Aumento de tarifas de luz y gas: qué esperar en Neuquén y Río Negro
El gobierno nacional extendió la emergencia energética y poder modificar las tarifas. Además en el super DNU ordenó modificar la forma de calcular los subsidios que en la región llegan a más de 250.000 usuarios en el servicio de energía eléctrica. En Río Negro y Neuquén deberá aguardarse un segundo tramo de autorizaciones.
El gobierno nacional de Javier Milei inició el proceso para incrementar las tarifas de luz y gas de todo el país pero con un escenario de doble impacto: por un lado el de la eliminación casi total de los subsidios, y por el otro el del traslado de la devaluación del peso. En este artículo analizaremos los lineamientos que desde Nación se han realizado, y el impacto que podrían tener las subas en ciernes en los usuarios de Río Negro y Neuquén.
Comencemos con el principio. El objetivo de base del gobierno de Javier Milei es reducir a la mínima expresión posible los subsidios a la energía.
Durante este año se estima que los subsidios a la energía representarán nada menos que 10.000 millones de dólares (a octubre superaban los 8.800 millones de dólares), un punto que el ministro de Economía, Luis Caputo ya anticipó que formará parte del paquete de recortes que, junto con los subsidios al transporte representarían un achique del 0,7% del Producto Bruto Interno (PBI).
Pero lo que no detalló en el video en el que dio a conocer que el dólar oficial ascendió a 800 pesos, es que junto con la devaluación del peso se multiplicaron los subsidios, pues prácticamente todo el sistema energético está tarifado en dólares.
Dicho esto más en claro, hasta el 12 de diciembre la energía eléctrica tenía un costo expresado en pesos de 370 pesos el kW, pero con la devaluación ocurrida el día siguiente, ese costo pasó a 740 pesos.
Sobre ese costo es que se aplican los subsidios de Nación de forma porcentual, por lo cual, los subsidios se duplicaron literalmente de la noche a la mañana. Es por esto que, de no aplicarse un recorte, los subsidios del 2024 lejos de achicarse podrían dispararse hasta los 20.000 millones de dólares.
Hasta dónde llegan hoy los subsidios
La segmentación tarifaria aplicada por el gobierno anterior llevó a que solo una porción de los usuarios esté hoy pagando un costo de suministro sin subsidios.
En la región, sobre un universo de 400.000 usuarios del servicio eléctrico abarcados por las grandes distribuidoras (Edersa, EPEN y CALF), poco más de 150.000 pagan las tarifas plenas, al estar dentro del grupo N1, el que ya perdió los subsidios.
Los restantes 250.000 usuarios tienen una gran parte del costo de la energía que utilizan subsidiada, que representa que ya antes de la devaluación solo abonaban cerca del 18% del costo de la generación real con sus boletas.
Los últimos registros de la segmentación en la zona marcan que de estos 250.000 usuarios con subsidios en la energía eléctrica de la región 172.000 estaban el noviembre en el segmento más bajo, el N2, asociado a la tarifa social.
Mientras que los restantes 78.000 usuarios se ubicaban en el grupo N3, el segmento medio que mantiene los mismos subsidios que la tarifa social pero hasta un máximo de consumo mensual de 400 kW/h.
Subsidios por casa y no en general
De acuerdo al plan que busca aplicar el equipo del secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, este grupo intermedio de usuarios sería el más afectado con las nuevas boletas por venir, a partir de un doble efecto de pinzas que tendrá por un lado la quita de subsidios, pero también por el otro el aumento de los costos.
Según revelaron a RÍO NEGRO fuentes de la secretaría de Energía de la Nación, “lo que buscamos es que los subsidios vayan a la demanda y no a la generación”, es decir subsidiar directamente a las familias que más lo necesitan y no a bloques generales o segmentos en los que puede haber familias en diferentes situaciones socioeconómicas.
“Queremos analizar casa por casa, porque no es lo mismo un hogar donde hay 8 personas, de las cuales solo una tiene trabajo y 6 son niños, que la casa que puede estar al lado, que es igual, pero donde solo viven dos personas y las dos trabajan”, explicó uno de los referentes del equipo de Energía. Algo similar a lo planteado por el mega DNU 70/23 que planteó como lineamiento el cálculo de los subsidios en función de los ingresos de las familias.
