Exportación de GNL: «Argentina tiene una ventana de oportunidad»
Para 2040 "habrá una ventana de oportunidad para Argentina porque va a haber demanda insatisfecha", subrayó la vicepresidenta de Excelerate Energy, Gabriela Aguilar. El Gas Natural Licuado (GNL) se posiciona como "un suministro flexible, puntual y eficiente" clave para la transición energética.
La demanda de Gas Natural Licuado (GNL) va en aumento en el mundo. En la actualidad, pisa las 400 millones de toneladas anuales. Para 2040 se estima que esa demanda llegará a las 700 millones. Con los proyectos en vías de concretarse, no se alcanzará a cubrir, por lo que «habrá una ventana de oportunidad para Argentina«, señaló Gabriela Aguilar, vicepresidenta para Sudamérica y Country Manager Argentina en Excelerate Energy.
«El gas natural es el combustible elegido para la transición energética. El GNL tiene un 30% menos de emisiones que los combustibles líquidos y 50% menos que el carbón. Da la posibilidad de ser el suministro flexible, puntual y eficiente, características claves cuando hay que tomar decisiones de inversión«, destacó la ejecutiva en el marco del foro energético de AmCham.
Aguilar participó del panel «El gas natural licuado como catalizador de la transición energética: perspectivas y desafíos» junto con Rodolfo Freyre, Vicepresidente de Gas, Energía y Desarrollo de Negocios, Pan American Energy.
Freyre señaló que para apostar al GNL es necesario crear infraestructura nueva. «Cualquier proyecto de GNL en el mundo desde su concepción hasta la puesta en marcha lleva al menos siete años de construcción. Estamos hablando del 2030. Tenemos ventaja de que hay demanda creciente de GNL en el mundo y tenemos un producto competitivo«.
Sin embargo, remarcó que hay que lograr la confianza en los consumidores que van a ser los que lo van a financiar las plantas de licuefacción a través de contratos a largo plazo. «Una planta requiere 5.000 millones de dólares de base más la inversión en Vaca Muera o en el Upstream para suministrar gas durante 20 años», explicó.
La demanda actual de GNL a nivel global es de 400 millones de toneladas (MTP) anuales. A 2040 se estima que será de 700 millones. Con los proyectos de licuefacción en vías de concretarse se van a estar sumando entre 100, 120 MTP.
Esto quiere decir que «a partir de 2030 empieza a haber una demanda insatisfecha de GNL a nivel global. Esa es la gran ventana de oportunidad para Argentina para convertirse en un jugador de relevancia a nivel global«, subrayó Aguilar.
Otro factor clave es que «Europa está cumpliendo su compromiso con el acuerdo de París a ser carbono neutral. Tenemos una ventana de oportunidad un poco más restringida, pero el GNL será el complemento de las energías renovables«, indicó. El continente aumentó su demanda de GNL en el último año un 65%, por varias razones. La fundamental es que busca reducir la dependencia energética con Rusia.
En cuanto a la región, con el declino de la producción de gas en Bolivia, «hoy Argentina se está convirtiendo en quien va a representar la seguridad energética de la región y dará suministro confiable de gas natural», aseguró Aguilar. En Latinoamérica hay 10 terminales de importación de GNL «cinco en Brasil y próximamente va a haber tres más. Brasil confía en el complemento de GNL», marcó.
Con obras como la reversión del Gasoducto Norte, Argentina gana terreno como jugador regional. El país «tiene la potencialidad de transformarse como centro en el abastecimiento y en el player del nivel regional», coincidió Freyre.
«Argentina tiene la posibilidad de cubrir la deficiencia del faltante de gas de Bolivia y tiene que pensar que hay una gran oportunidad para vender GNL flexible y suministrar a la región», subrayó. Todos estos factores representan la ventana para que Argentina «produzca GNL y sea distribuido en el territorio y todo Latinoamérica, lo que aportará a una región un poco más limpia», cerró.
GNL: la competitividad del gas de Vaca Muerta
Ante una ventana de oportunidad identificada, Freyre remarcó que «hablamos de GNL porque tenemos un recurso fantástico que es Vaca Muerta«. Después de trabajar en cómo desarrollar el recurso, el foco pasó a ser «crecer en infraestructura para poder crecer en la producción. Es así como hemos ido llenando la infraestructura existente y ampliando los gasoductos», recordó.
Con las obras previstas, como la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner y la reversión del Gasoducto Norte, se persigue el objetivo de «seguir reemplazando la importación de combustibles líquidos y GNL, y seguir maximizando la exportación regional».
El gas de Vaca Muerta es sumamente competitivo: «cuando uno compara las curvas de producción acumulada en 12 meses o más comparado con cualquiera de las formaciones de Estados Unidos, siempre está en el tope del ranking. Eso nos da mucho optimismo para pensar en algún proyecto de GNL«, resaltó.
Para esto, será necesario contar con ciertas garantías en el país según subrayó el referente. Por ejemplo, «el Plan Gas, con el que se hicieron contratos con horizonte a largo plazo. Esto permite hacer las inversiones. El sector público y privado entendieron que trabajando de forma conjunta y dando horizonte de tiempo se podían hacer ofertas competitivas«.
El Plan Gas junto con los incentivos para la exportación regional hizo que el mercado argentino cuente «con precios de gas competitivo. El precio del GNL estaba a niveles de 20 dólares por millón de BTU y las ofertas acá fueron de 3,5 dólares. Con claridad en el largo plazo, este mercado puede desarrollar competitivamente un recurso para Argentina y el sector regional, que todavía tiene para crecer«, cerró.
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