Marina Baca Cau, la Gran DT del patín neuquino
Entrenadora de Alta Barda y de la selección neuquina, trasnformó a los dos equipos en potencias nacionales.
Entrenamiento, dedicación y constancia. Esas fueron las claves que eligió Marina Baca Cau para explicar el gran momento del patín carrera neuquino, que se consolidó como una potencia a nivel nacional. Con Alta Barda o con la selección provincial, la entrenadora bate récords y en este 2023, la doble conquista sirvió para llegar a 10 trofeos ininterrumpidos desde 2017.
Marina ama el deportes, pero su pasión se multiplica a la hora de enseñar y proyectar. Y más de la mitad de su vida la dedicó a la dirección técnica. Empezó en 2005, nunca aflojó y está lejos de hacerlo.
De TCI a Alta Barda
Fue en la escuelita del barrio TCI, cuando Baca Cau se puso los patines por primera vez y arrancó la historia. “Cuando mis viejos vieron que me había enganchado, dimos con Alta Barda. Tenía 10-11 años (hoy tiene 37) y ahí me metí en el ámbito federativo. No paramos nunca más”, relató la Gran DT.
En su último año de juveniles, asomó el embrión de Benjamín Gader (hoy pieza clave de Alta Barda, la selección y ya mundialista con Argentina). “Quedé embarazada de Benja, hubo una lógica pausa y empecé a estudiar educación física. Desde ahí se dio todo muy rápido y en 2005 arranque con la escuelita de patín en el club”.
En ese comienzo se cimentaron las bases de las copas de hoy. “Teníamos muy poquitos nenes, pero le pusimos muchas pilas y aparecieron un montón. Los primeros fueron Josefina y Fran Reyes Petrelli (hoy, de selección), que siguen hasta la actualidad. Fuimos a muchos lugares, armamos diferentes grupos. Ahí nació todo”.
Entre 2006 y 2011 se dio otro aspecto clave, porque Marina pudo conocer, a fondo, la realidad del patín capitalino. “Me contrataron de la muni, con unas pasantía rentadas, para dar clases en los barrios. Estuve en Gregorio, Melipal, San Lorenzo…Siempre de manera paralela con el club. Fue una linda experiencia”, contó.
Desde 2011, al frente del proyecto
Terminada esa etapa, la gran chance. “En 2011, Topo López decide irse (hoy presidente de la Federación provincial) y agarramos todas las categorías. Armé proyecto, quedé como coordinadora y hoy tenemos un staff permanente de 8-9 profesores”.
Con Alta Barda como potencia nacional y gran abastecedor de patinadores a la selección, Neuquén se consolidó en la gran referencia argentina. ¿Las claves? “Entrenamiento, constancia, dedicación y también la experiencia. Son 20 años de pista, sólo como entrenadora y sobre todo, de estar convencida y con un proyecto firme. Son chicas y chicos que se han formado acá, cumplieron el paso a paso y los resultados están a la vista”.
En esa máxima de no aflojar, los objetivos pasan por “poder mantener el nivel que venimos logrando. Somos campeones nacionales desde 2018 (en el club y desde 2017 en la selección) y es natural que los demás nos quieran ganar. Hay que trabajar, siempre. Y sostener el nivel para que sigan las convocatorias a las selecciones”.
Una potencia
- 10
- Son los títulos nacionales que logró Marina desde 2017. Cinco con Alta Barda a nivel clubes y cinco con Neuquén en el Argentino de Federaciones.
Los obstáculos y la gloria multipicada
Como todo camino glorioso, siempre hay obstáculos. Y Marina los enumera. “La falta de un calendario anual a tiempo, para poder planificar todo y estar listos para los torneos importantes es una complicación. Por ahí nos mandan convocatorias una semana antes y te cortan un proceso o una pretemporada”, ejemplificó.
El económico y la distancia también son factores de riesgo: “Hemos tenido ayuda y la tenemos, desde del ministerio de Deportes o de gente que siempre colabora, pero mover las delegaciones siempre es un tema. Estamos lejos de Buenos Aires, de Rosario, de Mar del Plata, que son los lugares que visitamos habitualmente. Allá lo arman rápido, tienen viajes de dos o tres horas y listo. Para nosotros significa mucho tiempo y mucha plata”.
Para contrarrestar estas situaciones, nada mejor que los puntos fuertes. “Tenemos una dirigencia y un club que nos escucha, nos apoya y nos acompaña en todas las decisiones como equipo. Y ni hablar de la familia, que acompaña en todo momento, tanto en los entrenamientos, como en cada propuesta que sale del equipo de trabajo. Es un grupo que está siempre al pie del cañón”, cerró.
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