La fiesta de Bariloche que nació de la desazón y hoy es un éxito

En 2012 nació la idea de enaltecer al chocolate con su propia celebración y recuperar el turismo. Los orígenes y desafíos ante una comunidad desanimada por la crisis de las cenizas del volcán.

La idea de una Fiesta del Chocolate en Bariloche nació a 500 kilómetros de distancia, en los escenarios de la Fiesta de la Manzana en General Roca. En ese momento, sus creadores jamás imaginaron que, con el paso de los años, se convertiría en el evento más convocante de la ciudad cordillerana.

En un comienzo, el desafío era contrarrestar la desazón y el pesimismo que reinaba en la población tras la caída de ceniza por la erupción del volcán Cordón Caulle Puyehue y los siete meses de cierre del aeropuerto de Bariloche que impidió la llegada de turistas. El objetivo fue poner nuevamente en carrera a la ciudad entre los destinos turísticos.

“Las buenas ideas no son de nadie. Son de todos”, asume con modestia Ángel Rovira Bosch que, en ese momento, en 2012, era el ministro de Turismo de Río Negro.

“Estábamos buscando cosas para Bariloche. Queríamos hacer algo fuerte y surgió la idea del chocolate en Semana Santa. Hicimos una reunión con las cámaras de Chocolateros, Turismo y Comercio. Si bien había mucho pesimismo, logramos motorizarlo”, recordó Rovira Bosch.

Una multitud presenció el rompimiento del huevo de pascua gigante en el Centro Cívico en 2012. Foto: Archivo

En ese momento, el chocolatero Luis Brogger aportó la idea que le dio un sello distintivo a la fiesta: la elaboración de un huevo de pascua gigante en el corazón del Centro Cívico. Algo inigualable.
De inmediato, se convocó a Hugo Sosa, un maestro chocolatero oriundo de Miramar que ya había realizado trabajos similares en Italia aunque de menor magnitud. Fue quien coordinó el equipo de 25 chocolateros que se puso manos a la obra para construir el huevo.

“Cuando Rovira Bosch nos convocó a los chocolateros que estábamos en ese momento nos planteó hacer una fiesta que llamara la atención. Se propuso hacer el huevo de chocolate más grande y la barra más larga del mundo. La barra arrancó con 100 metros y se fue alargando. Hoy, se extiende a lo largo de dos cuadras”, contó Diego Ferrari, fundador de la chocolatería Frantom.

La primera elaboración del huevo gigante de pascua se realizó con un mole especial de más de 8 metros de altura. Archivo

El huevo de pascua gigante se montó en una estructura dispuesta en el Centro Cívico y el trabajo tomó casi dos semanas. Tanto turistas como residentes recorrían ese sector para fotografiar cada parte del proceso.

“Cada una de las fábricas de chocolate ponía su gente a trabajar en el huevo, días antes. Se armó un molde gigante y todo el proceso fue un espectáculo”, destacó Ferrari, hoy retirado de la industria chocolatera, pero con ganas de volver.

El resultado fue un huevo de ocho metros y 20 centímetros de altura, construido con ocho mil kilos de chocolate.

La ciudad y su fiesta


La Fiesta del Chocolate, financiada con fondos públicos y privados, resultó ser un éxito. La ciudad volvió a atraer gran cantidad de turistas, pero a la vez, sedujo a barilochenses -niños y adultos- en busca de chocolate.

Subido a una grúa, el entonces intendente de Bariloche, Omar Goye, rompía con una piqueta la parte superior del huevo. En ese mismo momento, los niños de una escuela realizaron una suelta de globos. La plaza del Centro Cívico era una fiesta.

La imagen de miles de personas en la plaza que querían ser espectadores del evento, pero a la vez acceder a una porción de chocolate estuvo en las primeras planas de los medios nacionales, las radios y los canales de televisión. Según recuerdan los organizadores, resultó “una bocanada de optimismo”.

“Todo se organizó muy sobre la marcha con la idea de volver a posicionar a la ciudad. Fue muy estresante por el desánimo que había”, acotó Rovira Bosch y agregó: “¿Por qué chocolate? Porque forma parte de la historia de la ciudad y es el souvenir por excelencia. Es mágico y genera felicidad. Por eso, quisimos vincular ese producto a la imagen de Bariloche. Quisimos ponerle punto final a la mirada de las cenizas y lo drástico”.

Ferrari recordó que el domingo que se rompió el huevo, “participó toda la ciudad. Había calles bloqueadas por la cantidad de gente. Tanta que ni el intendente podía llegar al lugar ya que a las 10 se hacía la rotura. Fue una fiesta y una alegría para todos”.

Al año siguiente, cuando el evento se repitió, la ciudad desbordó de turistas y mucha gente durmió en los autos para ganar un buen lugar en la plaza en el momento del rompimiento del huevo gigante.

Un evento con identidad única


La Fiesta del Chocolate nació en los años 70, mucho antes de la Fiesta de la Nieve. Pero con el paso del tiempo se dejó de hacer y se reflotó tras la caída de ceniza.

Lucio Bellora, el director de la Fiesta Nacional del Chocolate, consideró que, por lo general, los grandes eventos solo contemplan un escenario gigante con un show reconocido. “Nosotros quisimos recorrer un camino más difícil. Hacer una fiesta original e inimitable que no sea parecida a ninguna otra. Muy identitaria”, acotó.

En 2016, el intendente Gustavo Gennuso tomó la decisión de reemplazar el huevo de pascua gigante, el gran atractivo de la fiesta, por la barra de chocolate “más larga del mundo”, de 150 metros de largo. Se sumaron shows, muestras de artesanías y música y actividades para los más chicos.

Las autoridades apostaron a diversificar las actividades. “El huevo era solo una acción en un solo día. Una sola foto y no pasaba más que eso”, apuntó Bellora.

En los últimos años, abundan niños con orejas de conejo de cartón, bigotes pintados y globos. Todo el mundo recorre el centro de la ciudad degustando chocolate.

“Quisimos que la gente se saque 20, 30 fotos desde que empieza a caminar la calle Mitre hasta el Centro Cívico, con la casa del conejo. Un evento pensado a través de los ojos de los niños con una puesta fuerte de la ornamentación que lo hace identitario”, señaló Bellora.

Cada año, la fiesta incluye nuevas actividades. Este año, la gente disfrutó de un espectáculo de mapping, con chocolate cayendo por las paredes del Centro Cívico y conejos saliendo de la torre del municipio.
La Fiesta del Chocolate evolucionó y se transformó en un evento nacional que cumplió este año su décima edición, en continuo crecimiento. Solo fue suspendida en 2020 por las estrictas restricciones sociales de la pandemia del coronavirus. Y regresó con más fuerza.


La idea de una Fiesta del Chocolate en Bariloche nació a 500 kilómetros de distancia, en los escenarios de la Fiesta de la Manzana en General Roca. En ese momento, sus creadores jamás imaginaron que, con el paso de los años, se convertiría en el evento más convocante de la ciudad cordillerana.

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