Argentina hizo negocio, pero era el momento ideal para un negoción

Un empate ante Brasil en el Mineirao después de un flojo rendimiento en casa contra Ecuador es para firmarlo con los ojos cerrados. Pero cuando el clásico rival muestra tan poco, es una lástima no meter el negoción de volver con los tres puntos.

Argentina mejoró su rendimiento y mereció más que el 0-0 contra la versión brasilera más pobre de los últimos tiempos. Ante la caída de Paraguay, el equipo criollo mantuvo el segundo puesto en las Eliminatorias y sigue firme rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.

De movida, sorpresas. En el dueño de casa con un dibujo extraño con un cuadrado en el medio que no funcionó. Y en la visita, el ingreso de Jonás Gutiérrez, un jugador que nadie tenía en los planes.

Claro que la idea de sorprender nunca sale bien y anoche quedó claro. El pentacampeón respetó a su rival como pocas veces de local y el once albiceleste no se animó a plantarse en campo rival, y turnó demasiado las subidas de sus laterales y volantes.

Cuando fue al frente, el equipo criollo creó la primera chance. Buen centro de Gutiérrez que Julio Cruz no pudo conectar de lleno y la pelota terminó en las manos del arquero.

Brasil, en ese lapso, nada de nada. Y en las tribunas, una desconfianza total y algunos gritos de reprobación para Dunga.

Esos insultos también los escuchó Robinho, quien tuvo las dos más claras en los minutos 21 y 22, ambas con participación excluyente del «Pato» Abbondanzieri.

En la primera, con una tapada magistral. En la segunda, con un error que pudo costar muy caro, porque salió a buscar al delantero muy lejos. Por suerte para el arquero, el genio del Real Madrid se mareó.

El «empate» de situaciones llegó en el 44, con una corrida de Lionel Messi, quien definió muy mal, luego de un pase largo de Fabricio Coloccini.

Rumbo a los vestuarios, varias conclusiones. Argentina, sin brillar, fue superior, mostró su punto más alto en la pareja Mascherano-Gago, y también se mostraron más activos Riquelme y Messi.

A la vuelta y después de muchas acciones desprolijas, fue Argentina la que sacudió la modorra. Con los silbidos de fondo y un Brasil muy confundido, los «players» de Basile fueron al frente. Carecieron de profundidad, pero contaron con varias pelotas paradas.

Claro que Riquelme no tuvo la pegada precisa de otras noches y cuando JR lo dejó a Messi, tampoco hubo peligro para el arco local.

Julio Cruz, en el cuarto de hora, contó con una posibilidad inmejorable, pero su disparo se fue por arriba del travesaño. Fue la única que tuvo el «Jardinero», quien minutos más tarde se salió reemplazado por el «Kun» Agüero.

Con los «rapiditos» arriba, Argentina salió a buscar el triunfo, pero se quedó sin piernas para los últimos 15. El «Coco» tomó nota y mandó a Battaglia por Riquelme, porque sintió que el negocio

ya estaba consumado.

Brasil, con más ganas que ideas, trató de inquietar a la última línea criolla, pero, como en todo el partido careció de ideas.

Casi sin querer, el once criollo volvió a tener las oportunidades más claras para ganar el partido. Una doble chance de Messi estuvo a punto de provocar un «silencio total» en el Mineirao, pero no hubo caso. La pelota no entró y por eso Argentina apenas se volvió con un punto.

Rumbo al Mundial, la «albiceleste» quedó bien parada; mientras que su rival sigue sin encontrar el rumbo y quedó en zona de riesgo, porque Uruguay lo tiene a tiro y hoy podría ser superado por Chile o Venezuela.