Las uñas, los audios y los mensajes de texto: detalles del juicio por el femicidio de Patricia en Catriel

La fiscalía  profundizó la teoría de que Cronenbold le cortó un dedo a Patricia Rendón para manipular su celular. Fue el eje central en la segunda jornada del debate oral y Público. Las audiencias continúan por la tarde.

Gustavo Herrera se centró en reforzar un detalle que cree fundamental en su teoría del caso por el femicidio de Patricia Rendón en Catriel: los mensajes de texto. El fiscal jefe asegura que Fernando Cronenbold después de matar a Patricia Rendón le cortó un dedo para poder acceder a su teléfono y mandar mensajes para respaldar su coartada. Fue eje central de la segunda jornada por el juicio oral y público que se desarrolla en Cipolletti.


«¿Qué le pareció raro del mensaje?» preguntó varias veces el fiscal a dos testigos clave en la investigación: «Que Pati (así le decían) nunca mandaba mensajes de texto, siempre enviaba audios porque era muy coqueta y tenía las uñas largas y le costaba escribir», manifestaron casi de forma idéntica. ¿Y algo más que le haya llamado la atención?» repreguntó Herrera: «Sí que le puso Fer y siempre lo llamaba Fernando», otro punto en común entre una amiga de Patricia y una empleada del local que tenía la víctima en Catriel.


Los mensajes que llegaron desde el teléfono de Patricia, mientras estaba desaparecida, a las dos mujeres tenían particularidades y ponían un manto de sospecha sobre su expareja Cronenbold. Sospecha que se acrecentó con las manchas de sangre que encontraron en el auto del imputado horas más tarde. A media mañana del 28 de junio de 2022 una de las mujeres radicó la denuncia en la Comisaría Novena y así inició la búsqueda de la joven de 31 años.


Ese día Patricia tenía previsto viajar a Buenos Aires con una amiga para buscar una VISA y además a pasear, pero nunca llegó al avión. Su amiga Lorena (con quien iba a viajar) preocupada fue con su pareja hasta la casa del imputado y según declaró vio algo extraño: «Él era muy descuidado con el auto y ese día estaba adentro, nunca lo guardaba. Yo sabía que algo malo había pasado no había forma que Pati perdiera ese vuelo».


Ese día Cronenbold llevó a la hija en común al colegio. Horas más tarde, luego de ser detenido, encontraron rastros de sangre en el baúl de Fluence Gris que era propiedad del imputado. El informe de criminología determinó, tiempo después, que eran compatibles con la víctima.


El inicio de la segunda jornada del juicio contó con varios testimonios, casi todos de la fiscalía y la querella. El primero fue el del Jair Muñoz oficial de la policía de Río Negro con funciones en Catriel que brindó detalles del procedimiento y cómo fue detenido Cronenbold en el acceso sur de la ciudad cuando regresaba de la zona de yacimiento. Para la defensa venía de trabajar en un sector rural cerca del yacimiento Entre Lomas, para la fiscalía de enterrar el cuerpo de Patricia en Medanito Oeste.

La empleada que trabajaba con Patricia en el comercio que tenía en Catriel relató que Cronenbold le llevó la llave del local a las 9.20 y que lo vio «con los ojos rojos, muy nervioso, raro» y que estaba tomando cerveza. Pensó que era normal «porque era de salir mucho» y que por eso no sospechó nada hasta ese momento.

Pero sí le parecieron «raros» los mensajes que le enviaron desde el teléfono de Patricia. Incluso contó que con otra amiga enviaron mensajes en simultáneo al celular de la víctima y al del imputado y que había un desfasaje considerable en la entrega de mensajería. Otro punto en el que profundizó la fiscalía en su teoría del caso y que se conocerá con más precisión en los alegatos de cierre.
Herrera también indagó sobre la teoría de la defensa y el femicidio por parte de los narcotraficantes colombianos. Nadie del entorno de la víctima logró dar información sobre esa línea que plantea Cronenbold.

La defensa jugó su mejor cara en el inicio de la jornada con el viaje a Catriel para recorrer la zona donde hallaron el cuerpo y la casa del imputado. Sin embargo para los acusadores la jugada «no le funcionó» porque ante las repreguntas del fiscal – no dejó preguntar al querellante- no logró precisar detalles sobre los dos hombres que según él mataron a Patricia y lo obligaron a enterrar el cuerpo de su expareja.

En la segunda jornada de debate oral y público el juez Guillermo Baquero Lazcano mostró un gran manejo de la audiencia y en varias oportunidades hizo aclaraciones pertinentes al jurado popular integrado por 15 ciudadanos del Alto Valle Oeste.

Lo mismo hizo en el inicio del juicio con las recomendaciones. Lejos de las explicaciones pomposas y técnicas que dice el reglamento y les habló con un discurso simple y «apto para todo público».


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