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Un reactor de investigación cumple medio siglo al servicio de la educación

Desde comenzadas sus operaciones tuvo como fin capacitar personal en materia nuclear. Se ubica en la Universidad Nacional de Rosario, donde se cursa la única licenciatura en Tecnología Nuclear del país.

Ubicado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el reactor RA-4 cumplió 50 años desde su puesta en marcha. El equipo tiene como fin capacitar en materia nuclear. Pertenece al Instituto de Estudios Nucleares y Radiaciones Ionizantes (IENRI) de la facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura. Allí se cursa la única licenciatura en Tecnología Nuclear del país.

«Hoy volvemos a reafirmar, con los 50 años del Reactor RA-4, que los Reactores de Experimentación y Servicios son una referencia de la capacidad tecnológica alcanzada por el sector nuclear en Argentina», subrayó el jefe de departamento de Reactores de Experimentación y Servicios de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Fabián Moreira.

Este reactor se encuadró en el plan de actividades que el país llevó adelante para concretar la instalación de las dos primeras centrales nucleares de potencia para la generación de electricidad. Este proyecto incluyó la capacitación del personal para que las centrales pudieran operar de forma correcta. Con este objetivo se montó y puso en funcionamiento esta instalación.

En julio de 1971, el reactor RA-4 Siemens SUR 100 llegó a la Argentina proveniente de Alemania Federal, luego de que la CNEA hiciera un acuerdo con aquel gobierno. El reactor fue adquirido «llave en mano»: listo para ser utilizado, pero sin posibilidad de modificaciones una vez que estuviese instalado y funcionando.

Luego de su arribo, pasó por el Centro Atómico Constituyentes, donde se puso en funcionamiento de prueba, para ser transportado a Rosario en octubre del 1972. «La inauguración oficial fue el 12 de abril del 1973. Con esto comenzaba a desarrollarse la actividad nuclear académica en la Universidad Nacional de Rosario«, remarcó el actual jefe de Reactor RA-4, Oscar Peire.

Desde su instalación ha permitido la formación y el entrenamiento de estudiantes universitarios de carreras vinculadas al sector nuclear, que van desde distintas ramas de las ingenierías hasta física, bioquímica y medicina.

«Hoy en día, la UNR tiene una carrera específica para quienes se quieren formar exclusivamente en la actividad nuclear: la licenciatura en Tecnología Nuclear. Es una carrera planteada como un ciclo de complementación curricular para aquellos técnicos superiores en reactores o en tecnología nuclear que buscan tener un profundo conocimiento en el área«, detalló Peire.

«Aproximadamente unos 50 alumnos, en dos camadas, desde hace tres años, vienen cursando la licenciatura, y hace un mes tuvimos la graduación del primer egresado«, subrayó. El jefe del reactor también destacó haber alcanzado acuerdos con otras instituciones nucleares para continuar siendo una referencia en la temática.

«El reactor RA-4 junto al Instituto de Estudios Nucleares y Radiaciones Ionizantes tiene convenios y participa activamente en la Red Latinoamericana de Educación en Tecnología Nuclear. También tenemos vinculación con el reactor RA-0, de la Universidad Nacional de Córdoba, y participamos de las actividades que genera la CNEA y de aquellas instancias académicas y de divulgación que desarrolla la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear«, marcó.

«El campo de acción de los productos y servicios a ofrecer es fértil, y genera un alto valor agregado si se gestiona estratégicamente con enfoque eficiente e integral. Optimizar esta capacidad es insertarse en el desarrollo social a través del campo educativo, productivo y científico», comentó el jefe de reactores de la CNEA, Fabián Moreira.

«El sector nuclear argentino está ante una oportunidad que nos puede dar un beneficio neto si nos encuentra trabajando en conjunto y con capacidad de anticipación y adaptación», explicó Moreira. Por eso, están trabajando en la creación de una red compuesta por diferentes actores, que cuenta con el respaldo de CNEA y con la participación de los cinco reactores de investigación que existen en el país«, concluyó.


65 años de la entrada en operación del primer reactor nuclear en América Latina


El 17 de enero de 1958 se logró la primera reacción nuclear controlada en el núcleo del reactor RA-1, en el Centro Atómico Constituyentes. La operación estuvo a cargo de científicos de la CNEA y marcó un verdadero hito, no sólo por ser el primer reactor en ponerse en marcha en Argentina, si no en toda América Latina y el hemisferio sur.

Por otra parte, la construcción se concretó en sólo 9 meses, un tiempo récord. El reactor y sus elementos combustibles fueron desarrollados en su totalidad por profesionales argentinos. Su fabricación fue responsabilidad de la División Metalurgia que dirigía Jorge Sabato. Brasil inauguró su primer reactor cinco días después.

El reactor tiene una potencia de 40kW térmicos. Foto: gentileza.

Las instalaciones del RA-1 fueron pioneras en la producción de radioisótopos nacionales para uso medicinal e industrial. Además, «se realizaron innumerables experimentos e investigaciones que contribuyeron con el avance de la ciencia. Aún hoy se lo sigue utilizado para ensayos por activación de materiales, daños por radiación e investigación de nuevas terapias en medicina nuclear», detallaron desde CNEA.

Es un reactor del tipo tanque abierto, con una potencia de 40 kW térmicos y con núcleo de uranio enriquecido al 20% reflejado por grafito, y su moderador y refrigerante es agua liviana desmineralizada. «A un año de su puesta en marcha se reformó por completo el reactor, lo que permitió a los técnicos de la CNEA elevar su potencia máxima diez veces», resaltaron.


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