Eutrofización: cómo evitar la proliferación de algas en ríos, lagos o mares
Cristián Frers*
La disposición final de las aguas residuales producidas por las actividades humanas representa un problema cuya magnitud está en constante incremento, sobre todo en ciudades.
Los fosfatos juegan un papel clave en muchos procesos industriales, productos de consumo y fertilizantes agrícolas. Los fabricantes de detergentes para lavar platos han utilizado fosfatos por décadas con el solo propósito de dejar la cristalería libre de manchas. Sin embargo, el fosfato presente en las aguas servidas puede causar eutrofización: la sobre estimulación del crecimiento de algas en ríos, lagos y océanos. En algunos casos el crecimiento de algas es tanto que remueven el oxígeno del agua, asfixiando gran parte de la vida acuática. En 2006 la gobernadora del Estado de Washington, Christine Gregoire, aprobó la primera ley estatal que prohibe la adicción de fosfatos a los detergentes para lavar platos. Al año 2010, los cuerpos legislativos de 17 estados norteamericanos habían aprobado leyes similares.
La creciente ola de prohibiciones forzó a los fabricantes de detergentes lavaplatos a rediseñar sus productos, pero las primeras reformulaciones libres de fosfatos resultaron muchas veces menos efectivas que las antiguas formulas. “Este es el peor producto que jamás se ha hecho para lavar platos” escribió un cliente en una reseña en línea, luego de probar una de las primeras versiones reformuladas del lavaplatos Cascade, fabricado por P & G. Los consumidores de P & G se molestaron por el bajo rendimiento del detergente y el hecho de no haberse perfeccionado de que la prohibición de fosfatos entrara en vigor; los consumidores no estaban listos para sacrificar rendimiento en aras de salvar la vida acuática.
Estos párrafos fueron extraídos del libro Equilibrio Verde – Cuando incorporar la sostenibilidad en los negocios (y cuando no) escrito por Yossi Sheffi y Edgar Blanco, editado en el año 2019. ¿Por qué tanta tristeza? Porque desde el año 2005 que vengo impulsando el uso de la biotecnología a través de humedales artificiales para minimizar el daño de las aguas en la localidad de Carmen de Areco , en la provincia de Buenos Aires.
La disposición final de las aguas residuales producidas por las diferentes actividades humanas, principalmente usos domésticos e industriales, representa un problema cuya magnitud está en constante incremento y que se ve agravado cuando se trata de grandes ciudades.
Encarar este problema plantea un dilema crucial, ya que, por un lado, el agua residual se constituye en una fuente alternativa importante para el riego de los cultivos, pero, por otro lado, su uso para este fin, sin un adecuado tratamiento, puede constituirse en un problema mayor, por todos los riesgos que esto supone.
Las técnicas desarrolladas en biotecnología no sólo tienen como objetivo reducir la materia orgánica en general, sino que es utilizada para eliminar otros agentes contaminantes industriales presentes en las aguas, así como para convertir el flujo de desechos derivado del proceso de depuración en productos útiles o incluso con valor añadido para poder liberarlos al ambiente sin causar perjuicio.
Lo que vengo proponiendo desde el 2005 y hasta el momento no se ha realizado nada, es que se implemente el uso de humedales artificiales para evitar o disminuir significativamente que los fósforos lleguen a las aguas del río Areco. Los humedales son zonas de transición entre el medio acuático y el terrestre convirtiéndose en sumideros donde, a través de ellos, se disminuye las alteraciones de elementos orgánicos e inorgánicos.
Esta podría convertirse en una solución biotecnológica para solucionar el problema de contaminación en ríos, lagos y mares. En la actualidad, en muchos pueblos, las plantas de tratamiento ya no cumplen sus objetivos por obsolescencia y/o por mayor carga debido a la actividad industrial. El construir nuevas plantas de depuración o el conectarse plantas lejanas ya existentes implica un elevado coste, con lo que conectar las antiguas plantas con humedales artificiales puede ser una alternativa económica y ecológicamente aceptable, ya que este tipo de sistemas son de construcción fácil, bajo costo, mantenimiento reducido y con una depuración confiable,
¿Cómo podríamos hacer circular el agua a su máximo valor y eliminar el concepto de fosfatos y otras sustancias? La respuesta está en la extracción de materiales valiosos, nutrientes y energía de las aguas residuales antes de que vuelvan a utilizarse para otro fin o de que regresen con seguridad al ciclo natural del agua.
La forma en que usamos el agua podría ser descrita como lineal: aplicar costosos procesos de tratamiento antes de utilizarla, y luego aplicar procesos de tratamiento más caros antes de descargarla aguas abajo.
El actual sistema tiene numerosas ineficiencias, fugas y disfunciones que presentan efectos perjudiciales para la salud de las personas y el ambiente. Debemos volver a considerar nuestro modelo actual y explorar la transición a uno más circular.
* Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).
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