Crimen de Joaquín Sperani: qué pasará con el chico acusado de asesinar a su amigo de 14 años
Córdoba sigue conmocionada por el trágico crimen de Joaquín Sperani, asesinado por su amigo de 13 años. Qué ocurrirá con el joven responsable del crimen. Los detalles del caso que generó debate sobre la imputabilidad de menores.
En medio de una escalofriante tragedia que dejó consternada a la comunidad de Laboulaye en Córdoba, los padres de Joaquín Sperani -el adolescente de 14 años brutalmente asesinado por su amigo de 13- se reunieron con el juez Penal Juvenil, Sebastián Moro. Los acompañó su abogado, Raúl Frencia, y juntos buscaron respuestas sobre el futuro del menor acusado de homicidio. Qué se espera respecto al futuro del menor, autor confeso del aberrante crimen.
Debido a su edad, el adolescente y mejor amigo de Joaquín -que declaró ser el autor del asesinato- es inimputable y, en lugar de ir a la cárcel, podría ser internado en una institución de salud mental si un peritaje determina problemas psiquiátricos.
El encuentro con el juez Moro fue calificado como «informal», durante el cual se les informó sobre las medidas tomadas hasta el momento y los peritajes que están en curso. Los padres de Joaquín se constituirán como parte querellante en el caso, pero la causa se mantiene bajo secreto de sumario, lo que les impide acceder a más información por el momento.
Las investigaciones continúan en curso, analizando imágenes de cámaras de seguridad, contenido de teléfonos y recopilando testimonios. Hasta el momento, solo el menor de 13 años, conocido como «L» para proteger su identidad, fue confirmado como el autor del crimen. Los padres de Joaquín expresaron dudas sobre la posibilidad de la participación de más personas, debido a la brutalidad de los golpes y a la habilidad que demostró el accionar posterior del adolescente.
Tras la reunión con el juez, los padres de Joaquín se encontraron con el intendente César Abdala, quien ofreció toda la colaboración posible para ayudar a la familia en este difícil momento. La asistencia psicológica para los padres y los tres hermanos menores de Joaquín fue uno de los pedidos solicitados con mayor urgencia.
Este caso planteó el debate y un desafío para el sistema legal argentino, ya que el Régimen Penal de Minoridad establece que los menores de 16 años son inimputables y no pueden ser juzgados ni recibir una pena por un delito cometido. En este caso, el chico de 13 años se autoincriminó por el asesinato de Joaquín, quien sufrió diez golpes mortales con un hierro y bloques de hormigón.
Especialistas en el área de Penal Juvenil consideraron que el caso es excepcional y que hay pocos antecedentes similares en el país. La institucionalización del menor no está prevista por la ley, ya que implicaría una privación de libertad. En su lugar, se están llevando a cabo peritajes y estudios psicológicos, familiares y ambientales para determinar la forma en que el Estado debe brindarle «protección integral y multidisciplinaria».
El juez Moro, encargado de la causa, será responsable de tomar medidas que no busquen el castigo, sino cuidar al menor de sí mismo y proteger a terceras personas. Estas medidas podrían incluir su regreso a la familia, en caso de que sea hijo único, con la recomendación de mudarse del lugar para evitar posibles conflictos.
En el caso de detectarse problemas de salud mental, se podría ordenar su internación si se considera que representa un peligro para sí mismo o para otros, según lo estipula la ley de Salud Mental vigente.
En medio de la tristeza y la indignación, Laboulaye sigue en busca de respuestas y firme en el pedido de justicia para Joaquín Sperani. Sin embargo, la manera en que se desvela el misterio tras el hallazgo del menor pone en tela de juicio el sistema legal y abre el debate social sobre la imputabilidad de los menores de edad en casos tan impactantes como este.
Aun así, lo que restará esperar es que se tomen las medidas adecuadas y preventivas para evitar futuras víctimas lamentables y proteger así, a los jóvenes involucrados.
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