El juez encontró la manera de quedarse con la investigación del homicidio del soldado Córdoba en Zapala
La actitud del juez federal Greca pone en riesgo una vez más la marcha de la investigación y la posibilidad de llegar a la verdad.
La fiscal federal Karina Martínez Stagnaro rechazó hacerse cargo de la investigación del homicidio del soldado Pablo Gabriel Jesús Córdoba (21), porque va en contra de las reglas del proceso penal federal y de la jurisprudencia de la Cámara Federal de Roca. De esta manera, el juez Hugo Greca seguirá al frente del expediente.
La jugada de Greca fue cambiarle la carátula al expediente, de «muerte dudosa» a «homicidio» y pasarle la investigación a la fiscal federal. Pero el magistrado no puede desconocer que procesalmente es incorrecto delegar una causa seis meses después de iniciada.
Los pedidos para que recaratule la investigación como homicidio fueron insistentes. Sin embargo, el juez dijo en su escrito que es la primera vez que se lo solicitan.
Greca, quien está en carrera para ascender a camarista, actuó todo este tiempo como juez de instrucción, y ahora pretende pasar a ser juez de Garantías, lo cual implica violentar el proceso. Un imputado que aparezca a futuro podría pedir nulidades y la causa iría al fracaso.
De sólidos contactos con el Ejército, según revelaron altos jefes militares, Greca nunca aceptó la teoría del homicidio y trabajó fuertemente para tratar de demostrar que Córdoba se suicidó. Pero todas las pruebas reunidas hasta el momento descartan esa hipótesis.
Tardó 162 días en caratular «homicidio» la investigación de la muerte del soldado voluntario. Una avalancha de pruebas científicas, más la tenaz resistencia de la familia y la movilización de la comunidad, le terminaron torciendo el brazo al magistrado.
Córdoba cumplía guardia en el Grupo de Artillería 16 de Zapala el 1 de junio a las 6 de la mañana cuando recibió dos disparos en distintos sectores de la cabeza. Uno le ingresó por el mentón y salió por la frente, y el otro por la sien derecha y salió por la izquierda.
El Ejército habló de un suicidio pero a las pocas horas, cuando se supo que el joven tenía dos disparos en diferentes sectores, la versión fue puesta en crisis.
Los errores iniciales
Sin embargo todo indica que los primeros pasos de la investigación tuvieron groseras fallas. No se preservó el lugar del hecho, ni se convocó a personal especializado en Criminalística, y se perdió información valiosa.
Los manuales más básicos mandan a investigar una muerte con la teoría del caso del delito más grave (en este caso, un homicidio), y a medida que se van descartando indicios se considera una hipótesis más leve (por ejemplo un accidente o un suicidio).
Con los días, las cosas empeoraron. El juzgado federal de Zapala está vacante y el subrogante, Hugo Greca, es de Roca. Recién viajó al cuartel 37 días después.
Su situación se complicó cuando trascendió que mantenía contactos con altos jefes del Ejército a quienes entregó una copia del expediente. El abogado querellante Maximiliano Orpianessi pidió su apartamiento; el juez lo rechazó y decretó el secreto de sumario.
Contradicciones entre los testigos
A los tropezones, fueron acumulando declaraciones testimoniales que se contradecían entre sí. Soldados, oficiales y suboficiales dieron versiones distintas sobre:
• La posición del cuerpo.
• La posición del fusil.
• La ropa que vestía la víctima.
• Quién fue el primero en tocar el fusil.
El video clave
Muchas dudas podrían haberse despejado si el juez le hubiera secuestrado de inmediato el teléfono celular a un soldado que filmó la agonía de Pablo. Pero Greca prefirió esperar, y para cuando quiso obtener el teléfono el soldado dijo que se lo habían robado.
La policía y la fiscalía de la provincia lo recuperaron en pocos días. Hoy ese teléfono está siendo sometido a pericias.
Las pruebas científicas
Las pruebas científicas que descartan la hipótesis del suicidio son, entre otras:
• Los dos disparos. Según los médicos forenses de Neuquén, el soldado no pudo pegarse un segundo balazo en la cabeza en el improbable caso de que se haya disparado uno.
• El fusil no tiene huellas digitales.
• El soldado no tiene pólvora en las manos.
• Proyectiles y vainas servidas aparecieron varios días después, una de ellas debajo de un tronco.
• La autopsia psicológica determinó que no tenía personalidad ni tendencias suicidas.
• No consumía psicofármacos.
Greca intentó que la Corte Suprema de Justicia de la Nación hiciera una segunda autopsia, y que la autora de la autopsia psicológica ampliara su informe. No tuvo éxito.
A casi seis meses de ocurrido el hecho, el juez que no brinda entrevistas a la prensa y solamente habla en off the record encontró la manera de quedarse con el expediente.
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