Perito no constató si Santamaría asesoró
Según la acusación, los pagos de Lotería al basquetbolista fueron para Irigoyen.
VIEDMA (AV).- El único perito que declaró ayer en el juicio destacó que los registros contables consignan que no existió perjuicio económico para la Lotería por las concesiones del juego, pero reconoció también que no pudo constatar las prestaciones efectuadas por Albany que expliquen la cesión de recursos por parte de Varsa.
Estas transferencias de la concesionaria de tragamonedas (del imputado Carlos Ferrari) a Albany se consignan en la acusación como el método para desviar fondos de privados a esa «sociedad sello», que figuraba como de Andrés Santamaría pero que -según la acusación- pertenecía al ex presidente de Lotería, Miguel Irigoyen. Esos aportes se justificaban con un convenio de «asesoramiento» de Albany a Varsa.
Ayer, la presidenta del Tribunal, Susana Milicich, insistió ante el perito Juan Antonio Larrañaga para corroborar si había logrado constatar prestaciones de Albany en favor de Varsa. El contador afirmó que no pudo precisarlo con la documentación entregada, aclarando que esa labor no se la había asignado en el peritaje.
Por su parte, el defensor de Ferrari, Mariano Dimeglio, direccionó su estrategia a precisar si las concesiones de los juegos por parte de Casinos de Río Negro y de Varsa habían originados costos a la Lotería. «No existió perjuicio económico», expresó Larrañaga. Antes, el contador había narrado que el canon de la concesión de los casinos se abonaban con atrasos «de 10 a 40 días», pero se pagaron totalmente con interés «alto» para el mercado de entonces. Entendió que esa tasa excepcional se podría considerar sancionatoria por los atrasos en esas obligaciones.
La relación de Varsa con Albany fue otro tema central en ese testimonio. Dimeglio logró que Larrañaga aceptara que esos convenios de cesión de fondos en favor de una empresa eran cuestión habitual. En este caso, Varsa -con firma de Ferrari- presentó un convenio de diciembre de 1998 que cedía el 15 % de la recaudación en favor de Albany. Esa recaudación por el manejo de las tragamonedas era administrada por Lotería, que retenía un 42 %. El restante 58 % se asignaba a la empresa de Ferrari, de los cuales se descontaba el 15 % para Albany, que se depositaba en una cuenta de esa empresa en el Banco Río. Esta cesión -que superó los 800 mil pesos/dólares en los dos años- se considera fueron a bolsillos de Irigoyen, con la intermediación de Santamaría.
Al margen del convenio formal, Larrañaga no pudo precisar si Albany cumplía con las tareas acordadas. «Debería poder comprobarse», consideró el contador, a la vez, que explicó que él no lo comprobó porque no estaba la documentación y no se le requirió constatar ese cumplimiento de prestaciones.
En cambio, el contador incorporó un elemento técnico: dijo que la cesión de Varsa en favor de Albany coincidió con la época en que aquella fue declarada en concursos de acreedores, y entendió que ese mecanismo es habitual cuando las empresas concursadas quieren priorizar ciertos pagos contra los restantes acreedores.
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