En Teneas de Neuquén: “Gaspet”, o el fantástico arte de hacer teatro de máscaras
Llega a Neuquén una de las joyas de la escena porteña para una función, el próximo miércoles, en Teneas. Entrevista con Marcelo Katz, coautor y actor de la obra.
“Gaspet”, una de las joyas de la escena teatral de la ciudad de Buenos Aires, llega a Neuquén para una única función, el próximo miércoles 5, a las 20, en Teneas (Leguizamón 1701). Escrita a cuatro manos por Martín Joab y Marcelo Katz, “Gaspet” es también el nombre de su protagonista, un viejito artesano dedicado a la fabricación de máscaras.
Gaspet, el artesano, (le) transmite al público algunos de los secretos que le llegaron a través de las cuatro generaciones de su familia que lo precedieron en ese oficio. Gaspet talla, modela, pinta, retoca, lija. Reflexiona sobre esas vidas y personalidades que crea con sus manos.
Los temas que transita esta obra son la pasión, la paciencia, la obsesión, la sorpresa. La disyuntiva entre mantener intacto el legado que le llega desde sus ancestros, o generar cambios que siente necesarios pero que atentan contra la tradición familiar.
“Gaspet” propone un teatro de máscaras, algo no muy habitual en la dramaturgia argentina actual y que remite al modo en que los griegos antiguos llevaban a escena sus tragedias y sus comedias.
“En el teatro de máscaras los ojos dicen mucho”, sostiene Marcelo Katz.
“Yo había usado muchas veces máscaras para escenas en distintos espectáculos, pero quería hacer un espectáculo que estuviera más marcado por las máscaras”, cuenta en un diálogo con Río Negro Marcelo Katz, quien además haber coescrito la obra es el actor de la misma. “Es un mecanismo teatral muy alucinante si está bien usado, es muy sorprendente para el público. Y te permite que en una obra en la que estoy solo yo en escena el público tenga la percepción de haber visto a un solo actor, pero también la sensación de haber visto a cinco personajes que el uso de la máscara te permite transformar”.
Si te pones la máscara y no hay una trascendencia física sos vos que te pusiste un cenicero en la cara, ves una máscara muerta”.
Marcelo Katz.
En Argentina las usamos poco”, afirma Katz, al hacer referencia a las máscaras. “Lo que nos gusta es el mecanismo de trasvasamiento que se produce con el uso de las máscaras. Si el cuerpo de quien actúa esta entrenado en el uso de las máscaras es muy interesante: te ponés una máscara, te mirás a un espejo, el espejo te devuelve una imagen y en unos segundos estás convertido en otra persona”.
Marcelo Katz y el «ruso aventurero» que cobra vida en el taller de Gaspet.
“Gaspet” encontró su origen allá por mediados de 2020, cuando la cuarentena estricta por la pandemia del coronavirus comenzaba a extender por tiempo indefinido. Fue entonces que Katz y Martín Joab, dupla creativa que lleva montadas unas 15 puestas en25 año de trabajo colaborativo, se puso a producir. A partir de una idea, Katz y Joab suelen escribir juntos. Luego, Joab dirige y Katz actúa. “Cuando arrancó la pandemia vimos que nos íbamos a quedar encerrados por un largo tiempo y le dije a Martin ‘che, hagamos algo porque va a ser un bajón si esto no se termina’. Le comenté que tenía ganas de hacer un espectáculo de máscaras y empezamos a probar. Y lo que hicimos fue escribir esta obra”.
Gaspet, un artesano en tiempos veloces
En palabras de su coautor e intérprete, “Gaspet” muestra “la vida de un constructor de máscaras, un viejito muy abocado a su oficio que, en una época marcada por la velocidad, el estrés y el todo ya, él es un tipo que le da el tiempo necesario y la paciencia para que las cosas salgan, desde un violín Stradivarius, un barco de madera o máscaras teatrales te llevan todo un tiempo. En un momento, Gaspet, el personaje, dice que la madera que usa sale del árbol que plantó su bisabuelo, que luego su abuelo cuidó y que su papa fue cortando y cuidando. Ante eso, el personaje no puede ir a tallar rápido sobre esa madera. Es una obra que plantea la revalorización del oficio de la manualidad y la paciencia en un mundo que va demasiado rápido”.