Desde el gobierno se indicó que la quita de los subsidios podría darse en etapas, en un plazo total de tres años y retirando en cada año un tercio de los aportes.
Llevar entonces el subsidio en bloque de 100 ó 200 kWh por mes a las familias que más los necesitan es el objetivo del gobierno, pero claro está que se trata de un esquema que demandará tiempo.
“Hay mucha información en distintos organismos del Estado por lo que, si bien es cierto que es un trabajo arduo, creemos que no nos tomará tanto tiempo”, argumentaron.
En tanto que algo que no se ha aclarado tampoco es cómo si la quita de subsidios será paulatina o no. El ministro Caputo indicó en una entrevista televisiva que una alternativa es que sea gradual, en un plan de tres años, en el que en cada año se retire un tercio de los subsidios, algo que aliviaría el salto en las facturas.
Tarifa eléctrica regional
A diferencia de lo que ocurre con el gas, que tiene una tarifa nacional marcada por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), en el caso del servicio eléctrico de la región se está ante poderes concedentes locales, que son los municipios o provincias, según el caso.
Esto hace que una vez que se defina el nuevo precio estacional de la energía y también un aumento en el costo del transporte luego de la audiencia pública nacional, serán los municipios de Neuquén y el Ente Regulador de la Energía de Río Negro (EPRE) los que fijen la letra fina de cada aumento.
Desde las distribuidoras consultadas se alertó que pese a que las tarifas aumenten en los valores señalados, solo entre el 24% y el 30% del total de las facturas corresponde a los ingresos reales de las firmas locales, en donde más de la mitad de esos fondos se destinan a sueldos y la mitad restante a obras, mantenimiento y a las reposiciones de equipos y cables robados, una situación que se multiplicó en los últimos tiempos.
En tanto que se alertó sobre una situación que podría escapar del cálculo nacional y es la cantidad de barrios que no tienen redes de gas natural en la región y que en los inviernos multiplican su consumo eléctrico para poder calefaccionarse.
El DNU y la audiencia pública
El engranaje hacia un incremento de las tarifas ya se puso en marcha, primero con la convocatoria a audiencia pública para el segmento del gas por redes, fechada el próximo 8 de enero.
Y luego este lunes con el DNU de Emergencia Energética, que en términos concretos prorrogó la emergencia que se declaró en diciembre de 2019 y continuaba vigente, ya que este mecanismo permite no aplicar por ejemplo la última Revisión Tarifaria Integral realizada para el sector de la energía eléctrica que podría implicar un salto tarifario mucho mayor al esperado por el gobierno, y sobre todo, de forma inmediata y no escalonada.
Es que desde las consultoras especializadas se han trazado posibles escenarios de las subas por venir. Daniel Dreizzen, el titular de Aleph Energy, consideró que en el caso de los segmentos medios y bajos el servicio de luz, “hoy pagan un quinto del costo de generación, por lo que de sacar los subsidios habría que multiplicar la tarifa por 5 y, por el efecto de la devaluación, habría que multiplicar por 10”.
Para el titular de Economía y Energía, Nicolás Arceo, las subas podrían llegar al 360%, valores que tienen un cero menos que los registrados en el gobierno de Mauricio Macri cuando las subas promediaron el 1300%.
Emergencia energética: el aumento de subsidios en la tarifa de luz se agudizó en 2023
Sin embargo, estimó en el caso de la luz y de Buenos Aires, que para el grupo sin subsidios una boleta promedio de consumo mensual que hoy está en 10.467 pesos pasaría a los 23.569. Esto es un aumento del 125%.
Para el segmento de menores recursos, el consultor estimó que se mantenga un 20% de los subsidios, con lo cual se pasaría de una boleta de 3.970 pesos a 9.082, subiendo así un 129%. Y el mayor impacto estaría en los segmentos medios, el N3, que pasarían de pagar una boleta promedio de 5.518 pesos a lo mismo que el N1, 23.569 pesos. Siendo así el aumento del 327%.
En tanto que en el caso del servicio de gas por redes, las subas irían del 204% para el grupo sin subsidios, al 168% en el grupo de menores recursos y se dispararían hasta el 336% para el segmento medio.
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