Egresados sub 60 de escuelas nocturnas en Río Negro: nunca es tarde para cumplir anhelos
Dos historias de superación y sacrificio de estudiantes que pese a los obstáculos hoy logran terminar el secundario en Roca a sus 51 y 37 años. El apoyo de sus hijos fue fundamental. No hay edad para aprender, tampoco para cumplir sueños.
“Se puede. No bajen los brazos, no importa la edad”. A punto de egresar de la secundaria de adultos y cumplir un sueño postergado, Fabiola y Eduardo cuentan sus historias de sacrificio para cerrar un ciclo en sus vidas y lograr título por el que lucharon largo tiempo.
“Tuve una vida muy difícil. Estuve casada 20 años y no me dieron la oportunidad de estudiar, no tuve esa posibilidad”, empezó a relatar su historia Fabiola Álvarez, con los ojos brillantes y llenos de orgullo. Tiene 51 años y vive en barrio Los Olivos. Es madre de cuatro varones de 32, 30, 28 y 17 años. El más chico está cursando sus estudios en el diurno por lo que comparten edificio escolar.
Eduardo Mirazo tiene 37 años, dos hijos de 17 y 14 años. Trabaja en el Servicio Penitenciario y vive en el barrio Alfonsina Storni. No da más de la felicidad porque no solo cumple su anhelo, sino que lo comparte junto a su hijo más grande, que egresa con el este año.
“Fui papá joven. Eso me llevó, en cierta manera, a no poder terminar mis estudios secundarios», relató el hombre. “Hay muchos factores que nos impiden, que nos dicen ‘no vayas’”, confesó Eduardo. No es fácil ir todos los días al aula luego de extensas y tediosas jornadas laborales.
Hoy por la tarde, los dos recibirán su diploma en un acto de egresados junto a otros 29 estudiantes tras finalizar sus estudios en modalidad de jóvenes y adultos del Centro Educativo Nocturno Secundario (CENS) N° 7 de Roca. Ellos quieren que todo el mundo lo sepa: estudiar abre puertas y cambia la vida.
Empezaron a estudiar en pandemia con modalidad virtual. Son compañeros de escuela y se conocieron en persona recién en segundo año cuando se levantó el aislamiento por covid-19.
“Dentro de mi familia las mujeres no pudieron estudiar, así que en mi caso voy a ser la primera en pasar por la escuela secundaria y pisar la universidad. Estoy cambiando mi historia”, profundizó Fabiola. En aquella época, “las mujeres no teníamos muchos derechos”, analizó.
Sin descanso y plenamente motivada, la mujer crió y cuidó sola a sus hijos y hoy lo logró con ayuda de ellos. Los proyectos siguen porque ya se pre inscribió para estudiar Enfermería en la Univesidad Nacional del Comahue (UNCo) en Allen, en 2024.
“Jamás pensé que iba a poder llegar hasta acá porque he luchado muchísimo por salir adelante, porque me quedé sola con mis hijos, como tantas mujeres. Todos los días me reinventé, tuve hasta un micro emprendimiento sola, pero me faltaba el estudio”.
Fabiola Alvarez, egresada colegio nocturno 2023 CENS 7
Trabajó en un salón comunitario como cocinera pero dejó este año para abocarse plenamente al estudio. Una charla y sus hijos fueron el gran motor para incentivarla a cumplir el desafío y llegar a la meta. “Antes yo era la que controlaba que ellos estudien, ahora ellos son los que revisan las carpetas y me impulsan a seguir”, dijo entre risas. Eran muchos los miedos al empezar a estudiar, pero consiguió apoyo en el camino.
“Un poco fue detenerme, mirar mi pasado y darme cuenta de que me faltaba tanto por aprender y por cambiar mi historia. Si bien cualquier trabajo es digno, tener conocimiento y estudio te cambia la vida. Me siento muy orgullosa porque he logrado muchas cosas en este paso por el colegio, me ayudó a entender un poco más la vida”, relató la mujer.
