La zona franca de Zapala da sus primeros pasos en firme para empezar a funcionar
El gobierno provincial y la UTE a cargo del proyecto están a la espera de la habilitación de Aduana. Un 50% de los lotes disponibles ya fueron reservados por empresas.
La zona franca de Zapala, un proyecto que lleva más de dos décadas desvelando a la provincia, empezó a dar algunos pasos firmes para su concreción. El área aún no obtuvo la habilitación de la dirección de Aduanas para funcionar, pero ya tiene un 50% de sus lotes reservados con carta de intención: son empresas de rubros vinculadas a la industria, la logística, la tecnología, venta de repuestos, venta de maquinaria y de servicios petroleros (químicos).
«Cuando Aduana nos dé el ok, empiezan a construir», afirmó Silvio Ferracioli, presidente del directorio de la UTE que ganó la concesión. Según la licitación que se hizo en 2018, la firma está integrada por Servicios y Consultoría SA, Zona Franca Zapala SA, Argen-Pat SRL, Codesin SA, Petro Neu SA y por M y P Fundaciones especiales SA.
Recién a principios de marzo de este año se hizo la inauguración de las primeras obras que incluyeron, en el sector municipal, la puesta a punto de las oficinas, baños, sistema eléctrico y reflectores (cambio a led). Y del sector de zona franca el cerco perimetral, las calles, el sistema anti-incendio, la iluminación, postes, sistema eléctrico para cada cliente, cámaras de seguridad, galpón de uso común, oficinas, enfermería y bomberos. El predio, que tiene en total unas 250 hectáreas y prevé para su primera etapa el desarrollo de 20, cuenta con el servicio de red eléctrica y el alumbrado predial.
Según indicó el CEO, Fernando Montero, la inversión abarca unos 5 millones de dólares.
Estas son las obras mínimas que, aseguran, garantizarán la habilitación de Aduana para que la zona franca empiece a funcionar. La subsecretaria de Industria de la provincia y presidenta del Comité de Vigilancia de Zona Franca Zapala, Claudia Afione, firmó la solicitud de habilitación provisoria del régimen en enero y, por entonces, había pronosticado que en 90 días podía estar resuelto el trámite.
Según explicó a RÍO NEGRO, el trámite está iniciado y no hay plazos para la respuesta definitiva. El organismo hizo algunas observaciones respecto de las obras físicas, como los portones y el funcionamiento de las cámaras de seguridad, y el concesionario ya las corrigió, detalló la funcionaria.
«Se le envió ahora el informe con el detalle de lo realizado, así que estamos esperando una respuesta positiva. Queremos que esté cuanto antes para que las empresas puedan empezar a firmar los contratos», afirmó.
El predio contará con dos naves (una ya está casi terminada) y un patio de contenedores, además de los lotes para asignar a las empresas interesadas. «Ofrecemos espacio bajo techo, un espacio al aire libre, un espacio para contenedor, te damos tu tierra y vos construís», afirmó Ferracioli.
En la zona franca, las empresas podrán traer «lo que quieran acá, usarlo e incluso volver a sacarlo afuera sin pasar por SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina)». «No se considera que está dentro del país hasta que sale de acá, si es que sale», explicó sobre los beneficios.
Respecto del potencial económico que puede desarrollar la zona franca de Zapala, aseguró que es «incalculable», pues depende de las actividades que se vayan a desarrollar y no de la cantidad de tierra ocupada o el volumen de mercadería. Por ejemplo, una empresa dedicada a la biotecnología puede generar en pocos metros cuadrados un negocio mucho mayor que otra industria en un lote completo. En la zona hubo consultas de productores de carne wagyu para desarrollar allí la parte genética y también de firmas interesadas en instalar servidores.
Ferracioli afirmó que la de Zapala «se pensó de manera inversa a la zona franca de Ushuaia. Ellos ensamblan allá y las sacan para Argentina, acá la idea es que se puedan meter cosas de poco valor, se las procese y se las saque», sostuvo.
