Un país fracturado

El sorpresivo resultado de las primarias del domingo provocó una conmoción política, con un oficialismo golpeado que se vio obligado a tomar medidas de emergencia ante el descalabro económico acelerado, una oposición que varió entre la perplejidad y el triunfalismo y una importante deserción del electorado, un cóctel de incertidumbre para los comicios de octubre.

Sin dudas lo más destacado fue la buena performance de Javier Milei, que con su perfil disruptivo, su discurso contra la “casta política” y liberalismo económico extremo logró un inesperado, para muchos, 30% de los votos. Y aunque los otros dos espacios mayoritarios quedaran a pocos puntos de distancia, en un escenario de tercios electorales, la expectativa previa determinó que el libertario fuera el gran ganador de la jornada, ante la gran caída de apoyos de las dos coaliciones que han marcado la vida política argentina de los últimos 15 años.

El más castigado fue el oficialismo. En números gruesos, de los 12 millones de sufragios que el FdT obtuvo en las PASO 2019, logró quedarse con apenas 6.5 millones. Juntos por el Cambio también sufrió un retroceso: de los 8 millones de votos conseguidos en 2019, ahora quedó en 6.7 millones. Milei se alzó con 7 millones de votos y el triunfo en 16 de las 24 provincias. El dato más crudo fue que unos 11 millones de argentinos decidieron no ir a votar, “la primera minoría”.

El sociólogo José Nathanson asegura que estas votaciones son el resultado de cambios profundos en la sociedad argentina. Habla de “una sociedad astillada, partida en mil pedazos luego de una década de estancamiento, de una economía que no funciona, no resuelve ni muestra una salida, una configuración polarizada que ya no le sirve a nadie, de años de pandemia e inflación”. Y si no estalló de forma fulminante fue “gracias a políticas asistenciales que contuvieron, a movimientos sociales que canalizaron el descontento y a una democracia, que aún con sus fallas, funciona”.

En ese contexto, no sorprende que un personaje disruptivo en las formas, que genera, si no esperanza, al menos expectativa y “expresa una voluntad de impugnación del sistema y de rechazo al gradualismo, pero también el deseo de un reseteo profundo, de shock” logre el apoyo de más de un tercio de los electores, sostiene el académico. Contra quienes reducen el fenómeno al “voto joven”, varios estudios señalan que el respaldo a Milei fue transversal a clases sociales, edades, geografía y pertenencias políticas anteriores. Su diagnóstico de la crisis y las propuestas para resolverla, por extremas y endebles que parezcan, centraron el debate público, mientras JxC se entretenía en peleas internas y UP no lograba unificar un discurso económico.

Una vez definidos los candidatos, comienza otro partido de resultado abierto hacia las generales, aseguran los analistas. Todas las fuerzas apuntan a movilizar a ese 25% menos politizado de la población que se marginó de las PASO, que es una incógnita y podría volcar la balanza.

El problema es que el discurso agresivo y polarizador, de negación del adversario y que ahonda las fracturas sociales se generalice en esta campaña, en un contexto de aceleración inflacionaria, incertidumbre y magro crecimiento. Muchos analistas se preguntan, gane quien gane, cómo hará tras los comicios para garantizar la gobernabilidad, con un Congreso sin mayorías claras y partidos contrarios gobernando distritos claves como CABA, Buenos Aires y las principales provincias. Las distintas reformas estructurales propuestas exigirán amplias mayorías legislativas y apoyos institucionales sólidos, de adversarios a los que se ha denigrado en la etapa electoral.

Frente a la delicada situación económica y social, la dirigencia debiera acentuar su responsabilidad. Es evidente que los complejos problemas del país no se solucionarán con voluntarismo ni salidas mágicas, menos con rupturas del orden democrático. La política deberá volver a tender puentes con la ciudadanía para recuperar la representación y lograr consensos mínimos si quiere tener alguna chance de revertir los dramas que sufre buena parte de la población.


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