¿La inteligencia artificial puede sustituir la creatividad humana?

Las inteligencias artificiales pusieron en debate un posible reemplazo de las máquinas en tareas realizadas por humanos. ¿Es posible que lo hagan en actividades creativas? Lo consultamos con expertos.

Las herramientas de inteligencia artificial que hemos conocido en el último año son capaces de: crear imágenes desde cero con algunas instrucciones básicas, redactar textos de múltiples especialidades y extensiones, combinar sonidos, entre muchas otras capacidades. La lista puede seguir, pero si algo hay que une todos los procesos es, ¿dónde se encuentra su creatividad?  

Para entender, debemos saber que la llamada “inteligencia artificial generativa” usa modelos de aprendizaje automático que le permite aprender patrones y conjuntos de datos creado por personas de manera muy rápida. Luego, utiliza esos patrones aprendidos para generar contenido. Es decir, las máquinas “aprenden” con información creada por los humanos para realizar sus propias piezas. Entonces, ¿son creativas las IA? 

Desde Generación EZ consultamos a expertos analistas del fenómeno de la inteligencia artificial y sus implicancias. Uno de ellos es Tomás Balmaceda, doctor en Filosofía y docente universitario, quien aclara que debemos preguntarnos antes de qué estamos hablando cuando debatimos acerca de la inteligencia artificial: 

“Creo que en las discusiones actuales alrededor de la IA hay muchas palabras que necesitan ser elucidadas, porque parte de los debates actuales surgen por confusiones o sobre entendidos. Y todo empieza con el mismo término de ‘inteligencia artificial’. ¿Qué es lo inteligente y qué es lo artificial? ¡En qué sentido se puede decir que una máquina piensa! Son debates complejos porque no lo tenemos muy en claro o no nos pusimos a pensar en detalle. Me sucede lo mismo con la palabra ‘creatividad” . ¿Cómo describirla sin que suene a algo específicamente humano? No tengo dudas de que estamos frente a una tecnología que genera asombro y que tiene el potencial de modificar espacios de trabajo y hasta los vínculos con otras máquinas, pero no estoy seguro de que sea una conversación fructífera hablar en términos de ‘reemplazo’ o equipar características”. 

En la misma línea, el periodista Leandro Zanoni, acuerda que debemos definir qué entendemos por creatividad y agrega: “la IA puede ser creativa, pero con limitaciones que (por ahora) la ubican muy por detrás de nuestra creatividad. Lo que sí tiene la IA y nosotros no, es una enorme capacidad de procesamiento y cálculo que, por ser tan veloz y potente, nos deja con la boca abierta con cualquier resultado que tira la inteligencia artificial generativa. Pero por sí sola no puede hacer nada, no tiene pensamiento abstracto ni tampoco capacidad de imaginación, que es clave a la hora de inventar o crear algo nuevo. ¿Qué pasará en 5 o 10 años? No lo sabemos. Pero yo creo que sí, que las máquinas tienen poder creativo”. 

Hemos visto en decenas de publicaciones en los últimos meses, creaciones o piezas hechas con tecnologías de la llamada inteligencia artificial tan bien logradas que tal vez requirió de un esfuerzo adicional darnos cuenta de que no era algo “real”. Una hipótesis posible entonces es que nos encontremos con piezas de contenido sintético, creado por máquinas, y la autoría humana pase a un segundo plano o bien no sea tenida en cuenta.  

Para Balmaceda, “las fórmulas repiten y cansan… ¿quién quiere ver por enésima vez la misma historia, leer el mismo argumento o escuchar la misma melodía? No hay dudas de que existen tendencias y que solemos pasar ‘temporadas’ en las que las películas de superhéroes nos cautivan, para luego dar lugar a momentos en donde los dramas rompen la taquilla o nos gusta hablar de documentales. Creo que las IA pueden ser muy buenas repitiendo patrones, pero los productos culturales no son simples reciclajes, resuenan en nosotros cuando toman temas o preocupaciones que son parte del espíritu de los tiempos o tienen que ver con lo que está viviendo una sociedad. Y además muchas veces queremos una visión crítica, un ojo de artista, un punto de vista que un algoritmo jamás tendrá”.  

Zanoni: «para mí la creatividad humana ahora deberá estar en generar contenidos con la IA pero que sean originales, entretenidos, emotivos. Porque no es fácil, siempre estará el que pueda contar una historia, escrita o en cine, el que pinte un cuadro o el que componga una canción que rompa con todo y sea un éxito, o sea una bisagra en su rubro. La ‘nueva’ creatividad es la que sepa combinar como nadie la IA, las tecnologías y la creatividad humana. Veremos qué pasa, pero ya hay cosas interesantes. Ese es el mix del futuro”. 

Esta conversación no podría concluir sin la intervención de ChatGPT y Bard (las dos inteligencias artificiales conversacionales del momento) para que dieran su opinión sobre el tema. Ambas concluyen, palabras más, palabras menos, en lo mismo: “mi creatividad se basa en patrones y datos previos, y no tengo emociones ni pensamientos independientes. Mi ‘creatividad’ es una manifestación de cómo interpreto y genero texto en función de lo que he aprendido de las interacciones humanas y la información que he procesado. Si la creatividad se define como la capacidad de producir algo de valor, entonces diría que todavía estoy en desarrollo. Todavía estoy aprendiendo y mejorando”. 


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