Es más, evaluó que la situación macroeconómica del país puede hasta ser una ventaja para este tipo de sitios. «Mientras más restrictiva es la economía afuera de esto, más es isla se convierte porque acá tenemos una suspensión de leyes fiscales», explicó.
A las empresas interesadas, además, les suman la facilidad logística que permite su ubicación. Equipamiento para Vaca Muerta, por ejemplo, puede salir de la zona franca y, entre los trámites de Aduana y traslados, puede llegar a Añelo en cuatro o cinco horas.
«Sirve principalmente al negocio de petróleo y gas, minería y agroindustria, es un hub logístico estratégico con acceso bi-oceánico, conectando los puertos de aguas profundas del Pacífico, como los del Atlántico, vía ferrocarril, aeropuerto y rutas terrestres», es la carta de presentación que ofrece en su sitio web.
Ferracioli aclaró que las vías del tren podrían funcionar pero con «mucho volumen de carga de material poco valioso, por ejemplo caños».
En números
- 250
- hectáreas tiene el predio de la zona franca: 112 son para almacenamiento, 75 para industrias y 62 para servicios.
En el país hay 13 zonas francas que están funcionando
La ley 24.331 de zonas francas fue sancionada por el Congreso en 1994 y definió que pueda establecerse una por cada provincia, pudiendo crearse hasta cuatro adicionales en «aquellas regiones geográficas que por su situación económica crítica y/o vecindad con otros países, justifiquen la necesidad de este instrumento de excepción».
La primera habilitada por la AFIP fue la de San Luis, en 1998, en la localidad de Justo Daract, casi en el límite con Córdoba.
Esta provincia se incorporó al año siguiente junto con General Pico de La Pampa y Mendoza, que eligió instalarla en Luján de Cuyo. En el 2001 se habilitaron las de Salta capital y la de Comodoro Rivadavia en Chubut. En el 2002 se sumaron las de La Plata (Ensenada) y la de Puerto Iguazú en Misiones, que funciona como minorista.
En 2008 se habilitó la de Concepción del Uruguay en Entre Ríos, en uno de los puntos limítrofes con Uruguay, y en 2012 la primera en Bahía Blanca, ubicada en el área operativa de Punta Alta. Las más recientes, según la información oficial de la AFIP, son la de Villa Constitución de Santa Fe, que entró en vigencia en 2017, la segunda zona franca de Bahía Blanca, en Puerto Galván, y la de Río Gallegos, Santa Cruz, en 2019.
Durante la gestión de Mauricio Macri se anunció también la aprobación del ministerio de Producción para hacer dos zonas francas en Jujuy, una en Perico y otra en La Quiaca, aunque aún no figuran habilitadas en los registros oficiales. Al igual que la de Neuquén, todavía están en proceso de ejecución. La primera será de tipo exportadora, mientras que la otra ofrecerá venta minorista al público.
El régimen nacional y el caso de Neuquén
Concepto: son áreas que no integran el territorio aduanero general. Allí se pueden introducir toda clase de mercaderías y servicios, con la sola excepción de armas, municiones y otras especies que atenten contra la moral, la salud, la sanidad vegetal y animal, la seguridad y la preservación del medio ambiente.
Objetivo: fomentar el comercio y la actividad industrial exportadora a través de la reducción de costos y procedimientos administrativos, ofreciendo, además, incentivos fiscales.
Tratamiento fiscal: la introducción y extracción de mercaderías está libre del pago de tributos salvo las tasas correspondientes a los servicios prestados. Las industrias radicadas en estas áreas están exentas de impuestos nacionales que gravan los servicios básicos.
Plazo: en el caso de la zona franca de Zapala, el plazo de explotación para el concesionario es de 30 años. Vencido ese tiempo, de no mediar observaciones en cuanto a la correcta ejecución del contrato, podrá ser prorrogado por períodos de diez años.
Canon: la UTE que tiene la concesión debe, a partir del segundo año, pagar a la provincia un canon de entre el 0,5% y el 2% de la facturación mensual por los servicios que explote allí.
Comentarios