Bariloche duplicará las camas de internación del hospital, más cerca del ideal en el sistema de salud
De esta manera se aproximaría a la mitad de la recomendación de la OMS. En el sector privado hay poca inversión en materia sanitaria. Hoy está bastante por debajo de ese número.
La obra de ampliación del hospital zonal Ramón Carrillo que, avanza a buen ritmo y estaría lista para fin de año, contribuirá con un aumento notorio en la capacidad de internación, que ascenderá a unas 420 camas en el sistema de salud público y privado. Le permitirá a Bariloche cubrir un déficit que arrastra desde hace varios años, aunque sin alcanzar todavía el número de camas razonable que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Otra consecuencia de la nueva infraestructura será el mayor peso relativo del sector público en la disponibilidad total de la ciudad, en detrimento de los sanatorios privados, que desde hace años no realizan inversiones de envergadura.
La obra del hospital Carrillo comprende 11.000 metros cuadrados cubiertos en cuatro plantas y se trata de la mayor inversión de su tipo en la provincia.
La capacidad de camas del hospital se duplicará (con 60 unidades nuevas), aunque con una distribución distinta, en la que crecerá en mayor medida la proporción de “camas críticas”, es decir las de terapia intensiva e intermedia.
También habrá una mejora notoria en los espacios de guardia, un servicio de alta demanda en todo el sistema.
El director interino del hospital, Víctor Parodi, dijo que con la ampliación pasarán a contar con 220 camas y consolidará su condición como el mayor centro de atención sanitaria en toda la provincia. En terapia intensiva pasarán de las actuales 9 a 14 plazas, en terapia pediátrica de 3 a 6 camas, y en neonatal de 8 a 12. También incorporará 6 nuevos quirófanos que se sumarán a los 4 existentes.
En el segmento privado hay cuatro entidades que prestan servicios de internación y disponen en conjunto de dos centenares de camas. De modo que toda la ciudad podrá garantizar unas 420 plazas.
El mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud varía entre 8 y 10 camas por cada 1.000 habitantes. El número varía según la complejidad, los servicios anexos, la distancia de otros centros posibles de derivación y también -en casos como el de Bariloche- la afluencia turística que multiplica la demanda en forma estacional.
Según ese parámetro -y con el último censo disponible como referencia-, la ciudad debería tener no menos de 850 camas.
Parodi advirtió que la capacidad del hospital ampliado no estará operativa hasta mediados del año próximo. Por más que el edificio quede listo antes, recién en marzo de ese año se iniciaría la compra de equipamiento. La puesta en funcionamiento será “en etapas”.
Cuando esa instalación funcione al 100%, Bariloche tendrá una capacidad que se aproximará a la mitad del ideal de la OMS, pero hoy está bastante por debajo de ese número.
Parodi explicó, sin embargo, que ese parámetro es relativo. “Lo ideal -dijo- hay que verlo en cada caso y depende de lo que como sociedad tenemos para ofrecer”. Hizo hincapié en que tanto o más importante que la cantidad de camas es el equipo de profesionales, y hoy el hospital enfrenta graves dificultades para cubrir puestos por los problemas de vivienda que atraviesa la ciudad y la imposibilidad de conseguir alquileres.
“No hay viviendas, muchos prefieren no venir por ese tema, los sueldos no garantizan -afirmó-. Además está la obligatoriedad de las guardias, que algunos especialistas tampoco acuerdan”.
Dijo que en los centros de salud muchos médicos especialistas tienen que cubrir guardias y hacen menos consultorio, lo cual es una falencia del sistema, que también lo aleja de los ideales que marcan los organismos internacionales y no tiene que ver con la capacidad de internación. “Habría que buscar médicos solo para guardias”, propuso Parodi.
El sector privado de la salud en Bariloche
El detalle aportado desde Salud Pública indica que el aporte de privados en la oferta general es de unas 200 camas. El sanatorio San Carlos cuenta con 54 plazas de internación (sumando todos los servicios), el Hospital Privado Regional 98, el Instituto Materno Infantil 38 y se incorporó en fecha reciente la fundación Intecnus, con especialidad en tratamientos oncológicos, que tiene 6 camas con tecnología de terapia intensiva para atención postoperatoria y otras 4 camas de terapia intermedia en proceso de habilitación.
