Los desafíos de integrar la Inteligencia Artificial en las aulas
La masividad de herramientas como ChatGPT o Dall-e, puso en debate su uso en las escuelas. ¿Qué hacer frente a herramientas que tienen en segundos respuestas para todo? ¿cuál es el rol del docente?
“Escribe un texto de 15 párrafos como si fueras un historiador experto sobre la guerra de Malvinas”. Enter. “Crea una presentación sobre las principales características geográficas de la Patagonia como si estuvieras en los últimos años del secundario”. Enter.
Así de fáciles son las instrucciones que se le pueden pedir a una herramienta de inteligencia artificial para que en segundos -sí, segundos-, realice la tarea. En la jerga, a esos pedidos se los llama “prompts” y tienen muchas ventajas: son fáciles de formular, con explicaciones narrativas y en el vocabulario que le pidamos. Son chats conversacionales que ofrecen respuestas a todo.
En el año de mayor explosión de la tecnología denominada “Inteligencia Artificial” (IA) y la popularidad de herramientas como ChatGPT o Midjouney, es justo que nos preguntemos entonces sobre su potencial y cómo nos cambiará la vida. Empezando por los más jóvenes.
¿Qué uso pueden darle los chicos a las herramientas de IA en la escuela? ¿deberían ingresar a las aulas? ¿es beneficioso para ellos que tengan a su alcance la respuesta a todas las preguntas en una app? Los interrogantes son muchos.
Vale aclarar que es una tecnología que ya está entre nosotros de múltiples maneras, incluso detrás de algoritmos de aplicaciones que usamos a diario, como en los sistemas de recomendaciones de películas y series en las plataformas de streaming o en sitios de compras de productos.
Un reciente estudio publicado por Chicos.net, una organización que lleva 25 años analizando las infancias y adolescencias en entornos digitales, asegura entre sus conclusiones que “aunque la IA ha sido un tema ampliamente difundido en los medios, en general no ha sido abordado en las escuelas. Los adolescentes reconocen que la IA podría ayudarles con las tareas escolares, pero valoran el aprendizaje humano y el papel de la escuela en su formación. Esperan de la escuela guía y criterios de uso en este sentido”.
Recordemos que, a principios de este año, la ciudad de New York prohibió el uso de ChatGPT en las escuelas públicas “debido a las preocupaciones sobre los impactos negativos en el aprendizaje”, según argumentaron las autoridades en su momento. Lo cierto que esta decisión no desalienta su uso entre los alumnos, razón por la cual, pocos meses después, la medida fue levantada.
Desde Generación EZ consultamos a Ana Clara Genta, especialista en educación digital de Chicos.net y responsable de HumanIA, un proyecto para trabajar la enseñanza y la inteligencia artificial en la escuela secundaria. Desde su perspectiva y tras el trabajo de capacitación que realiza con docentes, remarca la importancia de la mirada crítica y la experimentación con las herramientas.
“Aun no hay conclusiones definitivas. Recién estamos pensando en cómo sumar esta tecnología al trabajo en el aula. Lejos de prohibir o tomar acríticamente las herramientas, estamos en un proceso de empezar a hacer experiencias, animarse a probar. Los docentes reconocen que sus estudiantes ya están usando la inteligencia artificial para resolver distintas asignaciones que ellos mismos les hacen en el aula, para la resolución de un trabajo práctico, por ejemplo. Entonces lo que les planteamos es que sumen herramientas de IA a sus propias propuestas. No quedarse con la primera respuesta que ofrece el ChatGPT, que en general es bastante pobre”, explicó Genta.
Parte importante de la incorporación de la inteligencia artificial en el aula es la formación del cuerpo docente en esta tecnología, el conocimiento de las herramientas que existen, y que son las que los propios alumnos utilizan. Luego se encuentra la etapa de incorporación a las tareas diarias del alumno para luego pensar en su evaluación. Pero, ¿es posible pensar en una evaluación?
“Proponemos una perspectiva pensada en los procesos de trabajo, no tanto en los resultados”, resalta Genta sobre la mirada que tiene HumanIA al respecto. “A partir de ahí, con los docentes, poder evaluar el desarrollo de habilidades que se van poniendo en juego en relación con la tecnología en el proceso de trabajo. Habilidades de lo que llamamos ‘alfabetización digital crítica’. Esto es, formar en habilidades a los chicos y chicas en ser usuarios críticos, responsables, reflexivos y creadores de tecnología.”
Una primera conclusión posible entonces es que el factor humano es clave. Tanto HumanIA como la Unesco, en su informe “sobre la inteligencia artificial y la educación”, lo destacan. La inteligencia artificial “ofrece oportunidades para apoyar a los docentes en sus responsabilidades educativas y pedagógicas, la interacción humana y la colaboración entre los docentes y los educandos deben seguir ocupando un lugar esencial en la educación. Tener presente que los docentes no pueden ser desplazados por las máquinas, y velar por que sus derechos y condiciones de trabajo estén protegidos”.
Vamos a preguntarle a ChatGPT a ver qué dice. «Es importante tener en cuenta que aunque ChatGPT tiene un gran potencial para la educación, no debe reemplazar por completo la interacción humana en las aulas. Debe ser utilizado como una herramienta complementaria para enriquecer la experiencia de aprendizaje y brindar un apoyo adicional a los estudiantes y educadores.”
Capacitaciones gratuitas
HumanIA ofrece encuentros de 2 horas gratuitos para docentes. La idea de los encuentros es que sean momentos activos, en grupos, para conocer las herramientas disponibles. Se desarrollan debates entre los asistentes, se experimenta con campos de investigación de la inteligencia artificial, entre otras actividades.
– Para participar es requisito registrarse desde la página web y, por el momento, hay dos fechas disponibles: 6 de septiembre y 18 de octubre.
– Inscripciones en Chicos.net/HumanIA.
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