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Varias voces han destacado por estos día un nuevo aniversario del Cruce de los Andes por parte del Ejército comandado por el General José de San Martín; nos uniremos a ese homenaje sin desoir la importancia y la incidencia del Congreso de Tucumán y la Declaración de la Independencia Nacional proclamada en su seno el 9 de julio de 1816.

Este último acto institucional se erige en la llave que permitió al General José de San Martín desplegar su plan estratégico latinoamericano, que, por fin, hizo posible la Independencia de Chile y el Perú.

Así fue que, en enero de 1817, bajo la invocación de Nuestra Señora del Carmen, partió de la ciudad de Mendoza el Ejército de los Andes -ya como representante de una Nación independiente-, el que, tras cruzar ese cordón montañoso que nos separa de Chile, libró airosamente la batalla de Chacabuco contra el ejercito realista el 12 de febrero de 1817 marcando el inicio del camino hacia la independencia definitiva de ese país trasandino, hechos ambos -cruce y combate- que han quedado destacados en los anales de la historia militar nacional y mundial.

Ese hito se vería consolidado poco después con la batalla de Maipú -tampoco soslayada por los estudiosos de la ciencia militar-, disputada el 5 de abril de 1817 en el campo de los Cerrillos de Maipú o Maypo, en cercanías de la ciudad capital de Santiago, la que, como lo adelantáramos, fue determinante para la anhelada Independencia de Chile.

Su concreción -en realidad la de ambos combates acá relatados- no pasó inadvertida en estas tierras, generando un impacto solo comprensible por la genuina identificación de nuestros compatriotas de entonces con las luchas independentistas americanas.

Ese impacto, más allá de lo emocional -componente no menor de la percepción nacional- también tuvo su repercusión institucional, reflejada en la labor del Congreso.

En consonancia con lo anunciado en el párrafo anterior el cónclave patrio -ya sesionando en la ciudad de Buenos Aires- emitió una Declaración el 2 de mayo de 1818, reproducida por el Redactor del Congreso número 33 -órgano oficial del cuerpo legislativo- y también por el periódico la Gaceta de Buenos Ayres en su ejemplar número 70, en la que tras decir que “La brillante conducta militar del Ejército de los Andes ha excitado en el ánimo del Congreso los sentimientos más vivos de gratitud y complacencia.”, dispone una serie de medidas cuyos aspectos principales seguidamente sintetizo:

· Destaca al General San Martín como su principal hacedor.

· Justo reconocimiento nacional a los integrantes del Ejército de los Andes participantes de cada una de ambas batallas.

· Edición de una lámina evocativa tendiente a perpetuar la gloria nacional lograda con ambas batallas, con la inscripción “La gratitud nacional al General en Gefe y Exército vencedor de Chacabuco y Maypo”, la que será distribuida en todo el territorio y con vistas a la erección de un monumento alusivo.

· Declarar a los participantes de cada una de ambas batallas “Heroicos Defensores de la Nación”.

· Disponer que los nombres de estos últimos se inscriban en un Registro Cívico de Honor.

· Establecer que el representante del gobierno argentino en Chile haga los reconocimientos en ese territorio, en consenso con las autoridades de ese país.

· Poner en conocimiento del Director Supremo del Estado lo decidido, para su conocimiento e instrumentación en lo que le corresponda “en la forma que más estime conveniente”.

De esa manera nuestros representantes de entonces, haciendo propio el sentimiento nacional, homenajeaban a los hombres que participaran de las heroicas lides que permitieran la independencia chilena y, más tarde, la del Perú.

Que nuestra memoria les rinda homenaje con un respetuoso y emotivo recuerdo.

Presidente del Centro de Estudios Constitucionales del Comahue. Miembro de Número de la Junta de Estudios Históricos del Neuquén