Se celebra a la Virgen de la O: Cómo pedirle a la protectora de las mujeres embarazadas
De cara a las celebraciones por el nacimiento de Jesús, este lunes se celebra a la Virgen de la O que invoca el cuidado para las mujeres durante el embarazo y el nacimiento.
La Virgen de la O recuerda la paciencia y la confianza en Dios de María.-
La Iglesia Católica celebra cada 18 de diciembre a la madre de Dios, bajo la advocación de la Virgen de la Esperanza conocida popularmente como la Virgen de la O, o la madre del Adviento. Su enseñanza es la espera con paciencia en Dios, aprendiendo a confiar en las promesas de Él.
Se entiende que la Virgen de la O vivió su embarazo sin miedo, sin angustia o ansiedad, confiando en Dios plenamente. Los fieles devotos miran a María en esa dimensión esencial de su vida: la de la maternidad ejercida, con los cuidados propios de la gestación y todo lo que eso significa.
Así como cada mujer con un hijo en camino puede encontrar en la la Madre de Dios una compañía cercana, alivio, fortaleza y esperanza, la celebración de la Virgen de la O resulta propicia para enriquecer y profundizar en aquello que la Iglesia vive durante los días del Adviento.
La Virgen en todas sus formas como madre que es alecciona, da ejemplo y acompaña a padres y madres en el sendero que se dirige a recibir una nueva vida; la Virgen de la O así se constituye para los progenitores en símbolo de esperanza.
Contemplando a la Madre de Dios en los días previos al alumbramiento de Jesús con muy poco, con casi todo en contra, experimentando soledad y pobreza, vemos a una mujer dispuesta a todo por su hijo. Ella acoge la vida divina con amor y la potencia con su sacrificio en el día a día.
Esta es la oración para la Virgen de la O
Si querés invocar la protección de la Virgen de la O, podés hacerlo con esta oración.
Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.
Virgen del Adviento,
esperanza nuestra, de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la Reina.
Alza nuestros ojos, hacia tu belleza.
Amén.
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