Más de diez indigentes duermen en el hospital de Bariloche
Harán un refugio. Dos murieron ya por bajas temperaturas.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El municipio definirá hoy el sitio donde se emplazará el refugio para la decena de hombres desamparados, más conocidos como «changas», que pernoctan en los pasillos y la guardia del Hospital Zonal.
El problema fue planteado ayer por el Consejo Local de Salud que teme una mayor afluencia de indigentes con la llegada de la nieve y el aumento de muertes por el frío. En lo que va del invierno se registraron dos decesos de hombres pobres a causa de las bajas temperaturas.
La secretaria municipal de Promoción Social, Norma Gómez, confirmó a este diario que hoy se conocerá el lugar destinado a «dormidero» de los «changas».
Las opciones barajadas por el municipio son: las dependencias vacías de la Casa del Deporte y un inmueble del pastor Cevallos, ubicado en la calle Rivadavia, que en anteriores oportunidades sirvió de refugio para los niños en situación de calle.
La funcionaria detalló que «a través de la iglesia estaría previsto que algunas personas hicieran la comida y acompañaran a la gente, y la secretaría de Desarrollo Social va a disponer dos operadores y un vehículo para ir a las rancherías a donde se encuentran ellos y poder ubicarlos en este espacio».
Por su parte la concejal Silvia Paz aclaró que la solución planteada servirá «para salir del paso y poder ayudarlos en la noche, con un lugar donde alojarlos para dormir».
En el Consejo Local de Salud se evaluó que el grupo de indigentes que pernocta en el hospital no puede retornar al Refugio de Rogelio por problemas de seguridad personal. «Para esta gente estamos buscando un lugar sin riesgos, que sea céntrico y tenga una buena calefacción, porque el Hogar de Rogelio todavía se calefacciona a leña». explicó Paz.
El establecimiento que hasta hace poco tiempo era atendido por el Ejercito de Salvación brindaba cobijo a 16 personas en situación de calle, alguno de los cuales habían iniciado un tratamiento de rehabilitación.
El dilema que enfrenta la municipalidad se debe en parte a que hace dos meses decidió rescindir, en forma unilateral, el convenio que hace ocho años firmaron el municipio y el Ejército de Salvación, para que esta institución atendiera a los hombres desamparados, que en su mayoría son alcohólicos.
Ese proyecto, que incluyó la cesión de una vieja casilla de madera que se transformó en el Hogar Rogelio, recibió un respaldo cada vez menor por parte del municipio, pese a que no le representaba ningún gasto en personal y se limitaban a pagarle el gas, la luz y unos 50 centavos diarios por persona alojada.
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