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Atención primaria de salud, más necesaria que nunca

La Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la Salud (APS), impulsada por OMS y UNICEF se llevó a cabo en Alma Ata, en 1978. Impulsó un avance en los derechos sobre la salud. Propuso superar los modelos centrados en la enfermedad que privilegian servicios curativos, caros, basados en establecimientos con internación y especialistas por modelos basados en la promoción de salud y preventivos a costos razonables para la población. La APS implica un cambio cultural que localmente todavía no se pudo terminar de instaurar. La estrategia de la APS sigue vigente para abordar los problemas de hoy. A partir de los años 70 funcionó un sistema que mejoró la atención de los pacientes en su mayoría portadores de problemas agudos (ej.: diarreas, neumonías).

Hoy la mayoría de los problemas son crónicos. Trastornos como ansiedad y depresión son una epidemia. Las principales causas de muerte son el cáncer, las afecciones cardiovasculares y las lesiones por accidentes o violencia familiar o social. Son prevalentes la diabetes e hipertensión y los malos hábitos impulsan la obesidad, el tabaquismo y las adicciones (tenemos un elevado consumo de cocaína por habitante).

Paralelamente avanzan la desnutrición y la TBC en una provincia con altos ingresos que duplico la pobreza e indigencia en los últimos 4 años. Para el abordaje de problemas crónicos la APS es “más necesaria que nunca”.

El sistema de salud debe salir de los hospitales y clínicas para ir al encuentro de los potenciales pacientes para la prevención y promoción de su salud. Debe ir en busca de patologías silenciosas presentes, pero todavía no se identificaron. El 50% de los diabéticos desconoce que están enfermos. La hipertensión arterial se diagnostica y trata en menos de la mitad de los adultos que la presentan (solo el 42%).

El diagnóstico precoz en cáncer es clave para la curación. Muchas enfermedades mentales se diagnostican hasta 8 años después que comenzaron (ej. Enf. Alzheimer). La ateroesclerosis, la enfermedad coronaria y el ACV requieren de cambios en los hábitos y estilos de vida antes que hagan estragos.

El sistema de salud no puede quedarse esperando que los pacientes concurran a la consulta. Pero el problema va más allá porque una vez diagnosticadas todas estas enfermedades crónicas deben ser controladas y monitoreadas durante toda la vida lo que demanda una estrategia de salud muy distinta de la actual donde se accede a través de la guardia (en salud pública) o de especialistas (en el sistema privado).

En el marco de la APS hay que desarrollar un primer nivel de atención potente que encabece la batalla por la salud y a partir de él se ordenen las demandas del segundo nivel (especialistas e internación) y tercer nivel (alta complejidad). Si no implementamos esta mejora nos sentaremos en los consultorios a esperar aluviones de hemorragias cerebrales, infartos de miocardio, cánceres avanzados, depresiones profundas, adictos psicóticos, etc. etc. que producirán un elevado número de muertes prematuras, prevenibles, y un aumento de los costos y gastos de su atención.

No debiera haber modelos de atención distintos según la medida del bolsillo de cada uno (salud pública para los más pobres y el ISSN para la clase media asalariada). Es necesario disponer el mismo modelo de atención para todos.

Si bien la mayoría de los problemas planteados son conocidos también es cierto que difícilmente se controlarán si seguimos igual. Por el contrario, tenderán a incrementarse. Los cambios necesitan que la autoridad sanitaria vuelva a tener protagonismo en su función de rectoría y regulación sobre todo el sistema. Salud pública y el ISSN deben encabezar esta cruzada por la salud y constituirse en la locomotora que impulse al resto del sistema.

El Art. 134 de la Constitución provincial manda con claridad: “es obligación ineludible de la provincia velar por la salud y la higiene públicas, especialmente en lo que se refiere a la prevención de enfermedades, poniendo a disposición de sus habitantes, servicios gratuitos y obligatorios en defensa de la salud, por lo que ésta significa como capital social”.

Médico. Emprendedor. Miembro del Consejo Directivo PRO Neuquén.


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