¡Oíd mortales!
Charly García volvió a cantar tras su recuperación. Se presentó ayer, a las 18, en la basílica de Luján.
No fue mucho tiempo. Apenas media hora. Pero sirvieron para ver a Charly recuperado en su aspecto, y para volver a oirlo haciendo lo que más le gusta: música.
Después de ocho meses sin actuar en vivo y todavía inmerso en un tratamiento médico, Charly García se dio el gusto de improvisar un mini-recital gratuito en la ciudad bonaerense de Luján donde repasó varios de sus clásicos y le dió un mimo a los incondicionales fans que se acercaron hasta allí a escucharlo.
El lugar fue la Basílica de Luján, elegido especialmente por Charly, según trascendió, para agradecerle a Dios la mejoría que experimenta.
Con siete canciones desplegadas durante poco más de media hora, el artista rockero concretó una vuelta que agitó la tranquilidad del lugar.
A las 18.05 y acompañado por Ramón Palito Ortega -convertido en una suerte de tutor de esta nueva etapa de su vida- García descendió de una combi blanca y se trepó al pequeño escenario enclavado en la plaza General Belgrano donde sus músicos ya venían desgranando los acordes de «Demoliendo hoteles».
Con varios kilos de más y de buen humor, Charly no se quitó los auriculares y pasó casi todo el show sentado frente al teclado ubicado a la derecha del tablado desde donde participó del recorrido por varios de los temas más emblemáticos de su trayectoria en solitario.
Enseguida entonó «Promesas sobre el bidet» y «No me dejan salir» y mientras la presión de sus seguidores crecía por verlo de cerca, solicitó: «Lo único que les pido es que no volteen las vallas. Nosotros seguimos rockeando».
García compartió protagonismo escénico con sus músicos, Fabián Quintiero (teclados), y los chilenos Kiushe Hayashida (guitarra y coros), Tonio Silva Peña (batería) y Carlos González (bajo) y apenas si se trasladó por el tablado colocado demasiado bajo para la expectativa de quienes querían verlo de cerca.
El set continuó con «Cerca de la revolución», «Influencia» y «No voy en tren», momento en que una parte de las 700 personas reunidas en el lugar casi que habían llegado hasta el filo del escenario.
Con el Himno Nacional Argentino concluyó el concierto tan corto como intenso y quien fuera mentor de los grupos Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Seru Girán fue llevado prácticamente en vilo hasta la combi blanca que lo devolvió a la quinta de Ortega donde está completando su rehabilitación.
Además de Palito, Rosario y Julieta Ortega también estuvieron presentes en el escenario acompañando esta vuelta de García donde el rock apreciado no disimuló que se encuentra en recuperación y aún lejos de la plenitud.
García también se dio el gusto de mostrar un cartel que dice «La paz es posible si usted quiere. Charly», con la intención de agradecer el cariño que recibió de sus seguidores.
Los momentos previos al show bañado por el sol del caluroso atardecer lujanense, el creador los pasó nadando en la piscina de la quinta de Ortega.
Tan calmo y relleno como se lo apreció en sus salidas de los últimos días -en los recitales de Peter Gabriel y Radiohead, en la premiere del filme «Mundo alas», de León Gieco, y en una función de la obra «Más respeto que soy tu madre», dirigida y protagonizada por Antonio Gasalla-, García reapareció y le dio una alegría a la cultura argentina.
(Télam/Agencias).-
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