Cansados del trabajo, con hijos, y teniendo que garantizar un plato de comida para la familia, los dos dejaron muchas cosas de lado por la firme decisión de estudiar. «En mi época, en la fuerza no se exigía la totalidad del secundario, sino la mitad. Se me dio la posibilidad y comencé a trabajar, que era lo que más me urgía”, contó Eduardo sobre su historia.
“Esta era una de las metas que tanto anhelaba, terminar el secundario, dar por financiado este ciclo. Fue un anhelo de toda la vida y se impulsó por mis hijos, ellos son los que me incentivaron a finalizar”, reconoció el hombre.
“No puedo dejar de agradecer la predisposición de la escuela, a mis hijos y mis compañeros, hasta el mismo director, que me alentaban a volver”
Eduardo Mirazo, egresado nocturna 2023 CENS 7
“Nos volvimos adolescentes de vuelta”, expresó Eduardo y coincidió con Fabiola en que se formaron vínculos fuertes entre compañeros. “Es una satisfacción personal, es hermoso, el final es hermoso, es como que un sueño hecho realidad”, cerró Eduardo.
Los obstáculos en el camino
“Hay momentos que uno quiere dejar, pero ahí es donde los profesores, el director, todos ellos ponen su granito de arena para que no dejes”, contó Fabiola. Para Eduardo fue muy difícil combinar el trabajo con la escuela, pero la institución lo ayudó.
A mediados del cursado de segundo año, Eduardo tuvo inconvenientes laborales y personales; y se terminó alejando de la escuela. Lo intentó tres veces y las primeras, abandonó. En esos momentos, prevalecía el trabajo, era mucho más importante.
“Era como un anhelo que no se podía terminar de cerrar. Formé mi familia, hice mi vida y llegó un punto en el que algo me faltaba. Siempre venía, me anotaba y abandonaba, porque si no era por mi trabajo, era por otras cuestiones y nunca podía”, reconoció.
“Algo en mi interior que quería volver, pero no podía por el tiempo, por esto, por lo otro, por mil cuestiones. Hasta que volví”, recordó y se esforzó y dedicó mucho tiempo al estudio.
Según datos del establecimiento, alrededor de un 30% de los estudiantes quedan en el camino, en promedio. A veces retornan y a veces no. “Éramos 15 en cada curso y se fueron unos cinco”; contó Fabiola.
Uno de los principales obstáculos son los hijos pequeños. “Hay chicas jóvenes que son madres y no tienen con quién dejar a sus hijos”, expresó, por lo que tener una guardería ayudaría en esos casos.
Acompañar las trayectorias de principio a fin
“Esta escuela viene impulsando acompañar a las trayectorias de los estudiantes. Buscamos muchas estrategias para que los estudiantes puedan completar sus planes de estudios y no abandonen”, contó Oscar Morro, director del CENS 7.
Empezó como maestro de grado y hoy elige dedicarse a la educación de jóvenes y adultos. Hace cuatro años está como director de esta escuela y tiene una trayectoria docente de más de 33 años en Río Negro. Es profesor en Ciencias de la Educación y de Enseñanza Primaria egresado de la UNCo y el IFDC de Roca.
Hay una matrícula de cerca de 70 estudiantes entre 18 y 65 años. Los más de 35 docentes y personal de apoyo generan un grupo humano sin el cual no sería posible rodear a los estudiantes para que terminen.
En la década del 60, cuando se comenzó a trabajar con adultos, se aplicaban las mismas propuestas educativas de los niños a los adultos. En cambio, ahora se tiene en cuenta la cosmovisión de los adultos, sus ideas, se respetan sus edades educativas y todos sus saberes previos.
“A partir de ahí se generan propuestas educativas y proyectos interdisciplinarios”, comentó, como proyectos colectivos relacionados con la alimentación, biodiversidad, recursos naturales, energía y hasta talleres de Educación Sexual Integral. Además, desde el año pasado trabajan en proyectos de Convivencia Escolar para el abordaje de situaciones complejas.
Esta institución está ubicada en calle La Plata 635 de barrio Los Olmos de Roca con orientación de Auxiliar de Recursos Naturales. Además, tiene su anexo en la Colonia Penal N° 5, donde 19 internos ya egresaron en esta promoción.
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