Billi Godoy no tuvo chances en Montreal: perdió por nocaut en el tercero ante Bazinyan
El boxeador de Centenario se encontró con un rival muy superior, que está invicto y va por un gran títuto mundial.
La aventura de Billi Godoy en Canadá duró apenas tres asaltos y la realidad es que se cumplieron los pronósticos. El Niño de Centenario fue por un impacto y chocó contra la realidad: perdió por nocaut y no tuvo chances contra Erik Bazinyan, un rival encumbrado y que está muy cerca de meterse en el lote de los mejores del planeta.
El boxeador armenio, radicado en el país del norte, definió la historia a los 2:23 del tercer capítulo, pero dominó desde el minuto cero y no le dio chances al integrante de la dinastía Godoy. Alcanzó así su victoria número 32, con 23 definiciones por la vía rápida. Es el número 2 de la WBA en súper medianos, por delante de Christian Mbilli, otro canadiense que se las trae y que en luego de su última victoria desafió al Canelo Álvarez. En ese mundo está metido Bazinyan y se lo demostró a Godoy.
Cómo seguir, a los 37
Billi Godoy tiene claro que está en la etapa final de su carrera y sustentado en un buen récord, buscará subir al cuadrilátero en un par de ocasiones durante este 2024. De movida, está atento a la chances que puedan salir en el exterior y en el medio, la posibildad de hacer una gran pelea en Neuquén, ante otro «veterano» con historia. En otras palabras, una despedida taquillera.
El palmarés de Billi quedó en 41-8-0, con 20 y esos números lo llevaron a conseguir la oportunidad de pelear en el Casino de Montreal. A los 37 años, El Niño tiene claro que quedan pocas peleas en el horizonte. No pudo ponerse de pie ante un rival mucho menor (28) y deberá tomarlo como experiencia para lo que viene.
Ya superó una dura lesión en el hombro (julio de 2019), volvió dos temporadas más tarde y cumplió: ganó los compromisos en los que era favorito y falló en los intentos contra rivales superiores, en una categoría que conoció en sus últimas peleas. No es fácil el paso de mediano a súper mediano y Billi lo vivió en carne propia. A la vuelta de Canadá, se verán los pasos a seguir.
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