Prisión domiciliaria para el comerciante acusado de balear al adolescente en Neuquén
Se la impusieron por cuatro meses, luego de un cruce entre la fiscalía y la defensa. El hombre se declaró inocente, y el padre de la víctima está disconforme.
El adolescente de 15 años que quedó cuadripléjico por un balazo en la espalda señala a un comerciante como el autor del disparo. Lo conoce, porque iba a comprar a su local. El comerciante dice que a esa hora estaba en su casa, que ni se asomó a la ventana y que no conoce al herido. Este miércoles, un juez dio por abierta la investigación contra el hombre de 33 años por tentativa de homicidio agravado por el uso de armas, y le impuso prisión domiciliaria por cuatro meses. Ni el acusado ni el padre de la víctima quedaron satisfechos, en un caso en el que será imposible que alguien quede conforme. Lo importante es que, al término del proceso, se arribe a una resolución justa.
El caso es por demás conocido, porque tuvo amplia difusión en los medios y en las redes sociales con información a veces contradictoria. En la audiencia realizada hoy, varios puntos nebulosos se despejaron y otros siguen esperando aclaración.
De acuerdo con la acusación del fiscal Andrés Azar, en los primeros minutos del lunes 21 de agosto pasado en el contexto de los robos organizados un grupo de seis o siete menores de edad rompieron el acceso a un quiosco y se apoderaron de varios elementos.
El juez de la audiencia, Mauricio Zabala, ordenó a pedido de la defensa pública que ejercen Ivana Dal Bianco y Pablo Marazzo que no se difunda el lugar, ni la identidad del acusado. Un poco tarde, porque la propia familia del imputado dio entrevistas periodísticas en el quiosco robado y permitió tomar imágenes.
Conversó con un vecino
El adolescente Uriel, de 15 años, volvía de la casa de un amigo y se encontró con esa escena del robo. Se quedó charlando con un vecino, y cuando la situación parecía calmarse se acercó al comercio saqueado e intentó tomar una caja de zapatillas. En ese momento recibió un disparo en la espalda que le destrozó la séptima vértebra y lo dejó cuadripléjico.
El vecino con el cual había estado conversando, dijo el fiscal Azar, lo siguió con la mirada y vio al presunto autor del disparo: se trata del comerciante que vive al lado del quiosco, en una casa en la planta alta. La pareja de este testigo también lo vio.
De los chicos que robaron el quiosco, a dos de ellos, de 14 y 13 años, los demoró la policía y los elementos sustraídos fueron recuperados y devueltos a sus dueños.
La teoría del caso de la defensa
La defensora Ivana Dal Bianco cuestionó toda la acusación y ofreció otra teoría del caso. Afirmó que el comerciante se acostó a dormir después de cenar, y que cuando escuchó que robaban en el quiosco (su madre es la dueña) avisó por Whatsapp a la policía. Y no hizo nada más.
El propio imputado ratificó esta versión. Declaró que cuando escuchó ruidos en el comercio de al lado de su casa, avisó a la policía, avisó a su madre, y nada más. «Somos todos comerciantes, siempre se dijo que en un caso así, nada de hacerse el héroe», afirmó.
Según sus dichos, ni siquiera tuvo la curiosidad de asomarse por la ventana de su casa, desde donde podría ver qué sucedía en el quiosco de su madre.
La decisión del juez
El juez Zabala consideró que la declaración de los dos testigos que lo incriminan es sólida y suficiente para abrir la investigación, como pidió la fiscalía.
Respecto del pedido de prisión preventiva que formuló Azar, no le hizo lugar. En cambio, le impuso al sospechoso cuatro meses de prisión domiciliaria, durante los cuales podrá seguir atendiendo su negocio que está en la planta baja de la vivienda.
El padre de Uriel, presente en la audiencia, consideró «una burla» que «le permitan quedarse en su casa», aunque rescató que «la investigación avanzó un poco». El padre del acusado en cambio prefirió no hacer declaraciones.
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