Bariloche: una madre reclama a la Justicia que capturen a uno de los asesinos de su hijo
Estela Paillalef, madre de la víctima, lamentó que Jonathan Parra siga prófugo. El joven fue condenado en 2015, junto a otro imputado, a 22 años de prisión como autores del crimen del chico que tenía 15. Pero se escapó el 10 de de enero del año pasado del penal 3 de esta ciudad.
El 12 de agosto de 2015, Estela Paillalef se retiró del edificio de Tribunales de la calle John O´Connor de Bariloche con todo su dolor a cuestas, pero con la sensación de que se había hecho justicia. Los jueces de la entonces Cámara Criminal Primera habían declarado culpables a Jonathan Parra y José Luis Aguilera por el brutal homicidio de su hijo Enzo Ulises de solo 15 años. El tribunal los condenó a 22 años de prisión.
Estela pensó tal vez que con el paso de los años, la herida por el crimen de su hijo comenzaría a cicatrizar. Sin embargo, la fuga de uno de los condenados, que ocurrió hace 14 meses, volvió a abrir esa herida y desde ese momento la mujer no tiene paz.
Jonathan Daniel Parra se fugó el 10 de enero del año pasado del penal 3 de Bariloche. El imputado, de 26 años, estaba en el sector de la carpintería, saltó el muro y ganó la calle. Y hasta el momento sigue prófugo.
“Nosotros vivimos preocupados hace un año desde que sucedió la fuga”, expresó Estela a RíO NEGRO. Manifestó su indignación por lo que ocurre con Parra, que sigue evadido. La mujer tiene la impresión de que a nadie le preocupa encontrarlo. “Hemos ido a la fiscalía a pedir que lo busquen, pero nos dicen que tienen otros casos”, comentó.
Dijo que su reclamo hacia el Poder Judicial y la Policía de la provincia es que ubiquen a Parra “para que cumpla su condena”. “Tenía una condena de 22 años de prisión y el poco tiempo que pasó en la cárcel estuvo con privilegios”, afirmó.
Admitió que la captura de Parra no devolverá a la vida a su hijo asesinado, “pero quiero que cumpla la condena que le dieron”. “Luchamos para llevarlo a juicio, lo condenaron, pero no cumplió la condena”, cuestionó.
“Yo me siento desamparada, ¿qué voy a hacer? Cuando voy a la fiscalía me dicen que están esperando para allanar”, explicó. Dijo que habló en alguna ocasión con la fiscal jefa Betiana Cendón a la que le planteó la situación.
Que cumpla la pena
Desde el juzgado de Ejecución Penal de Bariloche no informaron sobre el caso de Parra en ningún momento. “Yo si pudiera pagarle a unos detectives, si estuviera a mi alcance para que encuentren al asesino de mi hijo lo haría, pero no puedo”, aseguró. Estela trabaja en una de las cooperativas del estacionamiento medido de Bariloche.
La vida nunca fue fácil para Estela Paillalef. Desde joven tuvo que pelear sola con sus cinco hijos para salir adelante en los barrios del Alto de Bariloche. En ese cruda realidad, dos jóvenes le arrebataron la vida a su hijo de solo 15 años. “Se lo extraña siempre a Ulises”, sostuvo la madre.
Parra y Aguilera fueron condenados por el homicidio del chico que ocurrió la madrugada del 21 de septiembre del 2014, en la intersección de las calles José Luckman y Eluney, en el barrio Nahuel Hue.
La fiscalía probó en el juicio que los jóvenes persiguieron en un Renault 19 al chico hasta que lo alcanzaron. Le efectuaron un disparo de arma de fuego que impactó en su rodilla izquierda. Estaba indefenso. Después, lo golpearon con un caño o elemento similiar en la cabeza y el rostro. Ulises sufrió múltiples fracturas del cráneo, que le causaron una hemorragia cerebral, y fractura del maxilar inferior. Murió tirado en la calle por las graves lesiones.
Fueron llevados a juicio acusados de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego. El Código Penal reprime ese delito con prisión perpetua.
El entonces fiscal Martín Lozada acusó en el juicio a los jóvenes por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. Pidió que se declare la inconstitucionalidad de la prisión perpetua y solicitó 22 años de prisión para los imputados, que estuvieron asistidos por el exdefensor oficial Marcelo Álvarez Melinger que había peticionado la absolución.
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Los jueces valoraron el testimonio de un amigo de la víctima que escuchó los disparos y observó a los imputados cuando Ulises estaba en el suelo. También, el estudio de ADN de una mancha de sangre hallada en una zapatilla de Parra, que estableció “un único perfil genético atribuible a Paillalef”. Declararon la inconstitucionalidad de la prisión perpetua. Por eso, les impusieron 22 años de prisión. Aguilera cumple la pena en la cárcel de Viedma, informó la madre de la víctima.
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