Una propuesta simple para dar los primeros pasos en el armado de la huerta propia
A través de las redes sociales, Siembra Feliz, ofrece gran variedad de semillas agroecológicas, bancales de distintos tamaños, según espacios y objetivos, sustratos para huertas y jardines y el acompañamiento a quienes se animen a cultivar la tierra.
Por Victoria Rodríguez Rey (@victoriarodriguezrey)
“Una vez sembré una semilla, la vi crecer y me di cuenta del poder de esa semilla, de toda la información que guardaba. Me di cuenta que la semilla es el futuro de todos nosotros. Que de ahí depende nuestro alimento. Empecé a entender el ciclo de la naturaleza y no podía creer la perfección que encontraba cada vez que profundizaba en el tema”. Así, de la observación y la investigación, Carolina Hernando va experimentando y conociendo de primera mano los procesos fundamentales de la vida. Así surge Siembra Feliz.
Esta es una propuesta de acompañamiento a cultivar los propios alimentos, sin químicos y sin que el espacio sea una limitación. A través de una plataforma virtual y redes sociales, Carolina Hernando y Esteban Mora, ofrecen una gran variedad de semillas agroecológicas, bancales de distintos tamaños, según espacios y objetivos, sustratos para huertas y jardines, y todo el acompañamiento para comenzar los primeros pasos en la huerta. Quizá fue por seguir fielmente su intuición, por hacer una lectura de la necesidad concreta y real de la comunidad o de las ganas de generar un aporte de transformación al ambiente, a la salud y a la vida.
En tiempos de pandemia Carolina Hernando comenzó a experimentar y a compartir los aciertos y errores de trabajar al compás de la tierra. A través de su cuenta de Instagram fue contándolo todo y advirtió que del otro lado de la pantalla, los usuarios se veían invitados a seguir ese ritmo.
“Todo inició con una huerta propia, en nuestra casa, en donde me puse a investigar más a fondo sobre diferentes métodos de cultivos posibles en un patio de una casa con poco espacio. Así surgió nuestra huerta en principio, que empezamos a mostrar en las redes sociales y ahí fue como nace Siembra Feliz”, recuerda Carolina sobre los inicios de una actividad que hoy involucra a toda la familia. Las semillas, para estos jóvenes agricultores, son la mayor riqueza que atesora como un valor supremo de donde surge todo y de donde lo dependemos todo.
A pesar de no haber estado vinculados a la producción de alimentos en momentos pandémicos, donde el registro y el paso del tiempo modificó ciertas estructuras, Carolina y Esteban se propusieron armar su propia huerta en un metro cuadrado con la idea de aprovechar los espacios y entender que se puede producir en plena ciudad. Lo que comenzó como una inquietud, luego se convirtió en un hobby.
Actualmente la pareja se encuentra dedicada ampliamente a este proyecto que no para de crecer. “Siembra Feliz para mí es una escuela, la profesora es la naturaleza, imitamos sus ciclos, nos asombramos con la sabiduría, la perfección y el amor que hay en cada detalle de la naturaleza. La generosidad de la tierra nos hace pensar en que nadie en el mundo debería tener hambre y que cualquier persona puede comer si sabe trabajar la tierra”, comparte convencida Carolina.
Hoy, Siembra Feliz está registrando sus semillas criollas en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) una institución que certifica y garantiza la calidad física, genética, sanitaria y fisiológica de las semillas, transmitiéndole al consumidor que está adquiriendo semillas de calidad.
A través de su tienda virtual y redes sociales, Carolina no escatima detalles al contar su experiencia e información sobre cómo producir alimentos en el espacio que sea. Allí se puede conocer el ABC de la huerta agroecológica, saber las variedades y técnicas para cada temporada, acceder a semillas criollas, conocer las formas de combinar las plantas, realizar compost, entre otras actividades que hacen a la producción sana que fomentan la vida del suelo y la biodiversidad.
Más información:
www.siembrafeliz.com.ar
@siembra_feliz
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