Pese a la lluvia, cientos de personas peregrinaron hasta la Virgen de las Nieves

A partir de las 10.30 comenzaron a llegar a la gruta de la Virgen de las Nieves columnas de distintos puntos de la ciudad. La gente aprovechó para agradecer y pedir por el país.

Con la emoción y la esperanza de todos los años, cientos de peregrinos se congregaron este domingo en la gruta de la Virgen de las Nieves. Muchos para agradecer. Otros para pedir. Familias, parejas, adultos mayores. Incluso, gente con bastones. La lluvia, intermitente por momentos, no logró opacar la edición 30 de la tradicional peregrinación.

A partir de las 10.30 las columnas provenientes de distintos puntos de la ciudad comenzaron a llegar a la ruta 82 donde se llevó a cabo un fuerte operativo de tránsito. Algunas personas tenían la intención de participar de la misa prevista para el mediodía; muchos otros, en cambio, simplemente formaron una fila, que se hacía cada vez más larga, a fin de poder ver la imagen de la Virgen de las Nieves. Al llegar, la mayoría permanecía en silencio unos minutos. Hubo quienes prendían una vela y quienes dejaban ramitos de flores. Un grupo de jóvenes amenizaba la jornada con canciones y el acompañamiento de la guitarra.

Una vez más, María Rivas, de 82 años, participó caminando de la peregrinación. No recuerda cuándo se sumó por primera vez. «Vengo a dar gracias y a pedir por los demás, para que Argentina salga adelante. La gente sufre. No la está pasando nada bien», dijo la mujer mientras subía los escalones que conducen a la gruta.

Irene Escobar, del barrio 645 Viviendas, fue otra de las que se sumó a la peregrinación. Dijo que concurre al lugar desde hace varios años «a raíz de un milagro«.

«Vengo a agradecer. Agradecer que puedo caminar hasta acá porque hay mucha gente que no puede», dijo sonriendo. Recordó que comenzó a participar de la peregrinación a raíz de un problema de salud. «Me faltaba el aire y usaba un puf. Recorrí cuanto médico uno pueda imaginar. Un año decidí venir sola a la peregrinación y desde ese día, nunca más usé el puf. Fue un milagro. Desde entonces, acá estoy», acotó.

Brigida Barría, del barrio Las Victorias, agradeció y pidió por sus hijos. Tampoco supo decir hace cuánto que concurre a la peregrinación. «Vengo caminando con mi hermana desde el cruce porque ya no me dan las piernas. Es lindo ver tanta gente esperanzada. No importa la lluvia. Estamos acá porque la virgen nos llama», explicó. Su hermana Clelia aseguró que su oración sería «por los argentinos: necesitamos ayuda, que Dios nos ilumine».

Un poco más atrás de la fila, aguardaba Guadalupe Sepúlveda. No se pierde una peregrinación desde 1984 pero como en esta oportunidad, fue operada, participó caminando solo en una parte de la peregrinación. «Vengo a pedir por mi familia y por una amiga que partió ayer. Se siente una emoción muy fuerte si sos devota«, consideró.

A un costado de la gruta, el sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de las Nieves, Miguel Gallicchio, saludaba y bendecía a las personas que se acercaban. Lleva 15 años en Bariloche; es decir que participó en la mitad de las ediciones de la Peregrinación.

«Es una experiencia linda. Uno ve que caminamos y crecemos como iglesia, como comunidad de Bariloche. 30 años es parte de la vida y uno no puede más que dar gracias», dijo el sacerdote y resaltó la emoción de los peregrinos: «La gente viene a pedir y a dar las gracias. A nivel país hay mucha preocupación, pero la fe no se pierde. Es como cuando eras chico y sabías que pese a todo, tu mamá te acompañaba. Lo mismo pasa con la Virgen. En un momento tan difícil la gente viene a acercarse a la virgen«.

A unos metros de la gruta, la gente recorría varios puestos de comida.

Daniel Cancino, del Barrio Las Mutisias, reconoció que solía participar de la peregrinación vendiendo flores. En esta oportunidad, junto a su pareja, decidió ofrecer choripanes. «Es más vendible porque la gente aprovecha para comer. Y es una ayuda al bolsillo en un momento en que la economía está tan difícil«, reconoció.

Andrea Marín, del barrio Sara María Furman, también ofrecía choripanes y gaseosas. Admitió que no es devota de la virgen pero «es una buena oportunidad para hacer algo de plata».


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