Woody Allen pinta su propia Barcelona

El viernes se estrena en Neuquén, "Vicky Cristina Barcelona". Protagonizada por Penélope Cruz, ganadora del Oscar por su papel. Una película ligera que sirve para admirar la belleza de esta ciudad.

En «Vicky Cristina Barcelona», su última película europea luego de la trilogía filmada en Londres que fue de «Match Point» a «El sueño de Casandra» y que se estrena este viernes en Neuquén, Woody Allen ofrece una historia ligera, de a momentos divertida y que no evita los clichés sobre una España fogosa, temperamental y sensual. Aunque el director no estuvo nominado a los Oscar, la película no estuvo ausente en la ceremonia Penélope Cruz se llevó el premio a Mejor Actriz de Reparto y el primero para una mujer española lo que fue ampliamente festejado por los diarios .

Rodada en el verano español del 2007 y convertida en una de sus películas más taquilleras en los Estados Unidos, luego de «Manhattan» y «Dos extraños amantes», «Vicky Cristina Barcelona» sigue el propósito enunciado por el propio Woody Allen de «mostrar Barcelona muy a través de mis ojos». Lo que no le impide caer en los clichés de un supuesto desprejuiciado espíritu mediterráneo español ni tampoco robar bellos planos de una Barcelona efectivamente bonita.

«Adoro Barcelona, mi mujer y mis hijos tenían ganas de pasar el verano allí y escribí algo para poder rodar en Barcelona», explicó sin trazos de rubor el creador de «Hannah y sus hermanas» al presentar el filme en el último Festival de Cannes, donde fue proyectada en la Selección Oficial fuera de competencia.

Y algo de esta liviandad de objetivos, algo del aire despreocupado de la motivación que le dio origen junto con un enorme oficio para narrar que ya no pelea contra ninguna convención se hace evidente en este filme.

La historia es la de dos jóvenes norteamericanas (Rebecca Hall como Vicky y Scarlett Johansson como Cristina) que llegan a Barcelona para pasar un verano («Son dos jóvenes que van allí y ven su mundo desintegrarse de a poco», aseguró el realizador sobre el filme).

¿Qué las cambia? En principio un pintor de nombre Juan Antonio interpretado por Javier Bardem, que resume en su personalidad los encantos dionisíacos del erotismo, el buen vivir y el buen comer con el talento artístico, cierta pose de playboy, buen dinero y pocos compromisos más allá de los que impone el momento y el placer.

También (y esto se hace evidente cuando llega a Barcelona el novio de Vicky) ver desde lejos y desde otra óptica la puerilidad de una vida neoyorquina centrada en juegos de golf, adelantos tecnológicos, casas con piscinas, relaciones y ambiciones financieras.

A este trío compuesto por Vicky, Cristina y Juan Antonio se suma la temperamental María Elena (Penélope Cruz), ex mujer del pintor, suerte de genio enloquecido y amor permanente e imposible de Juan Antonio, que viene a terminar de cerrar la historia hacia la mitad del filme y, en algún sentido también, a malograrla por cuanto la trama se torna poco sutil y algo tonta.

Número uno de taquilla en España y por dos semanas en Francia, este filme es una película más de Woody Allen, lejos de sus grandes cintas como «Celebrity», «Dos extraños amantes», «Crímenes y pecados», «Hannah y sus hermanas», «Manhattan», pero no por eso decepciona: la película es ligera, fácil y corre sin obstáculos de principio a fin con bellos paisajes y música española. (Télam).


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