Gobierno-Unter: un llamativo fuego lento
La Unter salió de las paritarias del viernes con una declaración de insuficiencia. Ahora se viene un nuevo Congreso, para la respuesta oficial al Gobierno.
La posibilidad de un paro por tiempo indeterminado sobrevuela el conflicto docente. La gestión de JSRN nunca enfrentó un plan de lucha tan extremo.
Hay que remontarse al 2009 para encontrar en los archivos el último paro por tiempo indeterminado de la Unter.
Las gestiones del Frente para la Victoria y de Juntos Somos Río Negro no enfrentaron nunca una medida de fuerza extrema del sindicato docente.
De manera que el escenario actual -con una considerable masa de dirigentes y afiliados planteando que el próximo capítulo debe ser una huelga con final abierto- encuentra a un gobierno sin credenciales para proyectar una salida rápida y efectiva de un conflicto tan profundo.
El gabinete provincial tiene funcionarios experimentados, como el ministro de Trabajo, Jorge Stopiello, pero esa trayectoria se licua dentro de un equipo con varios actores nóveles en el mundo de las relaciones laborales del Estado.
Sin embargo, esa foja institucional en blanco no representa esta vez el mayor problema para un sistema educativo público que inició el ciclo lectivo con más días inactivos que jornadas de clases.
Esta semana se potenció el nivel de desconfianza interna en el oficialismo, donde dirigentes y candidatos de Juntos Somos Río Negro empezaron a dudar sobre la real intención de las máximas autoridades del gobierno en el proceso de negociación con los docentes.
La primera señal de alarma había surgido con la decisión de dictar la conciliación obligatoria. Si el objetivo es que los 220.000 alumnos de las escuelas rionegrinas regresen cuanto antes a la normalidad, ¿por qué la primera audiencia se fijó para dos semanas después de la resolución?
Este viernes, los críticos internos se vieron legitimados en sus sospechas, cuando escucharon a la gobernadora Arabela Carreras anunciar horas antes de la reunión paritaria que las multas para Unter iban a ser de 1.000 millones de pesos.
La gobernadora Carreras se alejó esta semana de la crisis. Sólo reapareció para hacer un anuncio que potenció dos cosas: el malestar docente y las dudas del entorno de Weretilneck.
La mandataria estuvo alejada buena parte de la semana de la crisis salarial. Instalada en Bariloche, priorizó hasta un encuentro de levantamiento de pesas, delegando toda expresión pública sobre el paro a los ministros de Trabajo y de Educación.
Pero resolvió reaparecer a último momento, para transmitir un dato que claramente potenciaría el malestar entre los docentes.
Horas después, la conducción sindical salió de la paritaria con una declaración inicial de insuficiencia para la quinta propuesta de aumento salarial presentada desde febrero. Desde mañana se realizarán las asambleas y el miércoles habrá un nuevo Congreso de Unter en Roca, con la radicalización extrema sobrevolando las 18 seccionales.
“Está claro que quiere ‘empiojar’ el conflicto. Lo entendemos así. Pero bueno, es su gestión”, respondió el viernes una fuente calificada del equipo del senador Weretilneck, después de una pregunta sobre la presunción de la existencia de “fuego amigo” camino a las elecciones del 16 de abril.
Así las cosas, padres, madres y alumnos de la provincia ya no sólo son convidados de piedra dentro del denso clima interno de Unter, que resuelve su posicionamiento bajo una mezcla de disputas históricas de agrupaciones, cruces ideológicos y la distorsión por tener a dirigentes y afiliados como candidatos para los comicios generales.
Ahora también es difusa la imagen del gobierno, donde duró poco la cohesión que habían mostrado las declaraciones en sintonía de Carreras y de Weretilneck durante la semana pasada.
Serán 14 días complejos para la provincia hasta llegar a las urnas, porque además del plan de lucha docente, esta semana habrá 48 horas de paro en los hospitales y ayer escaló la crisis en Seguridad, con un comisario comprometido por un audio con amenazas a un referente del Consejo de Bienestar Policial.
No es buen presagio encontrar al gobierno ocupado en pujas de poder, priorizando las proyecciones políticas personales o grupales, mientras transita un campo minado.
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