Reglamentaron la exportación de petróleo por caños: por qué es clave para Vaca Muerta

La secretaría de Energía de la Nación reglamentó las autorizaciones para exportar petróleo por oleoducto y definió que serán, como mínimo, de un año. A su vez, deberán ser resueltas en un plazo de no más de 60 días corridos.

La secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, firmó la Resolución 175/2023 que fija las condiciones para otorgar permisos de exportación petróleo a través de ductos. Una vez aprobadas, tendrán vigencia por un período mínimo de año. Se trata de una medida importante para Vaca Muerta teniendo en cuenta las proyecciones de crecimiento previstas para los próximos años.

La resolución remarca la posibilidad de generar un mercado de exportación de crudo a través de ductos transfronterizos ya construidos a Chile y «eventualmente otros mercados desde el Océano Pacifico, sin el requerimiento de inversiones adicionales de gran magnitud y con la posibilidad de encarar esta nueva oportunidad de internacionalización de nuestros productos en forma inmediata».

Esta nueva determinación resulta clave para la reactivación de Otasa, un ducto que se usó por última vez en febrero de 2006 y que desde el año pasado está en pleno proceso de mantenimiento para su reactivación. En un primer momento, esta línea permitirá la exportación de 50.000 barriles por día a Chile. 

En números

50.000
barriles de petróleo por día es lo que podrá transportar Otasa, en un primer momento.

La producción de petróleo en Vaca Muerta repuntó de manera sostenida los últimos dos años y dejó en jaque a la capacidad de transporte vigente en la Cuenca Neuquina. Teniendo en cuenta que el objetivo de Neuquén es cerrar el 2023 con una producción total de crudo de unos 400.000 barriles por día, la reactivación del Otasa es fundamental.

En este sentido es que la nueva resolución es más que una buena noticia para la provincia. Sobre todo teniendo en cuenta que la infraestructura que está en construcción y que permitirá ampliar el transporte desde la formación hacia el Puerto Rosales, estaría lista a principios de 2024.

Diversas áreas de la subsecretaría de Hidrocarburos serán las que lleven adelante los análisis técnicos y económicos pertinentes para asegurar que las exportaciones de crudo «no impacten en forma negativa en el normal abastecimiento del mercado local, de acuerdo con la normativa vigente», reza la resolución. Las autorizaciones deberán ser resueltas en un plazo de no más de 60 días corridos.

«La respectiva autorización deberá indicar el volumen de exportación autorizado en firme e indicar un plazo de validez no inferior a un año calendario desde la fecha de su otorgamiento«, expresa el escrito.

Los refinadores locales que tengan un déficit de cobertura en el abastecimiento podrán expresar su necesidad de suministro. Ante la petición, la secretaría de Hidrocarburos evaluará el hecho, y eventualmente, podrá «instruir al exportador que dé efectivo cumplimiento a la garantía de suministro por la vía de aprovisionamiento que le resulte más conveniente».

Las empresas que estén interesadas deberán informar el país de destino del producto; el oleoducto a utilizar para la operación; las concesiones de explotación que aportarán los volúmenes para la exportación solicitada; el volumen máximo exportable estimado para el año calendario y el cronograma de exportaciones previsto para el mismo lapso; y la información de precios contratados o proyectados.


Las expectativas ante la reactivación de Otasa


El Oleoducto Trasandino (Otasa) es una línea que se usó por última vez hace 17 años, en febrero de 2006 y que desde el año pasado se está trabajando en su mantenimiento para su reactivación. El oleoducto conecta el norte de Neuquén y Vaca Muerta, en Puesto Hernández, con Talcahuano en Chile en donde una de las socias del sistema (la tercera socia es Chevron), la chilena Enap tiene una refinería.

En una primera etapa, esta línea transportará 50.000 barriles de petróleo por día. Los trabajos de reparación son los que definirán si el petróleo argentino vuelve a Chile a mediados de año. Será unos meses más tarde del plazo estimado en la reactivación, teniendo en cuenta las demoras registradas del lado del vecino país.

Se trata de un ducto de 427 kilómetros. Desde las empresas que conforman Otasa apuestan a que tras la puesta en marcha del oleoducto Vaca Muerta Norte de YPF, la red a Chile pueda funcionar al máximo de su capacidad de poco más de 107.000 barriles por día.


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