La educación para el trabajo, ausente en la campaña
La actividad educativa en su conjunto no debiera estar alcanzada por el Impuesto al Valor Agregado, ya que su inherente regresividad impacta directamente sobre quienes necesitan capacitarse
Daniel Martini*
En Argentina no hay dirigente ni espacio político que no haya manifestado en reiteradas oportunidades que la principal herramienta para el desarrollo es la educación. Sin embargo, no se escuchan propuestas concretas que vayan en ese sentido, por lo general muchas de ellas van en sentido contrario.
Subsidiariamente sucede lo mismo con el empleo y la expansión del mercado laboral, como si no fuesen dos caras de la misma moneda.
Lo cierto es que existe una relación directa entre las posibilidades de acceso al empleo y el nivel educativo alcanzado, así como también se establece un vínculo en la calidad del mismo, ya que los puestos mejor remunerados creados en nuestro país en los últimos años requieren de estudios previos, reservando los trabajos precarios y poco calificados al sector de la población más desfavorecido económicamente y con bajo nivel educativo.
En este contexto, la confluencia de la velocidad en la modificación del mercado laboral por el requerimiento nuevas competencias específicas, y la creciente segmentación según el nivel educativo, deja sin oportunidades de acceso al trabajo a los sectores más vulnerables de la sociedad, aquellos que no tienen un nivel de educación básica y en condiciones materiales de subsistencia.
A la vez que deja rezagados a quienes tienen un empleo pero no logran acceder a las nuevas habilidades y competencias requeridas. Algo evidente en los altos índices de pobreza e indigencia.
En este escenario, la educación constituye la principal herramienta para el fortalecimiento del empleo.
Y la educación permanente en habilidades y competencias resulta un recurso estratégico no sólo para ampliar oportunidades de acceso al trabajo y a la calidad laboral, sino para la creación de más empleo, porque promueve el desarrollo emprendedor y el auto empleo.
Asimismo, la creciente incorporación de nuevas tecnologías e innovación digital crean nuevas oportunidades laborales para quienes tienen acceso a la formación en las nuevas competencias requeridas, al tiempo que desplazan en ese proceso a los que hoy no tienen esa posibilidad.
Se trata entonces de articular políticas que logren complementar competencias básicas de conocimiento con habilidades específicas, capaces de dar respuesta a un mercado laboral cada vez más segmentado y cambiante, integrando el aprendizaje formal y no formal.
Hoy, que se pone sobre la mesa la necesidad de impulsar reformas impositivas que mejoren la distribución del ingreso y orienten la economía hacia el desarrollo de actividades productivas y de servicios que generen más y mejores empleos, se hace indispensable incluir en dicha reforma a la educación permanente, la capacitación y la formación en habilidades y competencias para el acceso al mercado laboral.
Desde la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral creemos que la actividad educativa en su conjunto no debiera estar alcanzada por el Impuesto al Valor Agregado, ya que su inherente regresividad impacta directamente sobre quienes necesitan capacitarse para acceder a un empleo o realizar un oficio.
Actualmente, la Ley que regula este impuesto, incluye sólo a la Educación Oficial en la eximición del mismo, pero deja afuera a la educación para el empleo, el autoempleo y a la formación profesional en general.
La educación permanente no sólo es una herramienta que permite acceder a habilidades específicas sino que, por su inherente adaptabilidad a las necesidades del mercado laboral, también promueve canales facilitadores entre los diferentes niveles educativos y una mayor fluidez del tránsito educativo a lo largo de toda la vida de una persona.
Una medida que incluya a la educación toda fuera del alcance del IVA implicaría una suma insignificante para la recaudación actual desde el sector, y no sólo beneficiaría a quienes necesitan capacitarse, sino que también funcionaría como impulsor de la Educación Permanente en el país, dinamizando, ampliando las propuestas de educación para el trabajo y promoviendo la capacitación en las nuevas competencias requeridas por el mercado laboral.
* Presidente de la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral.
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