interior de Chile y del resto de Sudamérica.
Mientras tanto, en la zona central del país vecino es probable que el calentamiento global aumente el riesgo de incendios a medida que las temperaturas medias anuales del aire sigan aumentando rápidamente.
¿Cómo se realizó el estudio?
El estudio fue llevado a cabo por 20 investigadores de WWA entre los que se encuentran científicos de universidades y agencias meteorológicas de Chile, Brasil, Colombia, Países Bajos, Alemania, Suecia y Reino Unido. Los especialistas analizaron datos meteorológicos y modelos matemáticos para comparar el clima actual, tras un calentamiento global de 1,2° C, con el clima preindustrial. Así, lograron evaluar la influencia del cambio climático en las condiciones favorables a los incendios.
El espacio seleccionado para el estudio fue la región costera afectada por el incendio: Valparaíso y Viña del Mar. Durante cuatro días consecutivos, se empleó el Índice de Viento Seco y Caliente, una métrica que combina temperatura, velocidad de viento y déficit de humedad atmosférica para evaluar el riesgo de propagación de incendios forestales.
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