El ministro de Salud de Río Negro, Fabián Zgaib, dijo que la reconfiguración de ese escenario es muy dinámica y existen proyectos “inconclusos” de ampliación en los sanatorios privados, que habrían quedado frenados “por el contexto”.
Sobre el aporte que asegurará la ampliación del hospital público a la oferta general, Zgaib dijo que acercará mucho las soluciones demandadas durante años. “No sé si va a alcanzar, pero va a ser un buen empujón”, aseguró.
Resaltó que la capacidad de internación, sobre todo en camas críticas, se amplió a partir de las reformas durante la pandemia de Covid 19 y en buena medida se mantuvo. Dijo que el trabajo entre los sectores público y privado está en “articulación permanente, porque no puede ser de otro modo en ciudades grandes como Bariloche”.
Parodi dijo que aun con la infraestructura existente no hubo momentos de zozobra “como los que se han visto en otros hospitales” durante el peor momento del Covid.
El plan para actuar en situaciones críticas y de emergencia
El director interino del hospital zonal dijo que Bariloche cuenta con un plan de contingencia en materia de salud y que está “trabajado” con la Subsecretaría de Protección Civil.
Señaló que está previsto cómo reaccionar “ante situaciones de catástrofe”, con la función y los actores que deben intervenir “en las primeras, segundas y terceras líneas” de respuesta.
Las hipótesis de trabajo son, por ejemplo, un accidente grave con un ómnibus, un catamarán, un desastre natural u otros siniestros con alto número de víctimas.
Señaló que la capacidad de todo el sistema de salud se pondría a disposición en ese caso, con la posibilidad ya estudiada de realizar derivaciones al Alto Valle, si hiciera falta.
Parodi dijo que otra cuestión para seguir atentamente es el flujo de turistas, “porque muchos vienen sin seguro de salud, o con cobertura de obras sociales provinciales, como el Ipross, y los termina absorbiendo el hospital público”, en lugar de recurrir a los privados.
Dijo que incluso “hay muchos extranjeros sin seguro, que demandan consulta e internación” en el hospital Carrillo.
Aseguró que los meses de mayor ocupación se dan de mayo a septiembre y en resto del año “puede variar”, aunque el “giro de cama” como llamó al porcentaje de ocupación, depende de factores como las patologías respiratorias y el “corredor epidemiológico” que trazan y que el año pasado, por ejemplo, se extendió hasta noviembre.
La mirada del sindicato de la sanidad
El secretario adjunto del sindicato de Sanidad en Río Negro, Esteban Romero, dijo que no está suficientemente valorada la condición turística de la ciudad y consideró que “el sistema de salud es muy pequeño, sobre todo en temporada alta”.
Señaló que el sector privado siempre maneja proyectos de ampliación que luego no se concretan y resaltó que trabajan “al límite desde hace años”.
Recordó que con el cierre del sanatorio del Sol, que tuvo varios meses de conflicto y perjuicio laboral, previo a la pandemia, “se perdieron camas que nunca se recuperaron” y consideró que “falta una mirada integral” del sistema de salud.
Dijo que Bariloche necesita además “un plan de contingencia en serio”, ante el riesgo de un accidente de envergadura y descreyó de que esté debidamente evaluado por las autoridades.
“Como siempre se dice, puede volcar un micro, con decenas de heridos críticos y el sistema no los podría absorber. Una ciudad turística lo tiene que prever”, afirmó el sindicalista.
Aseguró que en el sanatorio San Carlos, por ejemplo, “siempre hay gente esperando que se liberen camas, y todo el tiempo se dejan pacientes ambulatorios con monitoreo, cuando por sus cuadros deberían quedar internados”.
Romero dijo que otro déficit del sistema, además de su capacidad de absorción de consultas, cirugías e internaciones es la cantidad de médicos, mucamas y enfermeras.
Denunció que “no se contrata más personal y ese es otro ítem preocupante”, porque redunda en “multiplicidad y sobrecarga” para los empleados actuales.
Romero dijo que el sindicato realiza “denuncias todo el tiempo ante el ministerio de Salud” por la situación laboral.
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