Hechas de cuero, de madera y de cartapesta, las máscaras utilizadas en “Gaspet” le permiten a Katz, además de desplegar todo su talento actoral e interpretativo, dar vida a numerosos personajes empezando por el propio Gaspet, una máscara encargada de fabricar y reparar otras máscaras, la de los (otros) personajes: un ruso aventurero, un payaso, una mujer cantante de boleros y un actor. Personajes alocados, divertidos, que le ponen mucha pimienta y que hace del espectáculo algo profundo y a la vez fácil de ver, divertido, con mucha relación con el público.
Te ponés una máscara, te mirás a un espejo, el espejo te devuelve una imagen y en unos segundos estás convertido en otra persona”.
Marcelo Katz
La gente se encuentra con una historia profunda que tiene que ver con la paciencia, el oficio, el conflicto entre seguir los impulsos o los mandatos familiares y, mismo tiempo, divertida, porque así lo describe su propio autor, “el viejo es apasionado, pero cascarrabias, tiene cosas muy simpáticas y muy queribles, también van apareciendo los otros personajes que le meten mucha pimienta al relato”.
Con una amplia formación en teatro, danza, clown, máscaras, música y circo, Marcelo Katz fue actor del teatro Municipal General San Martín de Buenos Aires durante siete temporadas, fue creador y director de “La Trup”, primera compañía de Nuevo Circo de Argentina, entre otras tantas experiencias.
Para el protagonista de “Gaspet”, el uso de máscaras propone un teatro que no es realista, sino más bien fantástico, no naturalista y muy físico. “El trabajo con las máscaras es muy corporal, hablan mucho en este caso, el trabajo en el cuerpo está muy arraigado, cada uno de los cinco personajes de esta obra tiene corporalidades muy diferente y eso es muy atractivo para interpretar, pero también para ver”.
Con una amplia formación en teatro, danza, clown, máscaras, música y circo, Marcelo Katz fue actor del teatro Municipal General San Martín de Buenos Aires durante siete temporadas, fue creador y director de “La Trup”, primera compañía de Nuevo Circo de Argentina y dirigió espectáculos en los teatros más reconocidos de Buenos Aires, como el Teatro San Martín, Teatro Nacional Cervantes, Centro Cultural de la Cooperación, Teatro Regina, La Trastienda y Teatro Brodway, entre otros.
“Tengo cerca de cuarenta años haciendo teatro y siempre fui por el lado del teatro físico”, revela. “Mucha comedia del arte, escuela de mimo, esta manera de hacer teatro, con máscaras, clowns, bufones se hace con el cuerpo muy adelante y la máscara te obliga que sea así. Si te pones la máscara y no hay una trascendencia física sos vos que te pusiste un cenicero en la cara, ves una máscara muerta”.
Autores: Martín Joab y Marcelo Katz.
Dirección: Martín Joab.
Actuación: Marcelo Katz.
Diseño y realización de máscaras, escenografía y utilería: Alfredo Iriarte.
Diseño de vestuario: Lili Piekar.
Realización de vestuario: Jorge Maselli.
Pelucas: Gabriela Guastavino.
Coordinador de escena de acción: Hugo “Kato” Quiril.
Música original: Diego Vila.
Supervisión de escenas con máscaras: Carolina Pecheny.
Coreografías: Valeria Narváez.
Diseño de iluminación: Pablo Calmet.
Diseño gráfico: Romina Salerno @pulsaestudio.
Asistencia de dirección: Francisco Nuar. Producción general: Vagón Producciones.
Entradas: $3400. A partir del 1 de abril $4000. Puntos de venta: neuquenteatro.ar o en boletería, miércoles de 15 a 18.
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