La historia de Rocío y su perra Layka, adiós eterno y un amor que perdura en Roca
Todos los sábados Rocío visita en el cementerio Parque Las Fuentes de Roca a su perrita Layka que falleció hace dos años. Desde la psicología señalaron que estas relaciones se asemejan a los vínculos humanos.
Rocío Beltrán cada sábado lleva flores a la tumba de su perrita Layka, una Yorkshire terrier con quien vivió tres años. La sepultara está junto a varias pequeñas placas en el sector norte del cementerio de Parque Las Fuentes, ubicado sobre la Ruta 6, en Roca. Se trata de un lugar especial donde las personas pueden darle descanso a sus mascotas y visitarlas.
“Ellos necesitan su lugar, como los seres humanos, porque nos dan el amor que nosotros no le pedimos. Creo que el que ama a los animales lo va a entender”, expresó emocionada la joven de 24 años.
La partida de Layka fue inesperada para Rocío que decidió darle una sepultura para poder visitarla.
“Vivíamos en un departamento cuando la saqué afuerita para que haga sus necesidades y el perro de mi vecina la agarró sin querer por debajo del portón. Cuando la tomé se ve que por el susto le dio un infarto y quedó ahí”, recordó.
“Me dolió porque no ocurrió como cuando los perros se enferman y tenes un tiempo para procesarlo”, contó.
Los momentos vividos que atesora son caricias en el corazón de Rocío.
“Layka siempre fue con nosotros para todos lados, proyectábamos un viaje y estaba presente, así sea, al sur, a la playa, adonde fuera. Viajaba con nosotros en avión”, describió.
Rocío relató que la pequeña perrita fue un regalo de su esposo Joaquín para un cumpleaños, cuando vivían en Córdoba.
A partir de ese momento la amiga perruna se convirtió en parte de su familia.
El vínculo entre la mujer y su mascota siempre fue muy fuerte. Por eso cuando partió de este mundo no dudó en solicitar un espacio para ella.
“Cuando era chica había fallecido un familiar y yo siempre preguntaba qué había de este otro lado y me dijeron que era un cementerio de mascotas”, señaló.
Así fue como hizo los trámites en la empresa funeraria Diniello.
“Tratamos de venir una o dos veces a la semana. Era como nuestra hija. Nos quedábamos, nos sentábamos y a veces charlábamos. Es algo lindo”, contó.
La fecha infaltable para Rocío es el cumpleaños de Layka, el 24 de marzo.
“Siempre se lo festejábamos con una torta, le poníamos globitos, la velita y todo. Ahora venimos y le traemos flores”, detalló nostalgica.
Además de la pequeña Yorkshire terrier, la joven tiene también otros amigos perrunos en el cementerio Parque Las Fuentes.
“Yako fue mi compañero por diez años. Me lo regalaron para mis 15. Con mi abuela y mi mamá lo despedimos el viernes 12 porque tenía un tumor en la boca y también va a estar acá junto con Layka, pronto le van hacer la plaquita”, contó.
“Me quedó Reina que es hija de Layka y Fátima, que es una Golden”, detalló.
Para Rocío, que es florista, el vínculo con los animales es muy especial. “Ellos te dan todo el amor, a veces tenés un día pesado, re feo y cuando llegás a tu casa te reciben con alegría, con cariño, te terminan de complementar tu jornada”, expresó.
La relación con las mascotas
La licenciada en psicología Doris Delmi Isidori explicó que el vínculo que las personas construyen con un animal, es considerado un lazo emocional que se asemeja al vínculo familiar, y como tal se desarrollan conductas similares a las que se tienen con los hijos, por la dependencia natural que se deriva de la necesidad de alimentar , abrigar y cuidar su salud y seguridad de la mascota.
«Los animales responden con una adherencia significativa a los cuidados otorgados, brindando a sus dueños, sujeción, compañía y fidelidad», sostuvo.
Este vínculo representa una relación emocional que va forjando fuertes lazos tanto en las personas como en las mascotas.
La profesional indicó que la muerte es una cruda realidad que nos atraviesa de manera inexorable, tanto así, que las personas “debemos saber que la mascota posee una vida limitada por su especie y debemos acompañar su ciclo vital de la mejor manera posible”.
“El sufrimiento por la pérdida es real, como real será el duelo que se vivirá en los primeros meses, hasta que poco a poco se mitigue el dolor y se pueda agradecer por los años que esta mascota, miembro de la familia, ha estado alegrando y acompañando nuestra existencia”, señaló.
La licenciada también aclaró que el duelo por una mascota no puede superar un tiempo prudencial y siempre debemos buscar ayuda profesional cuando estos tiempos se exceden, a fin de acompañar y guiar en el proceso de duelo, hasta lograr incorporar una nueva mascota al seno familiar, dando continuidad al ciclo de la vida.
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