Capitanes del mundo: la docuserie de Netflix de seis capítulos y con final feliz

Netflix estrenó la docuserie sobre los líderes de la selecciones de fútbol que jugaron el Mundial, muchos de ellos por última vez. Muy bien narrada y con imágenes inéditas.

Por estos días, calurosos, de balances y también de algunos propósitos, la tele es una fuente imparable de grandes momentos pasados. Sobre todo para los amantes del fútbol. Aunque haya transcurrido un año y algunos días, todavía se pueden ver enteros y con prácticamente la misma ansiedad, los partidos del Mundial Qatar 2022 (Argentina -Países Bajos, por ejemplo, y esos dos goles de últimos momento que empataron el anotador y nos llevaron a penales y al “andá pa’ allá”; Argentina-Francia y ese mejor partido de toda la historia de los mundiales que ya sabemos cómo termina). Nadie quiere agotar ese momento histórico. Todos quieren revivirlo. También las señales deportivas. También las plataformas de streaming.


El sábado, Netflix estrenó “Capitanes del mundo”, una docuserie de seis episodios de una hora que vuelve sobre aquellos días en el desierto de Qatar. Y vuelve con un enfoque que, aunque termine dándonos el protagonismo, pone la cámara en todos los líderes de la mayoría de las selecciones que participaron del Mundial 2022.


Producido por Fulwell 73, Netflix y la FIFA, el documental inglés o sólo tiene imágenes inéditas hasta ahora (lo que ya es todo un hallazgo después de tantas horas de revisiones), sino que además tiene entrevistas que parecen hechas en aquellos días, mientras se jugaba el torneo y que le suman ese clima de incertidumbre, ansiedad y alegría o decepción, según el caso.


En el documental hablan, por supuesto Lionel Messi y el capitán de Francia, Hugo Lloris. Pero el acento está puesto en que se trata del último mundial de líderes del fútbol internacional y en que todos quieren ganarlo. Ahí están, en primer plano, Cristiano Ronaldo con Portugal; Thiago Silva con sus 38 años y Brasil; Harry Kane en Inglaterra; Simon Kjaer en Dinamarca; el muy gracioso Gareth Bale (Galés), Kalidou Koulibaly (Senegal), Ehsan Hajsafi (Irán), Maya Yoshida (Japón), entre otros.


Segmentada por llaves, desde la fase inicial hasta las semifinales y final, la producción avanza con un montaje muy bien hecho que imprime ritmo y emoción con sus imágenes. No importa que sepamos el feliz desenlace. La historia está contada de modo que aún sabiendo cómo sigue la historia, tiene intriga, golpes de efecto, de emoción.


Thiago Silva, por ejemplo, es uno de los primeros en hablar. El documental no está muy preocupado por esa previa en la que los brasileños ya se sentían ganadores de la sexta copa. Lo sigue a Silva en un enfrentamiento previo al primer partido, cuando en la conferencia de prensa le preguntan si esta vez se siente “emocionalmente fuerte” para el desafío. Silva se enoja con la pregunta. Y después, en la calma del documental, cuenta sus inicios en el fútbol, cuando se tuvo que ir a Rusia para sostener a su familia, y cuando descubrió que esa sensación de morir que tenía ante cada actividad deportiva era tuberculosis, una enfermedad que logró derrotar para convertirse en el deportista de elite que es. “Para derrotarme a mi hay que se r muy fuerte” dice, y no suena soberbio.


Otra de las entrevistas, que se mechan con imágenes de los partidos, con imágenes de entrenamientos nunca vistas, es la del capitán de Dinamarca, Simon Kjaer, que deja en claro el compromiso de su país y de la selección que aceptó ir a Qatar pero en oposición a la falta de respeto a los derechos humanos que del país anfitrión. Kjaer, vale la pena recordarlo, se hizo famoso en todo el mundo por la manera en la que reaccionó cuando su compañero Christian Eriksen sufrió un infarto durante un partido ante Finlandia en la fase de grupos del torneo. No sólo evitó que Eriksen se tragara la lengua, después organizó a sus compañeros para proteger a su compañero de las cámaras mientras lo atendían los médicos y tranquilizó a la pareja del jugador que presenció los hechos desde la grada.

Fue una decisión que hizo que las familias de los jugadores no vayan al Mundial, así que las cámaras están un poco en Qatar y otro poco siguiendo a la mujer y a los hijos de Kjaer, que viven en Italia, y que desde allá lloraron la derrota del equipo danés.

Kjaer.


La serie de producción inglesa dirigida por Ben y Gabe Turner, arma micro relatos que terminan siendo como macro panorámicas de lo que ocurrió en la cancha. Situaciones que durante aquel noviembre-diciembre de 2022, quizás los argentinos no seguimos con tanta obsesión, absortos como estábamos con nuestra primera derrota y nuestras siguientes victorias, aquí son puestas en primer plano y explicadas por sus protagonistas.


Por supuesto que Cristiano Ronaldo tiene un rol destacado entre los capitanes del mundo; él también vive el que fue su último Mundial. A su modo, dice esas frases que son marca registrada d euna aparente arrogancia (“Yo no busco récords, los récords me buscan a mí”) y también bromea con otras cuestiones (la publicidad que se dio a conocer por aquellos días en la que él jugaba al ajedrez contra Messi). Pero también lo muestra en esos dos últimos partidos en los que quedó en el banco de suplentes, le enfoca los gestos cuando su reemplazante, el jovencísimo Gonçalo Matias Ramos hace un triplete, lo entrevista después.


El documental no se ensaña, no subraya el dolor de los caídos en la carrera hacia la copa del Mundo. Cuenta.
Quizás lo único que se vuelve un poco exagerado es la necesidad de apoyarse en periodistas que cubrieron el Mundial; en uno por país. En el caso d ela Argetnina, la periodista que funciona como hiladora y comentarista del sentir nacional es Sofi Martínez. A ella le toca explicar cómo se vivió la derrota contra Arabia Saudita, qué significó Diego Maradona en el Mundial del 86, qué significó después de Malvinas, que significa Lionel ahora.


El documental refleja muy bien las batallas de los pequeños contra los grandes: la hazaña de Arabia Saudita, la de Japón, y sobre todo, la de Marruecos, que está documentada no sólo desde su capitán, sino también desde las calles de ese país que por pimera vez llegó tan lejos en la historia de los mundiales.
Por supuesto, hacia los capítulos finales (y aquí no hay spoilers posibles), se vuelve aún más interesante para el público argentino. Ahí está, como muestra, el partido contra Países Bajos, esa previa cargada de dardos disparados por Van Gaal, la palabra de Messi, el racconto del conflicto que se remonta hasta los tiempos de Riqulme en el Barcelona, cuando el holandés lo dejaba en el banco, el gesto de Messi del Topo Giggio en pleno mundial, y el pitido sobre “el andá pa´allá, bobo”, que evidentemente la Fifa encontró ofensivo y lo tapó.


Y ahí está por supuesto el capítulo final y nuestro título, y ese partido para el infarto que nos regaló la mejor navidad, la del 2023. Es una historia de la que conocemos el final, pero está tan bien narrada y tiene unas imágenes y unas entrevistas tan bien hechas, que es un placer pedir: contamelo otra vez.


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