Verdulería móvil en Cipolletti: una forma de reinventarse que se convirtió en un clásico del Manzanar

Una pareja de Cipolletti lleva varios años estacionando su auto frente a una escuela en el Manzanar para vender frutas, y ya se convirtió en un clásico del barrio con sus ofertas y clientes fijos.

La jubilación mínima es un ingreso que actualmente no les alcanza a los adultos mayores para sobrevivir en Argentina y algunos se la rebuscan para poder generar un ingreso extra, además de mantenerse en actividad. Este es el caso de una pareja que comenzó vendiendo productos puerta a puerta y hoy cuenta con una verdulería móvil en Cipolletti.

Sebastián Enriquez de 68 años y Elsira Saez de 77 años se reinventaron para tener un ingreso extra en su economía y la solución fue vender frutas en una esquina conocida de Cipolletti. Hace varios años se instalaron en la Plazoleta Médicos Cipoleños, ubicada en Los Coihues, entre Los Tilos y Maipú, en el barrio Manzanar. Justo en frente de la escuela primaria 133, un punto estratégico.

Según detalló Elsira, hace cuatro años que encuentran en esa esquina y comentó cómo surgió la idea. «La idea fue de mi compañero (Sebastián), surgió la idea de vender nueces y miel puerta por puerta en el barrio, acá en el Manzanar. Anduvimos por todos lados, al tiempo dijo de poner un puestito para vender mas frutas y esas cosas», relató.

Sebastián, mientras atendía a una clienta, agregó: «Arranqué en el barrio puerta a puerta con nueces y miel, después me empezaron a pedir almendras y yo ni las conocía», bromeó. «Ahora me instalé acá, el año pasado hablé con los municipales que ya tienen todos los papeles«, aseguró.

«Antes le hacia a la albañilería y un día fuimos para Plottier a la casa de un primo de ella, me ofreció laburo de albañilería y estando allá le vi los frascos de miel, me dijo que tenía colmenas así que traje como 20 kilos el primer día, fuimos a buscar unas nueces y ahí empecé a vender«, relató Sebastián sobre sus comienzos con la verdulería.

Con respecto a la ubicación, Elsira describió que estuvieron recorriendo el barrio para poder posicionar su puesto de frutas pero eligieron este espacio a partir de un consejo policial. «Cuando quisimos poner el puesto, él (Sebastián) fue la garita de policía a consultar, porque primero puso un puesto por allá (en cercanía de la plaza Mujeres Cipoleñas) y lo sacó la policía porque los vecinos no quisieron y la policía le dijo instalate acá. Entonces vino y nos pusimos acá y no nos movimos más«, explicó.

Todas las mañanas se encuentran en la plazoleta del barrio Manzanar.

«Cuando empecé a parar acá frente a la escuela vinieron de Bromatología pero después la misma gente dijo de empezar a juntar firmas en caso de que nos quieran sacar porque decían que les cuido el lugar y encima les queda de paso para comprar», comentó Sebastián

Además Elsira destacó que no solo se dedican a vender sino que también se formó una relación con los vecinos. «La verdad que nos va todo muy bien acá, la gente es muy buena, comparten con nosotros, nos invitan si necesitamos algo. La gente está muy contenta con nosotros«, remarcó.


Verdulería móvil: Cómo desarrollan su trabajo


Según explicaron, solo trabajan en el barrio Manzanar y no piensan cambiar de sector. «Trabajamos con todas las frutas, de estación y los frutos secos. Este puesto solo lo instalamos acá, no vamos a ir otro lado«, explicó Elsira.

Y contó cuál es la jornada laboral que realizan. «Los horarios van variando, nosotros antes veníamos de lunes a domingo, ahora venimos capaz de martes a sábado, por ahí si nos quedan frutillas, para que no se pongan feas, venimos o los domingos o los lunes. Todas las semanas, siempre traemos distintos productos», detalló. Generalmente se lo puede encontrar a partir de las 10 y están hasta las primeras horas de la tarde, aprovechando los horarios escolares.

Sebastián llega todas las mañanas con su auto desde el barrio del trabajo donde reside, mientras que Elsira viaja desde Neuquén, «me tomo un colectivo o le pido a alguien que me alcance, vivo cerca del Jumbo así que me queda un poco lejos», explicó.

Con respecto a los clientes, aseguraron que «es la gente que pasa y principalmente la del barrio que ya es fija, que viene a comprar las frutas porque vendemos frutos secos, manzanas naranjas y esas cosas», aseguró Sebastían.

Además comentaron que no han tenido problemas con respecto a permisos municipales. «La municipalidad vino una vez a vernos porque supuestamente hubo un llamado, pero él (Sebastián) les dijo que ahí estaba bien trabajando y no molestaba, después nunca más aparecieron. De ahí fue a la municipalidad y si era necesario sacar un permiso o pagar algo lo hacía, pero le dijeron que no, que estaba bien y nunca más lo molestaron», contó Elsira.


Cómo consiguen los productos que venden


Explicaron que las frutas la traen principalmente de Neuquén, a partir de contactos, pero también desde otras zonas. Y aclararon que solo se dedican a la venta de frutas, no trabajan con verduras. Actualmente tienen a la venta naranja, mandarina, manzana, kiwi, frutillas, banana palta, nueces, almendras, avellanas y miel.

El puesto se encuentra frente a la escuela primaria 133.

«Tenemos una fruta barbara, de Plottier vienen los frutos secos, pero las frutas vienen de Tucumán, Corrientes, Entre Ríos y hasta de Brasil, las manzanas son todas de Río Negro», describió Sebastián. Y adelantó que «ahora en noviembre también llegan las cerezas. El año pasado vendimos muchísima fruta con carozo, cerezas, durazno, pelones. Cuando recién empecé me empezaron a sugerir contactos para ir comprando frutas y así ampliamos las ofertas que tenemos». Mientras que Elsira agregó: «ahora en octubre traemos la frutilla fresquita de Plottier de chacras que conocemos«.


La verdulería como un ingreso extra a su economía


Según explicaron, el objetivo principal de este negocio es tener un ingreso más en su economía ya que cuentan con la jubilación mínima. «No apuntamos a crecer más, somos jubilados, no es nada, nos alcanza para comprar lo que vendemos y no mucho más, viste como es esto«, lamentó Elsira. Y agregó que Sebastián también se dedica a la albañilería: «Él que también es albañil, por ahí lo llaman para hacer alguna changa. Eso medio que lo dejó para poner el puestito que es mas cómodo el trabajo, no hace tanto frio acá y no tiene que hacer tanto trabajo de fuerza».

Con respecto a los precios, aseguraron que buscan mantenerlos y tener ofertas para atraer nuevos clientes. «Mirá, los precios sinceramente conseguimos a un valor mas racionable pero vas al otro día y cambia, nosotros generalmente largamos ofertas para atraer más gente», explicaron.

Aseguraron que la fruta que más compra los clientes son las frutillas, a pesar de su alto valor. «La frutilla es la especialidad y eso que es la más cara pero es la que más se vende. También intentamos mantener los precios para los clientes», describieron.

Sobre el futuro, aseguraron que piensan mudarse a otro lugar ya que generaron un lazo con los vecino del Manzanar. «Nos sentimos bien acá, te juntas con la gente, charlas, es una situación linda para nosotros como jubilados«, concluyeron.


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