Mi Bus analiza los subsidios para pedir aumento del boleto en Bariloche
La empresa concesionaria del transporte urbano en la ciudad presentará un pedido de revisión tarifaria este mes. Hoy el pasaje cuesta 115 pesos.
LFoto: Archivo
La empresa Mi Bus tiene en plena gestación un nuevo pedido de aumento tarifario para el transporte urbano de Bariloche y espera presentarlo antes de fin de mes al municipio. Si no lo hizo hasta ahora es solo porque no tiene un panorama claro sobre el volumen de los subsidios que recibirá del Estado nacional y provincial.
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El gerente de la concesionaria del transporte, Juan Pablo Follonier, dijo que la tarifa actual “está atrasada” y que ya deberían haber planteado una actualización, como lo hicieron en abril del año pasado. “Tiene que ser en esta fecha, pero no hay todavía una precisión sobre lo que va a pasar con los subsidios”, explicó.
Hoy el boleto cuesta en Bariloche 115 pesos y el último aumento fue aplicado el 1 de enero, aunque resultó de un proceso de revisión tarifaria (incluido un crítico informe de costos y una audiencia pública, plagada de protestas) que se puso en marcha varios meses antes. El punto de partida fue la solicitud formal de Mi Bus, que en aquel momento apuntaba a llevar la tarifa a 132 pesos.
El intendente Gustavo Gennuso terminó por convalidar en junio un aumento en dos etapas, primero a 95 y desde este año a 115 pesos.
Follonier dijo que en la ecuación actual los subsidios representan un 70% de los ingresos de la empresa y la venta de boletos el otro 30%. De modo que la recomposición de tarifas es importante para la concesionaria, para asegurarse la previsibilidad en la asistencia del Estado.
El municipio comprometió un subsidio acordado en litros de gasoil premium, que se actualiza solo (con el precio de surtidor) y que hoy equivale a unos 64 millones de pesos mensuales. Pero de las otras reparticiones del Estado es impensable esperar ese tipo de certezas.
El secretario deTransporte de la provincia, Juan Ignacio Ciancaglini, dijo que la Nación actualizó los montos de subsidio al transporte urbano con el último presupuesto anual y después firmó un convenio por cuatro meses con la provincia (enero/abril) por el cual esta última debe replicar un monto similar al del Estado central. El año pasado esa proporción era del 83%.
El último envío que hizo Transporte de Nación fue el correspondiente a enero, según indicó, y para Mi Bus representó un aporte de 42 millones de pesos. “La provincia asegura un monto igual, que transfiere e estos días”, dijo el funcionario. De febrero y marzo nada se sabe. El subsidio podría ampliarse, a tono con la marcha de la inflación, pero también podría reducirse.
“Entiendo que no lo van a bajar, aunque nunca se sabe -afirmó Ciancaglini-. El año pasado en noviembre mandaron más que en diciembre”.
Lo pactado en el convenio fue un aumento del 22% para los primeros cuatro meses del año, que ya quedó superado por la inflación. El año pasado el ajuste del subsidio nacional también quedó bastante por debajo del índice general de precios.
Los subsidios al transporte vienen atrasados
Además de la imposibilidad de predecir el monto del subsidio nacional, Ciancaglini reconoció que el atraso de los envíos es un dato recurrente y casi imposible de modificar. Aseguró que esperan el envío de la cuota de febrero para este mes, y que salden marzo y abril el mes próximo, para firmar ya un nuevo convenio.
Ese intrincado mecanismo es el que tiene desorientada a la empresa Mi Bus, que debe poner números a su informe de costos -engrosado principalmente por combustible y sueldos- y declarar cuánto de ese dinero espera recuperar con tarifa.
En los hechos el municipio toma sobre sus espaldas una cobertura cada vez mayor del costo general del transporte. Además paga con cierta puntualidad, y se maneja con una diferencia conceptual no menor: el subsidio municipal es fijo y se actualiza en forma periódica según el precio del gasoil. Mientras que el de Nación (y el de provincia, que acompaña) lo calcula Transporte en función de una intrincada tabla en la que juegan los kilómetros recorridos, la unidades afectadas al servicio y la cantidad de pasajeros transportados por la empresa beneficiaria.
Follonier dijo que quedaron en la historia “aquellos tiempos, hace unos 30 años, cuando no existía el subsidio y el costo del transporte era cubierto enteramente con lo que pagaba el pasajero”. Recordó que en esa época “un boleto costaba (centavos más o menos) el equivalente a un dólar, lo mismo que un diario o un café”. Hoy estos últimos precios mantienen ese parámetro pero la tarifa de colectivos se redujo a un tercio.
Ciancaglini reconoció esa comparación y dijo que el valor de la tarifa pasa a ser un tema secundario para las empresas frente a otras variables más apremiantes. Dijo por ejemplo que “por primera vez en la historia las transportistas están pagando un sobreprecio en el combustible para que se lo lleven a sus propios tanques”, es decir que les sale más caro que ir al surtidor de la estación de servicio.
Follonier aseguró que para la empresa “es muy difícil hacer un análisis en este contexto” y reconoció que la caída de los salarios generales del público usuario es un factor que también pesa. Dijo que cuando el boleto costaba el equivalente un dólar “el salario promedio en la Argentina estaba en 1.500 dólares y hoy no pasa de 600 dólares”.
A todo esto, el municipio espera que la concesionaria mueva sus piezas y luego deberá llamar a la audiencia pública obligatoria, a sabiendas de que cualquier iniciativa para imponer un boleto de entre 150 ó 200 pesos va a generar un fuerte rechazo social. Gennuso desde hace tiempo tiene asumido que la fijación de la tarifa del colectivo urbano surge no solo de un análisis técnico sino también “político”. Y esta vez lo será más que nunca, al tratarse de un año electoral.
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