Un misil en Alicurá: fue a probar suerte al lago y pescó una trucha soñada de 7,2 kilos
La pescó el guía Charly Trisciuzzi en el embalse Alicurá junto a su padre Carlos, también guía, el 001 de Neuquén. Suelen andar por los ríos de Junín de los Andes pero esta vez decidieron alejarse unos kilómetros hacia un lago. No podrían haber tomado mejor decisión: aquí el relato, las fotos y el video de una arcoíris inolvidable. Mirá...
Días atrás, dos guías de pesca que suelen flotar los mejores ríos y lagos de la zona de Junín de los Andes decidieron probar suerte en otro lado. Charly Trisciuzzi y su padre Carlos (guía 001 de la provincia de Neuquen) comparten esa pasión y trabajan juntos. Si el hijo aprendió viéndolo en acción, ahora son pares, se llevan bien, disfrutan lo que hacen. Con los ríos bajos, optaron por alejarse un poco a ver qué pasaba. Buscar un lago. Y eligieron el Alicurá, a unos 115 kilómetros por la rutas nacionales 40 y 234. Allí, en el norte de la Patagonia, está el primero de los cinco diques para generar electricidad con las aguas cristalinas del río Limay, límite natural entre Neuquén y Río Negro desde que nace en el Nahuel Huapi.
En el embalse que generó la represa en Alicurá, hay truchas de las buenas. Hacia allí fueron, con la ilusión, como buenos pescadores de ley, de una captura de esas que no se olvidan. Pero no imaginaban tanto aquel jueves de otoño. Así lo cuenta Charly, paso a paso. En el relato incluye la descripción de la caña, la mosca y la linea que utilizó y todos los detalles.
Caña, mosca y linea
«En esta época empieza la fiebre de las truchas migratorias, el pescador busca eso, porque son capturas mayores a las normales. Aquel jueves estábamos con mi papá charlando y decidimos ir a explorar aguas nuevas. Debido a los ríos bajos en Junín de los Andes, San Martín de los Andes y Bariloche la pesca está divertida, buena, veníamos con truchas arcoíris de kilo, kilo y medio y marrones de dos, pero pensamos en ir a probar suerte a otro lado, a un lago, a ver qué pasaba. Y elegimos el Alicurá. Apostamos a eso«, relata.
«Nos tocó un día con el lago planchado sin una gota de viento, días que decís que por lo general no vas a pescar. Había mucha visibilidad. Estaba pescando con mosca y decidí bajar un poco el tippet, usaba una línea de hundimiento, un shooting para ser más preciso. Decidí bajar el grosor del tippet, es decir el nylon, a un 3x, es decir fino, con una mosca woolly bugger amarilla y negra con peso y en anzuelo número 6. Tenía una caña 10 con una línea denominada shooting head», agrega.
"Un cabezazo importante"
Continúa el relato: «Pescábamos con líneas de profundidad, vas abajo a buscar. Estábamos navegando con la lancha y hago un tiro para el medio del lago, en un lugar que por lo general no tiraría. Dejo que baje un poco la línea, que profundice. Y empiezo a stripear muy suave, que es cuando traes la mosca. Y en momento empecé a sentir que se trababa. Era la trucha, que pegó un cabezazo importante y se tensó la línea. Se sentía que era algo pesado, pero no se mostraba», recuerda.
«Empezó a asomar, logramos ver un reflejo. Cuando la vimos, nos emocionamos. Te dabas cuenta de que era un gran pez, pero al mismo tiempo tenía el miedo de que el tippet era bastante fino y se cortara… Fui acercándola de a poco, la trucha buscaba esconderse en la sombra bajo la lancha y retornaba a la superficie. Así un rato, fue una pelea importante, de unos 25 minutos, hasta que al final pudimos meterla en el copo», describe.
«No nos equivocamos, era una arcoíris de dimensiones muy importantes, muy lindo tamaño, muy recuperada, muy bonita. Andaba con la balanza electrónica en el bote, la pesamos: descontando el copo, dio 7,200 kilos. Una trucha pocas veces vista en ese lugar. Suelen salir en los lagos, pero no todos los días. Después de la devolución seguimos pescando, salieron truchas de kilo, kilo y medio. Lindas, sí, pero nada como aquella, era muy hermosa», cuenta.
«Fue muy lindo para mi vivir esta pesca compartida con papá. Tenemos la misma pasión por la pesca, guiamos juntos. Y él es el primer guía habilitado de Neuquén. Compartir algo así con tu padre es muy emocionante. Fue un día excepcional».
¿Hasta cuándo se puede pescar?
El panorama que brinda Charly Trisciuzzi: «La temporada cierra el domingo 30 de abril en el Parque Nacional Lanín y sectores del Parque Nacional Nahuel Huapi, pero continúa en las provincias de Neuquén y Río Negro. Así que seguiremos pescando. Ahora que se viene el frío, las lluvias o las nevadas en Junín de los Andes. San Martín de los Andes y Bariloche esperamos que mejoren los caudales de los ríos. Es el tiempo de las truchas migratorias, de grandes capturas, de moscas streamers y líneas de profundidad. La pesca se pone divertida también en la boca del Chimehuín, del Limay, en las desembocaduras del Malleo, del Chimehuin. En todos esos lugares vamos a estar los pescadores soñando como siempre con grandes truchas«.
Podés ver más fotos y videos de Carlos y Charly Trisciuzzi en instagram.com/patagonian_fly_fish_argentina/
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