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La casta salvadora está asustada

Avanzamos no hacia la estanflación (economía estancada con inflación) sino a la recesión, la inflación, la desocupación y a una caída real de ingresos públicos (descontada la inflación)

Ante la estafa electoral más importante de la historia Argentina (supera a la “revolución productiva” y “pobreza cero”) basada en el show mediático que incluye a las redes sociales y un abandono de la política para terminar eligiendo un poco lo que somos todos (el neoliberalismo te propone que votes como te comportas en la vida: desligado del otro, de lo colectivo, salvándote individualmente) la realidad llegó, descarnadamente. Hace muchos meses opinamos desde esta columna lo que significaba la violencia política, la falta de acuerdos y las políticas de shock que solo benefician a quienes tienen el poder real, que en realidad son los que deciden aplicarlas. Lo veremos cada semana que transcurre.

La casta , ese artefacto utilizado para la tribuna futbolera sedienta de impotencia y de odio -al igual que la plebe romana en el coliseo imperial – resulta que “nos salvó del paquetazo” de aumento de impuestos previsto en el mamarracho de la ley ómnibus y el mega-decreto, que resultan una agresión constitucional incuestionada por cualquier jurista (hay pocos). Los lobbys , los gobernadores y los políticos salieron a defender sus intereses -algunos bien lógicos – para frenar el aumento de retenciones, la suba de impuestos y otros cánones que resultaban necesarios para el pago de la deuda externa, disminuyendo el déficit fiscal (¿O ustedes creen que el 0,4% del PBI de planes sociales es el problema de la Argentina? ).

El impuesto País por otro lado, el cual paga mayoritariamente la clase media al comprar – si puede – 200 dólares por mes en el mercado oficial o cuando consume en el exterior con su tarjeta de crédito, aumento más del doble en la gestión del presidente que se cortaba un brazo si tenía que subir un impuesto.

Esa noche en que debió aceptarse la baja del capítulo fiscal de la mega ley transformado del País, los devenires emocionales y psicológicos fueron profundos y preocupantes.

Era justamente la casta no solo quien había puesto un límite a la locura y las amenazas enloquecidas a quienes se oponían a los caprichos del abismo, sino que debió intensificarse el arribo de la casta justicialista al Gobierno.

El loteo de los puestos entre los dos bandos de la divisiva e irreal “grieta” está en marcha, y habrá otras novedades. Ya habían quedado varios funcionarios del gobierno anterior, una gran mayoría de los integrantes del gabinete de MM, pero ahora desembarcaba el ex embajador en Brasil y candidato a presidente en 2015 y una decena de segundas y terceras líneas que no aparecen en los medios de comunicación. La casta está francamente preocupada por las características personales y psicológicas de quien ocupa el poder ejecutivo y las consecuencias, económicas, sociales y políticas que se advierten en el país.

Un reciente informe de la CELAC nos anoticia que el 70,4% de los funcionarios principales del ejecutivo han sido funcionarios de los anteriores gobiernos, algunos hace ya varias décadas.

Respecto a los “empresaurios prebendarios” que viven del Estado sepamos que lograron excluir de la ley ómnibus las modificaciones al régimen de la pesca, el azúcar, el tabaco, bioetanol, retenciones y mantener los beneficios fiscales a las industrias que operan en Tierra del Fuego, justamente donde el primo del ministro de economía y su familia mantienen varias plantas ensambladoras. Mientras tanto el FMI recalibró las metas para al país. En octubre la posibilidad de crecimiento en el año 2024 era del 2,8%, ahora nos dice que la caída será del 2,8%, aunque en mi parecer superaré ese porcentaje.

Es que los números que se ven en la economía son francamente preocupantes en apenas 7 semanas de gobierno. La caída del consumo y la producción resulta alarmante y la clase media no para de reducir en todo lo que puede sus compras ¿cuántos de los que leen esta nota han vendido ya dólares ahorrados para afrontar gastos fijos o limitado sus salidas de consumo?

Avanzamos no hacia la estanflación (economía estancada con inflación) sino a la recesión, la inflación, la desocupación y a una caída real de ingresos públicos (descontada la inflación) a pesar que FMI otorga pronósticos positivos a las reformas, cuando simultáneamente prevé una caída pronunciada del PBI.

Los planes del FMI, señores, solo redundan en pobreza, subdesarrollo y venta de los activos públicos en los países y todos los ejemplos ejecutados en el mundo así lo muestran. Los que se resistieron a ellos crecieron notablemente: Malasia en la crisis de los tigres asiáticos de 1998 y Rusia a partir del 2005.

Parece que de la ley ómnibus quedarán las facultades delegadas por un año al Presidente de la Nación y el RIGI (Régimen de incentivos a grandes inversiones) introducido para que fondos de inversión y multinacionales extranjeras reciban por migajas activos públicos de valor y estratégicamente imprescindibles para dejar nuestro presente colonial (sabían que el mundo cambió, que Occidente se deteriora aceleradamente al igual que el dólar y que nuestro nuevo socio Israel fue acusado de abstenerse de ejecutar genocidio en Gaza por la Corte internacional de Justicia) .

Hay preocupación entre los “empresaurios prebendarios” porque las continuas devaluaciones y el RIGI coloquen a valores de remate sus empresas frente a los fondos internacionales que frenéticamente operan ante el presidente para desembarcar en el país. Está bien que se preocupen, la devaluación continuará y sus activos están en peligro.

En el fútbol existe desde hace décadas un dicho que refleja la gambeta que nos hace pasar de largo “comerse el amague “, que bien puede traducirse en el presente de cientos de miles de argentinos que se preguntan, en el silencio y la soledad de su pensamiento intimo: qué hice …

* Abogado, docente de la Facultad de Economía de la UNCo.


Ante la estafa electoral más importante de la historia Argentina (supera a la “revolución productiva” y “pobreza cero”) basada en el show mediático que incluye a las redes sociales y un abandono de la política para terminar eligiendo un poco lo que somos todos (el neoliberalismo te propone que votes como te comportas en la vida: desligado del otro, de lo colectivo, salvándote individualmente) la realidad llegó, descarnadamente. Hace muchos meses opinamos desde esta columna lo que significaba la violencia política, la falta de acuerdos y las políticas de shock que solo benefician a quienes tienen el poder real, que en realidad son los que deciden aplicarlas. Lo veremos cada semana que transcurre.

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