Cada vez son más las niñas que disfrutan del fútbol en las canchas
El fútbol femenino pisa cada vez más fuerte a pesar de la “discriminación”. Así lo demuestran Carolina Magnalardo y las chicas de Quinta 25, en Roca.
Quince niñas no aflojan y persisten en la cancha a pesar de la falta de recursos e instalaciones. Cada minuto cuenta ya que juegan hasta que oscurece en el barrio. Se prepararon durante meses para su debut en la segunda edición del Mundialito Infantil de Fútbol Femenino.
Allí en la vieja pista de ciclismo, que funcionaba cuando aún no había casas en el barrio, ellas se apropiaron del espacio para afrontar un nuevo desafío. Incentivadas por sus madres y hasta por familias enteras, ellas rompen con los estereotipos en un juego que es mayormente terreno de los varones.
Las niñas se acercan a la cancha una a una. Vienen de distintas zonas: barrio Nuevo, Quinta 25, y hasta las 250. Algunas juegan en el equipo desde hace dos años, otras tan solo hace dos meses, pero todas sienten la misma emoción de competir.
Morena es una chica de 13 años y explicó (en medio de risas) que fue su mamá quien “la obligó a jugar”. “Ella jugaba con las grandes y me quiso llevar a barrio Tiro, pero yo le insistí para jugar acá en Quinta 25, porque acá me siento bien, contenida”, contó.
Al respecto del Mundialito, Morena manifestó “no le tengo miedo al éxito”. Ella juega hace dos años en Quinta 25, gracias a que Leonardo, uno de los entrenadores, la incentivó en ese equipo.
“Tita” tiene 11 años y su abuelo la llevó a patear la pelota desde los 6. “Jugábamos siempre con él”, contó. Sus compañeras expresaron que es de las mejores delanteras del equipo, “la goleadora”.
Giselle de 14 y Carolina de 12 años juegan por primera vez. Empezaron hace un mes, aun así su entrenadora Marisa Ibarra apuntó que “crecieron un montón”.
Carolina entró por Jazmín, otra niña que la motivó y luego su hermana siguió sus pasos. “Giselle era tímida y ahora se adaptó”, dijo Ibarra.
Las hermanas revelaron que están nerviosas por participar por primera vez, pero afrontarán el desafío aunque tengan miedo.
Paula y Anyela son dos amigas que antes de ingresar al club jugaban a la pelota durante largas horas en su barrio. Para contar su historia se abrazaron y sonrieron. El fútbol es parte de su vida desde pequeñas.
Jonathan Moraga, Leonardo Ortiz y Marisa Ibarra son las personas encargadas de llevar adelante los equipos.
“Representamos a Quinta 25 pero aceptamos a todos. De barrio Tiro Federal invitamos a la arquera a participar del Mundialito”.
Jonathan Moraga, presidente de Quinta 25
Marisa es la entrenadora de las niñas, al respecto contó que “nunca había tocado una pelota”, pero con el paso del tiempo observó que hacía falta que una mujer las acompañara.
“Estoy aprendiendo a la par de ellas”, aclaró.
Ibarra es empleada doméstica y cuando termina con su trabajo, va a entrenar a las niñas. No sólo las contienen en la cancha, también cada vez que pueden les sirven la merienda en una iglesia cerca de la cancha.
El presidente Jonathan manifestó que a pesar de la falta de recursos para ellos era imprescindible que los niños y niñas jueguen. “Un pibe más en el club, es un pibe menos en la calle”, explicó.
“Representamos a Quinta 25, pero aceptamos de todos los barrios. Por ejemplo, Barrio Tiro no entra en el mundialito pero invitamos a su arquera para participar y que no pierda la oportunidad”, apuntó la entrenadora.
Cabe destacar que los entrenadores no reciben ningún tipo retribución a cambio por su trabajo en la cancha.
Las chicas se divierten y abren camino en Río Negro
Por Mayra diaz
mayradiaz@rionegro.com.ar
La disciplina tomó impulso hace algunos años en la región. La presencia de 900 niñas en el Mundialito de Fútbol Femenino de la provincia es el reflejo del trabajo que se viene impulsando desde distintas entidades y referentes.
Carolina Magnalardo es una dirigente reconocida en la zona. Es Presidenta de la Asociación de Fútbol Femenino de Neuquén y Río Negro, y además, se supo destacar por ser una de las primeras periodistas deportivas argentinas en cubrir mundiales y difundir la disciplina en la región.
En diálogo con diario RÍO NEGRO, aseguró que el crecimiento en la provincia rionegrina “ ha sido muy importante” como ha ocurrido en el resto del país en los últimos años.
Muchas niñas pasaron por situaciones de discriminación por querer jugar a la pelota. En relación a esto, la dirigente indicó que sigue habiendo casos, pero en menor medida que cuando ella era jugadora.
Cada vez son más las mujeres, disidencias y varones que trabajan en el deporte. “Hay que poner en valor a las personas que han hecho tanto en Río Negro como Juliana Rodríguez, quien fue la primera mujer en poner una escuela para Directores Técnicos, Lisi, en Cipolletti. Tenemos que agradecer que abrieron el camino”, detalló.
Con el fin de incorporar jugadoras al seleccionado provincial, desde la secretaría de Deportes se realizaron recorridas por distintos puntos de Río Negro. En cuanto a esto, Carolina destacó que es importante que las jugadoras puedan ver que pueden formar parte del equipo. “Sin dudas para ellas es un gran honor”, subrayó.
Por último, enfatizó en los líderes barriales. Reivindicó a las personas que ponen su tiempo y conocimiento para acompañar a las niñas a pesar de los bajos recursos con los que cuentan muchos equipos de la región.
“El fútbol es un deporte que tiene valores. Es el respeto, ponerse un objetivo en común, tener disciplina. Todo eso las niñas lo pueden incorporar desde pequeñas gracias a divertirse con una pelota”, concluyó.
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