Por qué hay estrellas que rotan más rápido
Una astrónoma de la universidad pública de Río Negro y el Conicet encuentra pistas para entender a las llamadas Estrellas Be
El Universo esconde muchos secretos, y uno de los que más despierta interrogantes son los diversos cuerpos, como las Estrellas Be, que se caracterizan por rotar a mayor velocidad.
Cuál es el origen de la rápida rotación de esas estrellas es una de las preguntas que motiva la investigación de la doctora en Astronomía, Anahí Granada, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) e investigadora del Conicet.
“Desde chiquita me interesó mirar el cielo estrellado desde mi casa en Bariloche y mi papá me llevaba a ver charlas de divulgación en la biblioteca Sarmiento. Pero decidí que quería ser astrónoma en la secundaria. La verdad es que siempre me interesaron las ciencias en general”, contó Granada, sobre la pasión que lo llevó a elegir la profesión.
Desde hace más de 400 años se sabe que el Sol gira sobre su eje, y desde hace algunas décadas se ha observado que en mayor o menor medida todas las estrellas rotan. Pero hay un grupo de objetos en particular que rotan más rápido que otros. Son las estrellas Be.
Granada explicó que la “B” hace referencia al tipo espectral de la estrella, y en este caso son las que tienen entre 10 mil y 30 mil Kelvin (k) de temperatura en su superficie, y que tienen masa intermedia (no superan las 15 masas solares). En tanto que la “e”, significa “emisión”, por su disco “achatado de material alrededor de la estrella”.
En diálogo con Diario Río Negro, la experta contó: “Por su elevada velocidad de rotación, estos objetos muestran signos de achatamiento en su superficie, variabilidad superficial y pérdida de material, a partir del cual se forman unos discos alrededor de manera periódica, en escalas que van de meses a años”.
Amplió que las Be presentan variaciones en su superficie en diferentes escalas de tiempo. “En años, en la formación y disipación del disco, y hay otros cambios pequeños en la superficie, que se dan en más en corto período, con cambios pequeños en la superficie”, expuso.
La docente explicó que, aunque las estrellas Be son bastantes numerosas, todavía “se debate mucho sobre el origen de su rotación rápida”.
En los últimos años se especializó en el estudio de este tipo de objetos. “Nos interesa estudiar los entornos, que han producido un gran número de estrellas Be”, señaló.
Granada expuso que están las estrellas O, que son las más grandes y brillantes, que tienen más de 15 veces la masa del Sol.
Un poco por debajo de ellas, vienen las Estrellas B, “muy luminosas y brillantes, y en ese rango están las que pueden llegar a rotar rápido”.
Dijo que lo hacen a una velocidad crítica de rotación. Eso quiere decir que “es la velocidad a partir de la cual la gravedad que tira la materia hacia el centro está como equiparada con otra fuerza centrífuga y el material puede empezar a irse de la estrella si lo hace un poco más rápido. Entonces, la estrella está rotando muy rápido, al límite de poder perder material”. Dentro de las “Estrellas B”, están las “estrellas Be”, que son las que presentan una línea de emisión en ciertas regiones.
“Nos permite interpretar eso como la presencia de un disco de material alrededor de la estrella. Y en este caso, dada la gran rotación de los objetos y la presencia de estas emisiones, entendemos que tienen un disco alrededor de material que se fue perdiendo. Estos fenómenos van y vienen, a veces lo tienen y cuando deja de perder el material desaparece el disco”, amplió.
“Podría ser que la estrella haya estado girando rápido desde su formación, que haya intercambiado material con otra si es que ambas forman un sistema binario. Es decir, que están lo suficientemente cerca entre sí como para influenciarse mutuamente. O que se haya producido algún otro acontecimiento energético, por ejemplo, una explosión de supernova en las proximidades de la estrella”, señaló sobre algunas de las razones. Aunque también dijo que exploran otros canales: indagar si “ya desde que se inicia la evolución de las estrellas que tengan intrínsecamente mucha rotación”.
Para llevar adelante el estudio se utilizaron datos del satélite Gaia, un telescopio europeo que brinda, entre sus informaciones, precisiones del brillo de las distintas estrellas, posiciones, las velocidades, además de un detallado mapeo de objetos astronómicos. Por otro lado, para indagar sobre el material interestelar se utilizan datos de hidrógeno neutro de Herschel.
Junto con Granada, también integran el estudio el doctor Sergio Parón del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) y el doctor Matías Núñez, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo).
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